El cine español gana en los penaltis con 'La gran familia española'

El equipo ha saltado al campo con su once de gala, vestido con su primera equipación y dispuestos a enfrentarse al partido de sus vidas, el que este viernes les enfrentará a la taquilla española. Un rival duro y peleón que ya ha eliminado a otros equipos potentes, peor incluso que unos cuartos contra Italia.

Así se ha presentado ante la prensa todo el elenco de La gran familia española, relajados, confiados y con la seguridad que les otorga lo que ellos consideran un buen trabajo. Para aportar tranquilidad, ayer la película fue una de las elegidas por la Academia de Cine como posible representante de España en los Oscar, lo que significa que, al menos a sus colegas, les ha gustado, aunque esto es, como comenta su director Daniel Sánchez Arévalo sólo el principio: “Hemos marcado un gol, pero todavía queda ganar el partido”.

El que ha hecho su particular doblete es Antonio de la Torre, ya que entre las precandidatas también se encuentra su nuevo trabajo, esta vez de protagonista, Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, que acaba de triunfar en Toronto y obtener una gran crítica del prestigioso Hollywood Reporter, “dicen que soy como el buen chocolate, es alucinante” comentaba orgulloso De la Torre que cree que entre sus dos películas, dirigidas además por dos grandes amigos suyos, va a estar la elegida “no sé cuál de las dos pero creo que será una de ellas”.

Lo que está claro es que el extra publicitario provocado por esta preselección ayudará de cara a que el viernes consiga un buen resultado en unas salas que cada vez están más desiertas, algo que a Sánchez Arévalo, como confiesa a El Confidencial no aporta una presión extra: “Yo no siento esa presión, pero si eso sirve para que haya mayor atención para que la gente vaya al cine perfecto. Los milagros no existen y mi película o la de Álex (de la Iglesia) no van a solucionar la papeleta”.

Con esa papeleta se refiere a la complicada situación de nuestro cine, que vive amenazado de muerte por un IVA del 21% y un público con el que ha perdido todo tipo de conexión. Lo contrario que ocurre en otros países como Francia, donde se habla de la posibilidad de que el cine baje del 7% al 5% en 2014, “Estas noticias me irritan, me perturba la poca capacidad de nuestros responsables para rectificar, para decir nos hemos equivocado. Han visto las consecuencias de subir el IVA y todo sigue igual. No lo entiendo” comenta indignado Sánchez Arévalo. Precisamente en Francia, han sido los cineastas los que han actuado como grupo de presión al Gobierno para conseguir esta bajada en los impuestos, algo que el director considera muy complicado en España: “No creo que eso pasara aquí, parece que estamos divididos en dos bandos en vez de en uno y luchar por la cultura de este país. Cultura de España, con mayúscula y ñ. Esta tensión es algo ancestral”.

Sin embargo, Daniel Sánchez Arévalo intenta también entonar el mea culpa y reconoce que el cine, por lo que sea, ha perdido su vínculo con la gente, y que es algo que hay que recuperar y ver dónde han actuado mal “Necesitamos que el cine español, haga como la selección y gane la Copa del Mundo para que empecemos a ganar de nuevo algo de prestigio”.

La importancia del entrenamiento

Antes de ganar el mundial su equipo tendrá que comenzar con su primer partido, para el que eso sí, se confiesan muy preparados. Todos los intérpretes destacan lo importante del trabajo de Sánchez Arévalo con los actores, a los que como dice Roberto Álamo “no trata como muñecos, sino como seres humanos”, algo en lo que coincide plenamente su compañera Verónica Echegui, una de las nuevas incorporaciones de la banda de “primos” que siempre acompañan al director y que cree que los actores no son fábricas de crear emociones y que por ello Árevalo no les presiona.

Echegui se presenta en esta película con un registro cómico alejado de lo que el espectador suele ver de ella, y muestra una conexión muy especial con su compañero de equipo Quim Gutiérrez, algo que ambos confirman y que nace de la gran preparación a base de ensayos y ejercicios de improvisación que el director realiza con ellos antes de rodar: “Quim tiene una energía tan fuerte, es metódico, pero a la vez muy loco. Tenía algo que me miraba y me ponía nerviosa, y eso me cabreaba”.

A todo este entrenamiento para encontrarse en forma para el gran día, cada actor incluyó su preparación propia para el papel, Antonio de la Torre mantuvo charlas con gente con depresión para ver sus síntomas, su estado físico, y que así fuera reconocible. Por su parte Roberto Álamo, que interpreta a uno de los hermanos que sufre de un ligero retraso mental, tuvo el trabajo en casa, ya que su pareja es especialista en personas con discapacidad intelectual, por lo que “el trabajo de campo lo tenía”. A Álamo también le sirvió mucho su papel en De ratones y hombres, uno de los últimos trabajos de uno de los grandes actores de teatro que ya brilló con Urtain, de Andrés Lima, para el que sólo tiene buenas palabras al enterarse de la intención del director de abrir un nuevo teatro en Madrid junto a Alfredo Sanzol y Miguel del Arco: “Son valientes poetas, porque sabiendo que van a perder dinero, lo hacen”, sentencia Álamo.

Quien todavía no ha probado suerte encima de un escenario pero que empieza a labrarse una carrera en el cine es Patrick Criado, la gran revelación de la película y que hasta ahora era conocido por todos los seguidores de Águila Roja por su papel de Nuño. El actor confiesa que aunque espera que en esta película la gente vea que ya no es sólo el niño de la serie de TVE no quiere que se olviden de un papel que es muy importante para él.

Sánchez Arévalo lo tiene claro y lo proclama como aspirante potencial a unirse al clan de los “primos”, “Patrick es un fuera de serie, me tiene loco. Es una de esas personas que me inspira a escribir”.

A pesar de que el realizador espera que su película evoque ese sentimiento de unión que vivieron todos los españoles con el gol de Iniesta, también afirma que, por supuesto que tiene envidia del fútbol, “me da muchísima envidia ver lo que la gente siente con el fútbol. Una buena película, un buen concierto, una buena obra de teatro da el mismo o mayor placer que un partido”.