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Los premios Max piden el fin de las agresiones sexuales "para todos, todas y todes" en el teatro
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Los premios Max piden el fin de las agresiones sexuales "para todos, todas y todes" en el teatro

Fue una gala reivindicativa en la que triunfó 'Falsestuff' de Nao Albet y Marcel Borràs con dos galardones. 'Forever' se llevó también dos premios y Natalia Huarte el de mejor actriz por 'Psicosis 4.48'. Eduard Fernández, mejor actor

Foto: Christine Cloux recoge el premio a mejor intérprete de danza y criticó el edadismo "con las mujeres de más de 50 años" (EFE/Alberto Valdés)
Christine Cloux recoge el premio a mejor intérprete de danza y criticó el edadismo "con las mujeres de más de 50 años" (EFE/Alberto Valdés)

Se esperaba una gala reivindicativa y la 27ª edición de los Max de teatro lo fue. Se habló de los derechos de las personas intersex, de la unión de las mujeres para luchar por sus derechos, se criticó el edadismo y, sobre todo, no se evitó el gran tema que ha oteado desde la denuncia por agresión sexual al dramaturgo y director Ramón Paso hace unos meses. “Que en ningún teatro y en ninguna compañía se vuelva a dar ninguna caso de acoso y agresión sexual y que las salas de teatro de este país sean lugares seguros para todas, todos y todes”, señaló Antonio Onetti, el presidente de la SGAE, organizadora de los galardones, en su discurso. El huracán había empezado.

No fue el único de la noche. El viento ya soplaba a la entrada del calatravesco auditorio Adán Martín de Santa Cruz de Tenerife. Llegaban los invitados a una cita en la que estaba por ver cuál de los montajes que más aplausos han levantado del público la temporada 23/24 se llevaba la tostada. Había dos grandes favoritos. Por un lado, las máscaras de Forever, esa historia familiar de Kulunka Teatro con la que se puede llorar de risa o llorar de verdad; y por otro, Prima facie, la obra de la australiana Suzie Miller sobre el consentimiento sexual que le había dado hasta la fecha todos los premios a su protagonista Victoria Luengo. Y en esta 27 gala de los Max triunfó la que menos se esperaba: Falsestuff. La muerte de las musas, de Nao Albet y Marcel Borràs, sobre la falsificación en el mundo del arte o, de forma mucho más panorámica, sobre la muerte de las ideas. Este fue el mejor espectáculo de teatro para los Max de 2024 que otorga la Fundación SGAE.

Hubo más giros teatrales en esta gala que rindió homenaje al dramaturgo tinerfeño-catalán Ángel Guimerá con escenas que recorrían su vida y obra entre la música, el espectáculo más circense y la danza. Lo sorprendente no fueron los galardones que obtuvo el director de teatro Iñaki Rikarte, el último rey Midas de la escena, que consiguió el de mejor director y el de mejor autor teatral por Forever -los dos premios que cazó este montaje y que estaban casi cantados- sino el de mejor actriz, que fue para Natalia Huarte por Psicosis 4.48, la famosa obra de Sarah Kane, ganando a la gran favorita Victoria Luengo por Prima Facie. Otras dos grandes triunfadoras de la noche -aunque menos impactantes- también fueron Fernanda Orazi, con los dos Max de mejor espectáculo revelación y mejor adaptación teatral por su Electra y la obra del Liceu de Barcelona Alexina B, de Marta Pazos y Raquel García Tomás, que se llevó el de mejor diseño de vestuario y la mejor composición musical.

Humildes, sublimes, magníficos

Precisamente abrió la terna de premios el mejor espectáculo revelación, que fue a parar a la favorita, Electra, de Pilades Teatro, y dirigida por Orazi. “Fernanda es la causante de que estemos aquí. No teníamos presupuesto y conseguimos estrenar en el Abadía”, señaló el actor Juan Pañós, quien se acordó de las compañías que se juntan solo por las ganas de juntarse y a ver qué pasa. La propia Orazi remató: “Sentí que esta obra se nos fue revelando que se dio a través de esa vía divina que es el humor”.

