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Salzburgo mira a Rusia... pero reniega de Putin
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hasta el 31 de agosto

Salzburgo mira a Rusia... pero reniega de Putin

El Festival más importante del verano rinde tributo a Dostoievski con las adaptaciones de Prokofiev y de Weinberg y se inaugura con un discurso de la nieta de Kruschev que va a irritar en Moscú

Foto:  Nueva sala de conciertos del Festival. (SF/Neumayr/Leo)
Nueva sala de conciertos del Festival. (SF/Neumayr/Leo)

El Festival de Salzburgo lleva una semana de rodaje, pero es este viernes cuando se celebra la inauguración oficial y cuando se le ha encomendado a la nieta de Krushchev la responsabilidad del discurso de apertura.

Reside en Nueva York, es politóloga y ha asumido un discurso feroz contra la invasión de Ucrania. De hecho, la ponencia de Nina Krushcheva en el gran foro cultural de Salzburgo aludirá al arte en tiempos de guerra, condenará la agresión del zar Vladimir. Y demostrará que el festival austriaco adquiere una posición política. Tanto por el rechazo a la invasión de Putin como porque Daniel Barenboim reaparece con la orquesta de músicos israelíes y palestinos (West Divan) mientras se radicaliza el conflicto de Gaza.

Y no es que el Festival de Salzburgo pueda considerarse un campus político, pero su inteligente director, Markus Hintehäusser, rechaza la idea de convertirlo en una burbuja extravagante o en un mero desfile de grandes estrellas. Por esas mismas razones revisten tanto interés las propuestas operísticas que jalonan la edición de 2024 con un énfasis en la cultura rusa y con una mirada específica en la obra de Dostoievski. El 20 de agosto se estrena la versión lírica de El jugador que compuso Prokofiev -dirección escénica de Peter Sellars- y unos cuantos días antes (2 de agosto) sobreviene el acontecimiento de la exhumación de El idiota.

Exhumación quiere decir que la adaptación operística de la novela de Dostoievski redunda en la plena rehabilitación de Mieczyslaw Weinberg (1919-1986), un compositor ruso-polaco sepultado por el antisemitismo, por el estalinismo y por el oficialismo a quien hemos podido conocer en su plenitud gracias al estreno de La pasajera en el Teatro Real.

Markus Hintehäusser rechaza la idea de convertir el festival en una burbuja extravagante o en un mero desfile de grandes estrellas

Se ocupó de reivindicar la partitura en Madrid la maestra lituana Mirga Grazinyte-Tyla. Y es ella misma quien dirige las funciones de El idiota al frente de la Filarmónica de Viena, aunque el protagonismo del espectáculo se lo reparte con la esperadísima dramaturgia de Krzysztof Warlikowski.

Pesa la cultura rusa en Salzburgo 2024. Y no solo por el repertorio en juego o por la pléyade de grandes solistas convocados hasta finales de agosto -Sokolov, Trifonov, Kissin,Volodos-, sino también porque comparece el maestro griego Teodor Currentzis en una posición política complicada.

placeholder Markus Hintehäusser. (Festival de Salzburgo)
Markus Hintehäusser. (Festival de Salzburgo)

Varios de sus proyectos se financian en San Petersburgo o con la energía de empresas afines a Putin. Y él mismo ha adquirido una posición ambigua respecto a la guerra de Ucrania, aunque los reproches que se le puedan hacer no contradicen el máximo interés de su versión de Don Giovanni.

La ópera de Mozart puede considerarse la referencia nuclear del subtítulo que identifica la presente edición del Festival de Salzburgo: Entre el cielo y el infierno, precisamente porque nadie como el libertino personaje de Don Juan lleva al límite las costuras y las certezas de la sociedad occidental.

La obra mayúscula de Mozart es una amenaza de pleno vigor contemporáneo que explica el sesgo de toda la programación salzburguesa. “En las obras del festival de verano de 2024 se trazan movimientos entre el cielo y el infierno, que deberían hablar al público sobre la belleza elemental de lo ilimitado, así como sobre los abismos 'demoníacos' que se esconden en él, de la soledad sin límites y la vertiginosa libertad en ausencia de dioses", explicaba Markus Hinterhäuser hace unos días.

La obra mayúscula de Mozart es una amenaza de pleno vigor contemporáneo que explica el sesgo de toda la programación salzburguesa

La línea editorial remarca las intenciones de una edición apabullante que deja espacio a los artistas españoles -Jordi Savall, María Dueñas-, que concentra a las grandes batutas -Nelsons, Muti, Dudamel, Nézet-Séguin, Mäkelä, Rattle-, que recluta a la Filarmónica de Berlín bajo el liderazgo de Petrenko -otro ruso proscrito por Putin- y que constituye un alarde de cosmopolitismo porque afluyen espectadores de ochenta países.

Salzburgo es el festival de los festivales. Por antigüedad. Por prestigio. Por influencia en el panorama cultura. Y por estadística: 72 representaciones en 44 días, 15 escenarios y un cuarto de millón de visitantes.

El Festival de Salzburgo lleva una semana de rodaje, pero es este viernes cuando se celebra la inauguración oficial y cuando se le ha encomendado a la nieta de Krushchev la responsabilidad del discurso de apertura.

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