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Arrozales, prostitución y un camión blindado
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sean ellis convence con 'metro manila'

Arrozales, prostitución y un camión blindado

El tercer filme del director británico se presenta en una jornada en la que también se vieron la palestina 'Omar' y la belga 'I am the same, I am an other'

Foto: Sean Ellis, en Sundance (EFE)
Sean Ellis, en Sundance (EFE)

Fue pronunciar el primer día Mar Coll la palabra "transgénero" y ponerse de moda en Seminci. De repente todos los filmes que se hanpresentado en la Sección Oficial para luchar por la Espiga de Oro responden a esa denominación. Dramas sociales combinados con humor, comedias con toques de cine social… y ahora ha llegado el turno de mezclar el thriller.Los géneros cinematográficos son cada vez más difusosy los autores los manejan a su antojo, dando lugar a productos que juegan a coger unos cuantos códigos de aquí y otros cuantos de allá para intentar ofrecer algo diferente.

Es el caso de Metro Manila, de Sean Ellis, que se presenta al público como un drama sobre una familia filipina, que abandona los arrozales donde trabajan y son explotados para buscar una oportunidad en la gran ciudad de Manila. Por supuesto nada sale como ellos esperaban y se introducirán en el mundo de la prostitución y vivirán un gran número de penurias. El acierto de Ellis es evitar centrarse en el dramón que viven y gira su argumento a mitad de la película para convertirla en un thriller en torno al robo de un camión blindado.

Que nadie espere aquí una película de atracos hollywodiense con sus persecuciones y explosiones, sino una visión más personal y centrada en quién puede confiar el protagonista y en quién no para intentar sacar adelante a su familia. Es precisamente en esta parte donde el director acierta y conduce con ritmo su filme, mientras que el drama recurre a ciertos clichés y no profundiza bien en tramas secundarias como la de la mujer y ese antro donde trabaja.

El resultado es una película muy entretenida, que se ve con gusto, y que está destinada a encantar a todas las audiencias, como muestra el premio del público que ganó en Sundance, un premio que hizo especial ilusión al director, Sean Ellis, como cuenta a El Confidencial “Era nuestro primer festival y Sundance es una plataforma internacional. Muchas veces ayuda a los distribuidores a definir quién es el público de esta obra”.

Ellis, de 43 años, no es un novato en esto de los galardones, ya que con su cortometraje Cashback fue nominado a los Oscar “es como ver que uno de tus hijos gana un premio en la escuela” cuenta sobre su experiencia el realizador. Metro Manila le han supuesto las mejores críticas de su carrera en Reino Unido, donde acaba de estrenarse y ha tenido una gran recepción que puede repetirse en Seminci donde ha sido acogida con grandes aplausos.

No sería su primer premio en España, ya que ya logró un galardón en San Sebastián con su ópera prima (basada en su cortometraje homónimo nominado a los premios de la Academia) pero supondría un nuevo reconocimiento de un país por el que tiene un cariño especial, ya que vivió en Sevilla en 2004 y es el lugar donde siempre ha pasado sus veranos. Ellis se demuestra un apasaionado de nuestro cine y cita quién es su actor español favorito “Luis Tosar, estaba increíble en Los lunes al sol, una gran película. Creo que el cine español se parece mucho al británico en realidad”. Eso es porque seguro que no sabe nada del IVA.

En la misma línea de mezclar de géneros cinematográficos se encuentra también Omar, de Hany Abu-Assad. El director de Paradise Now vuelve al conflicto palestino-israelí en esta historia que comienza como una historia de amor platónico e inocente para acabar convertido en, de nuevo, un thriller sobre la paranoia existente a ambos lados del muro que separa los dos territorios.

Abu-Assad cuenta la historia de Omar, que escala todos los días esa barrera física y psicológica para poder ver a su enamorada, mientras participa en grupos activistas por la independencia de Palestina. Sus compromisos sentimentales e ideológicos serán puestos a prueba cuando atenten contra un soldado israelí.

Como en Metro Manila este filme funciona mejor cuanto más se aleja de la historia romántica (simplona y esquemática) y gana según se vuelve más política y se acerca al thriller de espionaje. Un punto de partida muy interesante algo lastrado por ese interés en querer convertir al amor en la justificación a todos los actos del protagonista. A pesar de ello, entra en el prototipo perfecto de filme que podría entrar en el palmarés final.

Silencios incómodos

La jornada la ha completado I am the same, I am an other, que saca su título de una canción de Chet Baker para contar la historia de un hombre y una niña que huyen a Reino Unido. Poco más se sabe de estos personajes que irán desentrañando sus misterios arañando los silencios de los que está plagada la película. Silencios incómodos e innecesarios. Un prueba para la paciencia del espectador que nunca llega a entender a los personajes. Ni sus motivaciones, ni sus relaciones… nada. Es un riesgo no introducir diálogos en un filme, pero hay que hacerlo cuando la historia lo pida, no como una forma de complicarla para convertirla en un filme de “autor”. El resultado termina siendo pretencioso y aburrido.

Misteriosamente la película gana cuando los personajes hablan un poco, lo que indica que sin tantas ínfulas de artista esta historia podría haber dado mucho más de sí. Como castigo habrá que volver a ver los 40 minutos iniciales de esa joya animada que es Wall-E y que demuestran que a veces sobran las palabras en el cine.

Fue pronunciar el primer día Mar Coll la palabra "transgénero" y ponerse de moda en Seminci. De repente todos los filmes que se hanpresentado en la Sección Oficial para luchar por la Espiga de Oro responden a esa denominación. Dramas sociales combinados con humor, comedias con toques de cine social… y ahora ha llegado el turno de mezclar el thriller.Los géneros cinematográficos son cada vez más difusosy los autores los manejan a su antojo, dando lugar a productos que juegan a coger unos cuantos códigos de aquí y otros cuantos de allá para intentar ofrecer algo diferente.

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