El PSOE de Oceanía nunca robó 680 millones de euros

"No vamos a parar de repetirlo: Se ha confirmado la Gran Cacería del PP. No ha habido ningún robo de 680M€. La trama de corrupción que se inventó el PP sobre los gobiernos socialistas es mentira". Esto que acabáis de leer no es una parodia de 1894, es un tuit del PSOE de Oceanía. Perdón, de Andalucía.

En el vídeo adjunto se ve a Juan Espadas exigiendo a Moreno Bonilla que acate la "sentencia del Constitucional" y "dejen de decir las barbaridades que dicen". Ahora, el PSOE ha dicho que va a querellarse contra estas calumnias. Por qué no. Tendrían que vaporizar a todos los mentirosos, incluidos jueces y periodistas.

Porque el caso de los ERE no existió. Pasó por un montón de tribunales, incluído el Supremo, y en todos se coincidió en ver la mentira, en no ver la verdad. El inmenso fraude corrupto de dinero público y la red clientelar eran invenciones, pero el Constitucional, donde el PSOE nunca ha colocado a exministros y no se comporta como tribunal de casación por encima de sus funciones, no sólo alivia o anula las penas injustas sino que delimita la verdad.

La verdad es lo que el Partido dice que es cierto, y el Partido se expresa de muchas formas. Hubo una cacería del PP en el mayor caso de lawfare de la historia de la democracia. El PSOE de Oceanía gobernaba con experiencia y tranquilidad y los andaluces eran felices, pero la malvada derecha quería el poder, así que para lograrlo se inventó la existencia de 680 millones de euros y acusó al Partido de malversarlos.

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¿Cómo malversar un dinero que no existe? Tampoco ha existido nunca un delito llamado "malversación". La fantasía malintencionada de las fuerzas reaccionarias, impulsadas por la prensa contrarrevolucionaria, obliga ahora a que Winston Smith trabaje horas extra reescribiendo los periódicos que inventaron las putas y la cocaína, la compraventa, la responsabilidad piramidal de los líderes del PSOE.

Esto es la "memoria democrática", una vanguardia en el "doblepensar", que es el ejercicio necesario para no sucumbir a la incongruencia. Para "doblepensar" hay que tolerar que una cosa sea cierta y falsa al mismo timpo, prescindir de la lógica y la memoria, y ser inmune a los efectos devastadores del sentido común. Así se puede proclamar que Oceanía produce más toneladas de trigo que nunca: diez toneladas menos que en 1983; o que el PSOE nunca tocó un euro del contribuyente.

¿Fue Juan Carlos Campo, hoy magistrado del Constitucional, ministro de justicia con el PSOE? Juan Carlos Campo nunca pudo ser ministro de justicia con el PSOE porque siempre ha sido magistrado en el Constitucional. ¿Y Laura Díez? ¿Fue una alto cargo bajo la sombra de Félix Bolaños? Laura Díez no pudo ser nunca una alto cargo del PSOE porque siempre fue magistrada en el Constitucional.

La verdad es lo que el Partido dice que es cierto, y el Partido se expresa de muchas formas

Lo mismo debe aplicarse, por ejemplo, al procés: nunca existió lo que se condenaba en la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la "ensoñación" será, en todo caso, la de aquellos que han insistido todos estos años en que los independentistas atropellaron la Constitución. ¿Cómo podrían atropellar algo que no existe? ¿Qué es la Constitución hasta que el Constitucional (es decir: el Partido) la ha interpretado? Nada.

El único dilema ahora podría ser, para alguien gazmoño y contrarrevolucionario, qué hacer con quienes se empeñan en seguir mintiendo y niegan que la verdad es lo que el Partido dice en cada momento. Pero no hay ningún dilema: es urgente ir a por ellos antes de que sea tarde, porque ahora lanzan sus infamias contra la mujer del presidente y construyen el falso relato sobre Begoña Gómez.

El único dilema ahora podría ser, para alguien gazmoño y contrarrevolucionario, qué hacer con quienes se empeñan en seguir mintiendo

Begoña Gómez nunca necesitó a Pedro Sánchez para amasar influencia. Begoña Gómez no tuvo nada que ver en el reparto de fondos europeos a ciertas empresas. Begoña Gómez siempre tuvo una cátedra en la Complutense. Begoña Gómez siempre fue una gurú a cuyo concimiento deseaban acercarse los empresarios. No hay nada, absolutamente nada, que se le pueda reprochar: ni a ella ni a Pedro Sánchez.

Los enemigos de la verdad (es decir: los enemigos del Partido) quieren hacer a Begoña Gómez y Pedro Sánchez la misma barbaridad que perpetraron contra los honestos políticos del PSOE de Oceanía. Y no se lo podemos permitir. Quedáis todos convocados a los dos minutos de odio.