El mejor autor revelación fue el aragonés Jorge Usón por La tuerta. Es otro habitual de esta gala ya que con este montaje conseguía ya su cuarto Max (obviamente no como autor). Lo compartió con la actriz de la obra pidiendo un deseo: “Seamos humildes, sublimes y magníficos”.

placeholder El espectáculo de danza Mont Ventoux de Korsia ha recibido el Premio Max durante la gala que se celebra en Tenerife. (EFE/Miguel Barreto)
El espectáculo de danza Mont Ventoux de Korsia ha recibido el Premio Max durante la gala que se celebra en Tenerife. (EFE/Miguel Barreto)

El mejor espectáculo infantil, juvenil o familiar fue para Estación paraíso, de La Maquiné. El mejor diseño de iluminación fue para Europa, de Felipe Ramos y Sharon Fridman, el espectáculo de danza de Fridman y Luis Luque que se pudo ver en el Teatro Español. Otro técnico: el mejor diseño de vestuario para Silvia Delagneu, por Alexina B, la obra sobre la primera mujer intersexual que Marta Pazos llevó al Liceu de Barcelona. No sería el único galardón. Raquel García Tomás recibió el de mejor composición musical por este montaje. Garcia Tomás recordó la figura de esta primera mujer interesxual del siglo XIX en la que se basa la obra y recordó su amistad con “otras personas intersex” con las que pudo trabajar para preparar Alexina B. También señaló, en una de las primeras reivindicaciones de la noche, que el sistema médico y social actual “todavía guarda similitudes con el de Alexina”. La compositora, no obstante, aludió a las islas canarias por "ser una referencia en la defensa de los derechos y garantías de las personas intersex", lo que provocó los aplausos del público.

Una de las primeras reivindicaciones de la noche fue la defensa de los derechos y garantías de las personas intersex

Ya con el mejor diseño de espacio escénico empezó el reinado de Falsestuff, ya que fue a parar a su responsable Adriá Pinar. Empezaba también el triunfo del Centro Dramático Nacional que estrenó este montaje. “Ojalá esta noche caiga un chaparrón de color púrpura y nos podamos tomar un baño juntos”, dijo Pinar al recoger el premio. Y cayó. Aunque todavía quedaban unos minutos.

Contra el edadismo

Llegaron los galardones de danza. El Max a la mejor intérprete fue para Christine Cloux por Corps seul, “fruto de una vida dedicada a la danza”. La bailarina rompió una lanza contra el edadismo otra de las reivindicaciones de la noche. “La danza parece que solo está en los cuerpos jóvenes, pero se ve en todos los cuerpos. En el escenario y en el público hay mujeres de mi edad y yo bailo por ellas. Esta es una reivindicación por la visibilidad de la mujer de más de 50 años”, manifestó. Su partenaire masculino en premios fue Ángel Durán por COWARDS -también se vio en el CDN-.

La mejor coreografía fue a parar a dos grandes como Olga Pericet y Daniel Abreu por La materia, que se vio en el Mercat de las flors de Barcelona y que se estrenó en la Temporada Alta, festival al que Pericet dio las gracias porque si no se hubiera podido estrenar. “No había money”, resaltó Pericet. La danza estuvo bastante repartida, ya que el galardón al mejor espectáculo fue para un montaje distinto: Mont Ventoux, de Kor’sia, una revisitación de la obra de Petrarca que lleva deslumbrando desde su estreno el año pasado. La compañía hizo suya con este galardón al propio poeta renacentista: “Todo se supera con el trabajo obstinado”.

placeholder Raquel García Tomás, mejor composición musical por Alexina B. (SGAE)
Raquel García Tomás, mejor composición musical por Alexina B. (SGAE)

