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Karol G convierte el Bernabéu en el templo del perreo en el primero de sus cuatro conciertos
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Karol G convierte el Bernabéu en el templo del perreo en el primero de sus cuatro conciertos

La colombiana, ganadora de tres Grammy, enciende a un público completamente entregado en la primera parada en Madrid de su tour 'Mañana Será Bonito', a pesar de la decepción que supuso que no subiera a ningún invitado al escenario

Foto: Karol G durante su concierto este sábado en Madrid. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Karol G durante su concierto este sábado en Madrid. (Europa Press/Ricardo Rubio)

Pocas canciones logran pasar a la historia, sobrevivir al paso del tiempo. Pero una manera de saber si un tema superará la prueba del olvido es si el oyente medio de radiofórmula puede reconocerlo con tan solo escuchar sus primeros segundos. Esas primeras notas, compases, acordes, una instrumental que dispara un resorte en nosotros que nos obliga prácticamente a ponernos en modo concierto y a empezar a corear su letra. A finales de 2019, Tusa logró este preciso efecto. Incluso me atrevería a decir más: muchos podrían decir hasta dónde y cuándo escucharon por primera vez esos violines que elevaron su reggaeton-pop y a su autora, Karol G, al estrellato más mainstream.

Durante la pandemia esa canción resultó algo así como la luz verde al final del embarcadero que Jay Gatsby observaba incansable, pero en lugar del amor de Daisy Buchanan la colaboración entre la colombiana y Nicki Minaj prometía un regreso a las pistas de baile, una fiesta con las amigas, un bailar el desamor hasta que no duela. Con esta fórmula adictiva fue ganando adeptos poco a poco. Hit tras hit, dos álbumes, y tres Grammy después, Karol G aterriza ahora en Madrid para reclamar su corona. Batiendo un récord sin precedentes, la de Medellín ha logrado llenar cuatro veces el estadio Santiago Bernabéu, lo que equivale a un total de 240.000 tickets vendidos —la cifra más alta para una sola localidad en nuestro país—, trayendo su Tusa y un fajo contundente de éxitos rompepistas a la capital los días 20, 21, 22 y 23 de julio.

Y como nada es comparable a la primera vez, asistimos a su primera fecha, el sábado 20, junto a los fans, entre los cuales se encontraban devotos venidos de todas partes de España. Sin ir más lejos, esa misma mañana, Atocha era una mezcla de calor de airfryer y sombreros rosas cowboy con plumas que irían inundando poco a poco la ciudad. Sin que el calor fuera un impedimento, muchos de los fanáticos, hicieron cola desde bien temprano. Pero el sacrificio valió la pena cuando Karol G tomó el estadio. "La Bichota está ready para ir de farra con las besties. Puestas pa'l bellaqueo, hay toqueteo esta noche".

Si hace un mes, para el concierto de Taylor Swift, la Castellana se llenó de lentejuelas, purpurina y pulseras de la amistad, las seguidoras de la nueva reina del pop colombiano inundaron los alrededores del Bernabéu con una marea rosa chicle, sombreros de cowboy con plumas, tops blancos, plateado o con la imagen de Mañana Será Bonito, minifaldas, brillo diamante, trenzas, mechas magenta y pinzas de mariposa, sin olvidar las banderas colombianas, un toque dosmilero y las barrigas de muchas embarazadas con los dibujos de la portada del último disco de su ídola. Ya se divirtieron las niñas, ahora les toca a las bichotas. En las puertas, graderías y pistas se podían oír todos los acentos hispanohablantes imaginables y el ambiente recordaba al de una infinita verbena. Lo mejor de una gira internacional y la cercanía latina en un mismo espacio. Tal era la euforia que justo antes de entrar hasta se pudo ver una pedida de mano que fue celebrada, grabada y vitoreada por todas las presentes.

placeholder Karol G durante el primero de los 4 conciertos en el Bernabéu. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Karol G durante el primero de los 4 conciertos en el Bernabéu. (Europa Press/Ricardo Rubio)

Estar dentro del estadio, lleno hasta sus topes media hora antes de la salida de la artista, era como estar en el interior de una botella de tequifresa: divertido, travieso, despechado y exigentemente femenino. Karol G celebró todo eso, pero sobre todo a todas esas personas que no tienen miedo de desear y querer aún y conocer el dolor que puede comportar.

Y el momento llegó. Pasadas las nueve y media, y después de una introducción a modo de cuento infantil donde una pequeña Carolina hecha sirena quedaba congelada, el escenario se prendió a los pies de una Karol G vestida con un body de cuerpo entero de color carne y brillantes de Swarovski. Fuegos artificiales y euforia en el público. Con un coro de bailarinas, que la acompañaron a lo largo de la noche, y una plataforma en forma de flor, el combo TQG, Besties y Mi Cama dio por abierta una noche de femenine rage y deseo en español. Sin hacer esperar demasiado, y después de una cover de Noche de Sexo, llegó Tusa. Es posible que se hiciera hace años con el número uno de nuestro país, pero la noche del 20 de julio se cantó como si cada decibelio del público la elevará a un lugar más alto en el firmamento musical.

