La mayor estafa de Tony Soprano

Pss pss, amigo. ¿Problemas en la oficina? ¿Su jefe le hace la vida imposible pero es usted demasiado tierno para tomar cartas en el asunto? No se preocupe, tenemos la solución: vaya usted todos los días a trabajar con una piedraen el zapato y acabará hacienda realidad sus fantasías homicidas. O cómo transformar aun hombre bueno en una pantera con el método James Gandolfini. Resultados garantizados.

James Gandolfini, muerto el pasado 19 de junio de un ataque al corazón, no era lo que parecía. El actor, que tenía 51 años, pasó a la posteridad por su encarnación de un mafioso en tratamiento terapéutico en Los Soprano. Nadie daba el tipo de mafioso italoamericano mejor que él. Criado en las calles de Nueva Yersey como Tony Soprano, familiade clase obrera, padres de origen italiano que hablaban la lengua madre en casa y aspecto malencarado. ¿Quién da más?

La bestia frágil

Gandolfini se fue fogueando en papeles secundarios de matón (Amor a quemarropa, Coacción al jurado) hasta que se transformó en Tony Soprano. Lo que ocurre es que un mafioso que hace terapia no es un mafioso cualquiera. Tony rebosaba inhumanidad y humanidad. Era despiadado y vulnerable a un tiempo. Un psicópata entrañable.Es posible que Tony Soprano fuera un hijo de puta, pero era nuestro hijo de puta. Quizás porque detrás de la fachada de tipo duro se escondía el verdadero James Gandolfini.

El actor explicó una vez lo lejos que se sentía de Tony: "Soy básicamente un Woody Allen de 120 kilos". ¿Cómo demonios logró transformarse entonces en una bestia parda? Pues poniéndose piedras en el zapato. Como lo oyen. Literalmente.

Me dedicaba a andar por ahí con una piedra metido en el zapato. Parece una chorrada, pero funciona

Para sacar la ira que Tony Soprano llevaba dentro, Gandolfini utilizaba trucos como pasarse toda la noche despierto o hincharse a café. Objetivo: alterarse lo máximo posible. "Cuando estás cansado, cualquier cosa por nimia que sea te saca de quicio... O sencillamente me dedicaba a andar por ahí con una piedra metido en el zapato. Pareceuna chorrada, pero funciona", contó en una entrevista sobre el Actors Studio.

El logrado timo de un actor

James Gandolfini y Tony Soprano eran como el agua y el aceite. Quién lo iba a decir. O la gran farsa que convirtió a Gandolfini en una leyenda audiovisual del siglo XXI. Una estafa tan lograda que sigue provocando equívocos.

Hoy se estrena su película póstuma: Sobran las palabras, tragicomedia romántica recibida como la película que descubrió al Gandolfini desconocido, al otro Gandolfini,aunque quizás lo correcto sería decir que nos descubre alverdaderoGandolfini.

La cinta, un ejemplo de libro de cine indie para adultos, cuenta las peripecias de dos divorciados con hijos condenados a entenderse/liarse.Gandolfini interpreta a un personaje en las antípodas del glamour de Tony Soprano (nuestra fascinación audiovisual por los mafiosos es digna de estudio). Un cincuentón gordo, dejado, con una ex mujer que le odia profundamente y pocas oportunidades para rehacer su vida sentimental. Salvo que resulta tener un encantador sentido del humor. Y, por supuesto, sería incapaz de ponerle a alguien la mano encima.

Segundas oportunidades

Una película sobre las segundas oportunidades transformada en la segunda oportunidad de Gandolfini: en el último minuto, justo cuando la muerte estaba llamando a su puerta, el actor ha conseguido dinamitar la imagen que teníamos de él. Toda una proeza dado que Gandolfini se fue a la tumba bajo el siguiente titular: "Tony Soprano ha muerto". Ahora toca exhumar el cadáver para comprobar la verdadera identidad de Gandolfini.

PD: Lo crean o no, a Gandolfini le dio tiempo a rodar otra película como secundario antes de morir: Animal Rescue (2014), donde vuelve a ejercer de macho duro. Parece que el actor le había cogido el gusto a ir por la vidacon piedras en el zapato.