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Represión religiosa a la sombra del Monte Cervino
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'matterhorn' cierra la competición en seminci

Represión religiosa a la sombra del Monte Cervino

Diederick Ebbinge se une al tren de favoritos con una historia sobre la soledad en una tradicional comunidad holandesa que ha sido ovacionada

Foto: El actor y director holandés Diederick Ebbinge (EFE)
El actor y director holandés Diederick Ebbinge (EFE)

Los festivales de cine comienzan a escarmentar. Siempre se ha tenido la teoría de que lo mejor se exhibe el primer fin de semana y el resto de días se va completando con obras que de vez en cuando dan la sorpresa. Sin embargo durante las últimas ediciones Seminci siempre se guarda una película para las dos últimos jornadas de competición que revoluciona la platea y amenaza con colarse en el palmarés.

El año pasado las dos grandes vencedoras Los caballos de dios y De óxido y hueso fueron programadas los últimos dos días, y esta vez han decidido colocar una pequeña película holandesa que ha sido recibida con grandes aplausos y muchos elogios en los corrillos posteriores al pase.

El filme en cuestión se llama Matterhorn, y narra la historia de Fred, un personaje solitario en una pequeña y tradicional comunidad que verá su vida alterada cuando Theo, un hombre que pide dinero a la puerta de su casa, entre en su vida.

Siendo sinceros no es que Matterhorn sea la obra redonda e indiscutible que todo festival intenta encontrar. Pero en una edición en la que el nivel ha sido muy homogéneo cualquier película entra en esa categoría de premiables. A favor de este filme holandés dirigido por Diederick Ebbinge está el haber concluido la lista de títulos a concurso dejando un buen sabor de boca. Conjuga muy bien el cine de personajes con toques de comedia absurda y una crítica al peso de la religión en ciertas localidades pequeñas donde el qué dirán se convierte en el peor enemigo del diferente.

Nunca termina de decantarse ni por la crítica, ni por el humor, ni tampoco por el drama. La extraña relación de sus dos protagonistas irá descubriendo el pasado de cada uno de ellos y cómo el tenerse cerca les ayudará a evolucionar.

Otra de las normas que parece que se han establecido en los festivales españoles es que tiene que haber cine latinoamericano, a poder ser argentino. El fenómeno Campanella hizo mucho daño y muchas veces en los filmes que entran en las secciones oficiales pesa más la bandera que la calidad. Eso ha opinado una mayoría de público que ha iniciado un amago de pateo tras el pase de La reconstrucción, de Juan Taratuto, que abandona la comedia y se pasa al drama intimista con este filme protagonizado por su actor fetiche Diego Peretti. El argentino es lo mejor de la película y apunta a un posible premio de interpretación masculino.

Una obra que, como la holandesa, sitúa a un personaje solitario frente a una situación inesperada, en esta ocasión el viaje para visitar a un amigo y su familia, y gracias a la cual se encontrará a sí mismo. El filme tiene un problema y es que el giro en el que el protagonista cambia su actitud es tan impostado que nadie cree en esa evolución. El contraste entre el ritmo pausado y la contención de gran parte de la película con los últimos minutos es demasiado forzado y hubiera necesitado un mayor tiempo de desarrollo para que la reacción de esos personajes hubiera sido más creíble.

Premios a repartir

Si el jurado de esta edición de Seminci coincidiera con la crítica (y parte del público) no encontraría una favorita clara este año y se dedicaría a repartir premios a diestro y siniestro. En esa pedrea entrarían Cuentos de Tokio y Matterhorn (que van un pasito por delante de sus competidoras), además de otras como Omar, Metro Manila, Short Term 12, La por y Au bout du conte (que puede que se tenga que conformar con un premio al mejor guión).

La gran discusión tendrá lugar en la categoría de mejor actriz, ya que han sido los grandes papeles femeninos los que han brillado esta edición: Nora Navas y Brie Larson por Todos queremos lo mejor para ella y Short Term 12 no deben ser olvidadas, pero cuidado con la niña de I am the same I am an other, que podría robarles el premio en el último momento.

Otra categoría donde habrá guerra es en el Premio Pilar Miró al mejor nuevo director, ya que tres de las películas mejor recibidas (Matterhorn, Short Term 12 y Run & Jump) son óperas primas.

Nadie duda que Papusza se tendrá que conformar con premios técnicos y que el mejor actor podría estar entre Peretti y Ton Kas por Matterhorn.

Hacer apuestas con un nivel tan uniforme es lanzarse al vacío, y todo depende de la decisión de seis personas y su particular visión del cine, eso sí se echa de menos un par de títulos contundentes que hubieran redondeado esta edición del festival

Los festivales de cine comienzan a escarmentar. Siempre se ha tenido la teoría de que lo mejor se exhibe el primer fin de semana y el resto de días se va completando con obras que de vez en cuando dan la sorpresa. Sin embargo durante las últimas ediciones Seminci siempre se guarda una película para las dos últimos jornadas de competición que revoluciona la platea y amenaza con colarse en el palmarés.

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