Y de ahí no se bajó. Karol G podría haber dejado de cantar y se hubiera entonado a la perfección AMARGURA, BICHOTAG y OKI DOKI. Ensordecedor y colectivo a partes iguales. ¿Y es que a quién no le han roto el corazón? El cuento, en el que aprendía a ser fuerte, que articulaba todo el concierto y la convertía en LA BICHOTA, siguió con un tiburón gigante, su segundo look de la noche y fuego encima del escenario. Sin dar tregua convirtió el Bernabéu en un templo del perreo con temas como QLONA, FRIKI, EL MAKINON o GATÚBELA, incluso se acercó al funk carioca con Tá Ok (Remix).

placeholder Karol G., en un momento del concierto el sábado en Madrid. (Europa Press)
Karol G., en un momento del concierto el sábado en Madrid. (Europa Press)

Llegados al ecuador del concierto, muchos se preguntaban si habría invitados sobre el escenario. Pero ni rastro. Una mujer de Cádiz, que justo había comprado entradas de reventa la semana anterior para ella y su hija, se decepcionaba al ver que Feid no subía a acompañarla. ¿Se lo estaba reservando todo para el martes, día en el cual el concierto sería retransmitido a nivel mundial por Youtube?

Ante la duda solo quedaba seguir. Y no todo iba a ser culo en la nuca. Así que la segunda mitad abrió con su balada Ocean, con su memorable frase "Si algún día te vas de casa, yo te llevo a la NASA", y una ensordecedora ovación del público. Una secuencia emotiva que mantuvo hasta el tema más antiguo del setlist, A ella, con esa sonoridad mucho más ranchera. La entrega del público era total. Daba igual si se trataba de festejar, o de llorar, todos estaban con la Bichota. Aunque ya se ha visto decenas de veces, el truco de las pulseras luminosas elevaba la sensación épica de cada momento.

Como la auténtica estrella del pop que es, articuló el concierto por capítulos, con sus cambios de look y elementos de escenario, e hizo progresar su personaje a medida que iba avanzando el concierto. Por eso, llegados al momento de Mañana Será Bonito empezó acompañada de un ukelele y lo elevó a una banda completa y bailarines. Pero lejos del final, y aún haber hablado del final de una era, siguió repartiendo hits como Si Antes Te Hubiera Conocido, número uno en España, OJOS FERRARI —canción que coreó perfectamente ese sábado con el hoy se fuma, hoy se bebe, hoy se goza—, TUS GAFITAS —su momento más rock en el que el escenario tuvo fuego y fuegos artificiales a partes iguales—, CAIRO o GUCCI LOS PAÑOS.

placeholder Karol G., en plena actuación el sábado en el Bernabéu. (EFE/J.P.Gandul)
Karol G., en plena actuación el sábado en el Bernabéu. (EFE/J.P.Gandul)

Posiblemente, el momento más sentido, por parte del público y de la cantante, fue Mi Ex Tenía Razón, canción que dedicó a su ex Anuel AA, el cual en La Velada del Año 4 (el torneo de boxeo entre streamers y creadores de contenido organizado por Ibai Llanos el 13 de julio en ese mismo estadio) hizo un estrepitoso ridículo cuando, debido a problemas técnicos, el autotune llevó su voz a sonar como una caricatura de sí misma. Anuel AA abandonó el escenario, entre pitidos y abucheos, ante la imposibilidad de seguir. Supondremos que la mejor venganza es dejar que el tiempo ponga a cada uno en su lugar.

La recta final del concierto, con un tono más de raíces —guitarra acústica y acordeón en el escenario— encadenó temas como 200 COPAS —con su shot (o chupito para los que no hablan inglés) con el público, que ella misma proclama que da salud abundancia y felicidad—, MAMIII y PROVENZA. Y, aunque de forma desafortunada no hubo invitados —teniendo en cuenta que era la primera noche y, por lo tanto, aquella en la que se encontraban sus fans más devotos, después de casi dos horas de concierto el público seguía al 100%. La noche culminó con el público haciendo rebotar el estadio al coro de BI-CHO-TA mientras ella misma contenía las lágrimas y le temblaba la voz entre agradecimientos. Un sueño hecho realidad a ritmo S91 —tema que ella misma dice haber reservado para España—, quizás como respuesta a las especulaciones sobre copiar un tema a Rosalia o convertirse en un producto de la industria. Pero después de esta noche queda claro que el flow no se vende ni se presta.

Pocas canciones logran pasar a la historia, sobrevivir al paso del tiempo. Pero una manera de saber si un tema superará la prueba del olvido es si el oyente medio de radiofórmula puede reconocerlo con tan solo escuchar sus primeros segundos. Esas primeras notas, compases, acordes, una instrumental que dispara un resorte en nosotros que nos obliga prácticamente a ponernos en modo concierto y a empezar a corear su letra. A finales de 2019, Tusa logró este preciso efecto. Incluso me atrevería a decir más: muchos podrían decir hasta dónde y cuándo escucharon por primera vez esos violines que elevaron su reggaeton-pop y a su autora, Karol G, al estrellato más mainstream.

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