Es noticia
La 'Mamma Mia!' de The Proclaimers
  1. Cultura
  2. Cine
estreno de 'amanece en edimburgo'

La 'Mamma Mia!' de The Proclaimers

Estreno de 'Amanece en Edimburgo', un musical basado en una obra inglesa que utiliza las canciones del grupo 'The Proclaimers' como hilo conductor

Foto: Fotograma de 'Amanece en Edimburgo'
Fotograma de 'Amanece en Edimburgo'

Los hermanos gemelos Charlie y Craig Reid, conocidos artísticamente como The Proclaimers, son responsables de uno de los éxitos que más sonaron a finales de los años ochenta, I'm Gonna Be (500 miles). Este y otros temas como I'm on My Way o Let's Get Married han mantenido su popularidad lo suficientemente fresca como para que, ya entrados en el siglo XXI, nutrieran Sunshine on Leith, uno de esos musicales de éxito que encadenan canciones populares de un grupo hilvanadas con argumentos más bien endebles. Lo que los anglosajones han bautizado como jukebox musical.

Y del escenario a la gran pantalla. Amanece en Edimburgo pertenece por tanto a la misma raza de películas que Mamma Mia! (2008) de Phyllida Lloyd. Sus responsables han armado, sin demasiadas complicaciones, una comedia romántica con algunos toques melodramáticos donde la trama se adapta a las necesidades de unas canciones que el público ya conoce de antemano y los actores interpretan con su propia voz.

Como el musical en honor del cancionero de Abba, Amanece en Edimburgo cuenta igualmente con protagonistas de dos generaciones diferentes situados en fotogénico escenario. Por un lado, Davy y Ally, un par de jóvenes soldados que acaban de regresar de una misión en Afganistán a su querida Edimburgo natal. Ally sale con Liz, hermana de Davy, quien no tardará en enamorarse de la mejor amiga de ésta, Yvonne. Por otro lado, los padres de Liz y Davy, Jean y Rab, están a punto de celebrar sus bodas de plata, aniversario que se ve enturbiado cuando se descubre que Rab tuvo una hija años atrás, fruto de una aventura esporádica.

Los tira y afloja entre las tres parejas se rigen por los mecanismos más básicos de las comedias sentimentales. Un chico conoce chica, chico pierde chica y chico recobra chica que propicia encajar canciones en todos los registros (la amable, la romántica, la eufórica, la melancólica...) a lo largo del metraje.

El nombre de la capital de Escocia en el título no es baladí. En su versión original la localización geográfica es todavía más concreta: Sunshine on Leith, además de dar nombre a otro tema de The Proclaimers, remite al barrio portuario de Edimburgo donde crecieron los hermanos Reid, que se han manifestado abiertamente a favor de la independencia de su nación. Sin entrar a fondo en ningún conflicto político, la película desprende el mismo aroma específicamente escocés que las canciones de los gemelos.

Las fotogénicas vistas de Edimburgo sirven de paisaje de fondo a toda la trama, en una de esas estrategias cuasi publicitarias donde se combinan escenarios modernizados de una ciudad con algunos de sus rincones más tradicionales. Y uno de los conflictos del film surge cuando a Davy, muy apegado a su tierra, su novia le plantea ir a vivir a Inglaterra. A través de canciones como Letter from America y las tribulaciones de los personajes, Amanece en Edimburgo también apela a la larga historia de emigración que han vivido tantos escoceses, obligados durante décadas a emigrar por cuestiones laborales.

Este musical es el segundo trabajo como director de Dexter Fletcher, más conocido por su labor como actor en el cine británico de los ochenta. Fletcher fue un joven Caravaggio en la película que Derek Jarman dedicó al pintor italiano en 1986, protagonizó la muy reivindicable El enigma del hechicero (1987) , una de las pocas películas como director del llorado Bob Hoskins, y se puso a las órdenes de Fernando Trueba en su aventura internacional El sueño del mono loco (1989). En los noventa apareció en algunos éxitos del nuevo cine policíaco británico como Lock & Stock de Guy Ritchie.

Aunque mantiene su carrera como actor en activo, en Amanece en Edimburgo Fletcher prefiere quedarse detrás de la cámara. El nombre más prestigioso del reparto es el del escocés Peter Mullan, en uno de sus papeles menos dramáticos. Por su lado, las dos actrices jóvenes, Antonia Thomas y Freya Mavor provienen de la popular serie televisiva Misfits.

En Amanece en Edimburgo, Fletcher se limita a hacer funcionar con dignidad una película con las limitaciones de cualquier musical jukebox, la falta de complejidad que se le pide a una comedia romántica y unas dosis de azúcar que por momentos resultan excesivas. Mientras que los intérpretes aportan frescura con su voz a las canciones de The Proclaimers, más vale no fijarse demasiado en los números de baile. Los movimientos de los protagonistas durante las secuencias musicales son más bien limitados: las coreografías no se expanden más allá de lo que permite un pub bien concurrido. La simplicidad de todo el film se resume muy bien en la concepción del clímax romántico: la película se resuelve con un previsible flashmob delante de la Galería Nacional de Edimburgo al ritmo de la pegadiza I'm Gonna Be (500 miles).

Amanece en Edimburgo

Director: Dexter Fletcher

Nacionalidad: Reino Unido

Género: Musical

Duración: 100 minutos

Intérpretes:Peter Mullan, Antonia Thomas, Jason Flemyng, Freya Mavor, Jane Horrocks, Paul Brannigan

Los hermanos gemelos Charlie y Craig Reid, conocidos artísticamente como The Proclaimers, son responsables de uno de los éxitos que más sonaron a finales de los años ochenta, I'm Gonna Be (500 miles). Este y otros temas como I'm on My Way o Let's Get Married han mantenido su popularidad lo suficientemente fresca como para que, ya entrados en el siglo XXI, nutrieran Sunshine on Leith, uno de esos musicales de éxito que encadenan canciones populares de un grupo hilvanadas con argumentos más bien endebles. Lo que los anglosajones han bautizado como jukebox musical.

Críticas de cine
El redactor recomienda