Es noticia
'Negociaciones': como 'El juego del calamar', pero sin calamar
  1. Cultura
en skyshowtime

'Negociaciones': como 'El juego del calamar', pero sin calamar

La nueva serie coreana es tan original y eléctrica que no conviene decir mucho sobre ella

Foto: Un fotograma de la serie coreana 'Negociaciones'. (SkyShowtime)
Un fotograma de la serie coreana 'Negociaciones'. (SkyShowtime)

Los cerros de Úbeda son bonitos. Podemos irnos por uno y decir que quizá no tiene mucho sentido reseñar películas de estreno o de series que acaban de llegar. Tú no sabes ni que existen y ya tienes a un tipo diciéndote si son buenas o no, y reventándote el argumento de la A a la Z. Quizá el público debería disfrutar de una semana de orfandad prescriptiva, para poder confundirse, perderse y probar cosas nuevas. Imaginen abrir un libro sin saber nada sobre su contenido, entrar a un concierto sin conocer una sola canción del grupo o ver una película sin otra referencia que su título y el cartel a la puerta del cine. Esa pureza es hermosa. El creador de algo no esperaba que accedieras a su obra después de cuatrocientas intermediaciones de gente que, en rigor, no ha aportado nada a su trabajo.

Pero aquí estamos, tratando de no reventarles Negociaciones. Es una nueva serie coreana, pero nos llega con dos años de retraso. Por lo que sea, sus seis capítulos se estrenaron en 2022 y sólo ahora podemos verlos en España. No es como que sea Bergman o la biografía de Torquemada, algo sin futuro y para sibaritas. Se trata en verdad de gore para toda la familia.

En las artes narrativas hay una fórmula revolucionaria que se ha puesto en práctica ya varias veces y casi nunca sale bien. Se trata de mezclarlo todo. Canónicamente, tu película o tu novela es un western o es un musical o es una comedia urbana o es una de naves espaciales. Lo normal no es que en una película haya naves espaciales y cowboys. El motivo es simple: no funciona. No funciona zarandear a la audiencia y superponer patrones y clichés y territorios. Pero a veces, porque ser original es nuestra perdición, se nos ocurre hacerlo, y ahí tenemos ese filme estimable llamado, precisamente, Cowboys & Aliens (2011).

El caso es que Negociaciones mezcla varios mundos turbios en principio no solubles entre sí, que mejor no detallamos. Pero es como si en una película de espías aparecieran de pronto dinosaurios y, cuando ya crees que la película va de espías y dinosaurios, llegaran los minions. Como diría la academia anglosajona: what the fuck?

placeholder 'Negociaciones', la serie coreana que se puede ver en SkyShowtime.
'Negociaciones', la serie coreana que se puede ver en SkyShowtime.

Tres temáticas sucesivas incorpora Negociaciones en su primer capítulo, todas de cuidado. Sólo desvelaremos que un hombre acude a un hotel a mantener relaciones sexuales con una estudiante que ha conocido en redes sociales, y con la que trata de llegar a un acuerdo económico a cambio de su virginidad. Es una secuencia reposada y perfecta de dos personajes minuciosamente construidos.

Ahora las series, por eso de que puedes ver otra con sólo darle a un botón, suelen empezar con los fuegos artificiales, dando mucho espectáculo en los primeros minutos. Por eso, si una serie empieza con dos personas que hablan durante un largo rato, esa serie seguramente sea la buena. Por lo menos tiene un guion; por lo menos confía en el guion que tiene.

'Negociaciones' es perfecta, por mucho que su objetivo final sea simplemente entretener

Hay mucha crudeza en la conversación entre el hombre maduro y la joven, pues se habla de sexo con una explicitud casi policial. Esto nos avisa de que quizá ahí está pasando algo más, aparte de un caso de prostitución intolerable. Y pasa, como decimos, todo. Pasa tan rápido que te lo tienes que creer.

Negociaciones es, a mi juicio, perfecta, por mucho que su objetivo final sea simplemente entretener. Son perfectos los actores y el escenario, ese hotel antiguo que acaba pareciendo un laberinto diseñado por un psicópata. Y es también admirable la sintaxis, pues sólo en un momento dado te das cuenta de la arriesgada apuesta de sus creadores: cada capítulo, de media hora de duración, está rodado en un solo plano.

Aunque esto lo hemos visto mil veces, siempre es bonito contemplar a alguien llevar un recurso al siguiente nivel. Aquí el plano-secuencia nos recuerda al que utilizaba Romain Gavras en Athena: parece increíble que la cámara siga viva en medio de todo lo que graba, que no se rompa, que no la golpeen, que atraviese (literalmente) paredes y siga acompañando a los personajes en su frenética misión.

Por lo demás, la serie es kafkiana y en ella se dicen muchos tacos, y cualquier tipo de diversidad es felizmente ignorada. En Corea del Sur no echan cuentas de razas ni de orientaciones sexuales, se limitan a hacer buenos productos que te hagan pasar cuatro buenas tardes en verano.

Los cerros de Úbeda son bonitos. Podemos irnos por uno y decir que quizá no tiene mucho sentido reseñar películas de estreno o de series que acaban de llegar. Tú no sabes ni que existen y ya tienes a un tipo diciéndote si son buenas o no, y reventándote el argumento de la A a la Z. Quizá el público debería disfrutar de una semana de orfandad prescriptiva, para poder confundirse, perderse y probar cosas nuevas. Imaginen abrir un libro sin saber nada sobre su contenido, entrar a un concierto sin conocer una sola canción del grupo o ver una película sin otra referencia que su título y el cartel a la puerta del cine. Esa pureza es hermosa. El creador de algo no esperaba que accedieras a su obra después de cuatrocientas intermediaciones de gente que, en rigor, no ha aportado nada a su trabajo.

Series Corea del Sur
El redactor recomienda