Las escenas que ahondaban en la vida de Guimerá y el galardón al mejor teatro aficionado para LaTrup (ATU) Troysteatro de La Laguna (Tenerife) dio paso los premios más musicales llevándose Ladies Football Club, de la compañía Barco Pirata, estrenado en los Teatros del Canal de Madrid, el de mejor espectáculo musical. Lo recogió Nuria-Cruz Moreno, productora de Barco Pirata, quien, aludiendo a las protagonistas de esta obra sobre uno de los primeros equipos de fútbol femeninos de la historia, señaló que fueron mujeres que “rompieron todos los esquemas, mujeres que reivindicaron sus derechos en una época difícil y que por eso estamos aquí”. Moreno señaló la unión de estas jugadoras pidiendo que ojalá “en las artes escénicas podamos conseguir esa unión entre todas las personas” para luchar “contra los recortes presupuestarios, falta de recursos, censura, precariedad, dificultad para llegar a nuevas audiencias, falta de salas”. Dejó las últimas palabras para el director de esta obra, Sergio Peris-Mencheta, convaleciente de un cáncer: “Gracias Sergio, por soñarlo y contarlo de forma tan bonita. Ponte bueno muy pronto, te estamos esperando”.

Honor para Nuria Espert

Miguel del Arco fue el encargado de entregar el premio de Honor a Nuria Espert, quien paradójicamente no tiene ningún Max por una obra de teatro. Y subió ella al escenario con el público en pie y una emoción desbordante. “Me han dejado con la boca abierta por la generosidad y la pasión. Tanta belleza, tanta sinceridad, qué regalo… Y aquí está Miguel, quien con esa mano fuerte me llevó por una de las más bellas que he hecho en mi vida, La violación de Lucrecia”, comenzó con los ojos humedecidos. "Os adoro, gracias", cerró.

placeholder Núria Espert tras recoger su Max de Honor. (SGAE)
Núria Espert tras recoger su Max de Honor. (SGAE)

Este premio dio pie a la parte mollar de la gala. El premio al mejor actor fue para Eduard Fernández por Todas las canciones de amor, la obra dirigida por Andrés Lima estrenada en los Teatros del Canal y en la que se mete en la piel de su madre, que padeció alzhéimer, y a quien se lo dedicó con palabras tiernas. Pero la sorpresa absoluta llegó después cuando Natalia Huarte se llevó el galardón a mejor actriz por Psicosis 4.48 dejando a la gran favorita Victoria Luengo sin el Max. Huarte dio las gracias a Luz Arcas, directora de La Pharmaco por hacer la dramaturgia de este espectáculo “y atreverme a mirar los lugares oscuros”. La actriz señaló que “es un texto de 1995 de Sarah Kane sobre la depresión y un mes después Sarah Kane se suicidó. Gracias por reconocer que esto es importante recordarlo. Ojalá no haya que representar esto en el teatro, pero el teatro, además de encuentro, tiene que dar luz a lo oscuro y contar historias difíciles. Como sociedad no dejemos de apoyar el teatro nunca, a la cultura, porque nos hace mirar el mundo con otros ojos, necesitamos mirarnos mejor, salir de nuestro ombligo, comunicarnos con los demás para ser mejores”.

Iñaki Rikarte recogió primero el galardón a mejor director por el teatro de máscaras de Forever, que dedicó a todo el equipo de la compañía Kulunka Teatro. Después fue Fernanda Orazi la que volvió a subir al escenario por el Max a la mejor adaptación teatral para Electra, y otra vez Rikarte, junto a Garbiñe Insausti, Edu Cárcamo y Jose Dault por la mejor autoría teatral para Forever.

Y llegó el último premio y la gran sorpresa: Falsestuff. La muerte de las musas, de Nao Albet y Marcel Borràs, se hacía con el mejor espectáculo de teatro.

Se esperaba una gala reivindicativa y la 27ª edición de los Max de teatro lo fue. Se habló de los derechos de las personas intersex, de la unión de las mujeres para luchar por sus derechos, se criticó el edadismo y, sobre todo, no se evitó el gran tema que ha oteado desde la denuncia por agresión sexual al dramaturgo y director Ramón Paso hace unos meses. “Que en ningún teatro y en ninguna compañía se vuelva a dar ninguna caso de acoso y agresión sexual y que las salas de teatro de este país sean lugares seguros para todas, todos y todes”, señaló Antonio Onetti, el presidente de la SGAE, organizadora de los galardones, en su discurso. El huracán había empezado.

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