Es noticia
'Jacques': el reverso tenebroso de un icono llamado Cousteau
  1. Cultura
  2. Cine
estrenos

'Jacques': el reverso tenebroso de un icono llamado Cousteau

El mítico oceanógrafo es el centro de este cuidado pero convencional 'biopic' en torno a la conflictiva relación que mantuvo con su hijo Philippe

Foto: 'Jacques'.
'Jacques'.

En 'Life Aquatic', Wes Anderson llevaba a su terreno la idiosincrasia propia de Jacques Cousteau. El director de 'Gran Hotel Budapest' supo reconocer dos elementos en las historias del oceanógrafo que se ajustaban a sus propios intereses. Por un lado, esa conciencia pop que le llevó a construir parte de su identidad como científico explorador a través de la imagen, con ese vestuario tan fácilmente reconocible y ese conjunto de secundarios, escenario y localizaciones que configuraban el relato de aventuras perfecto para la televisión. Por el otro, la compleja relación paterno-filial que marcó la vida del francés, una constante dramática también en el cine de Anderson.

Ambas cuestiones están igualmente presentes en 'Jacques', el 'biopic' mucho más convencional sobre Cousteau que dirige Jérôme Salle, el realizador de 'El secreto de Anthony Zimmer', a partir de dos libros, 'Capitaine de la Calypso', que firmó Albert Falco, submarinista y mano derecha del oceanógrafo, junto al periodista Yves Paccalet, y 'Mon père le commandant', escrito por Jean-Michel, el hijo mayor de Cousteau. El filme arranca de hecho con la muerte por accidente del otro hijo, Philippe, mientras pilotaba un hidroavión en Portugal en 1979. Si Jean-Michel intentó desarrollar una carrera como arquitecto independiente de las andanzas de su padre, Philippe devino en cambio un miembro más de la tripulación del 'Calypso' y mantuvo un vínculo conflictivo con su padre, eje de este filme. El hecho de que 'Jacques' empiece con su fallecimiento subraya hasta qué punto los responsables de la película quieren otorgar cierto aliento trágico a la figura de Cousteau.

En líneas generales, 'Jacques' se desarrolla como un 'biopic' convencional. Tras el prólogo, enlazamos con un Cousteau ya casado y con dos hijos pequeños que reside en una preciosa casa en la costa provenzal. El hombre ha hecho carrera en la marina francesa, pero ha visto frustrada su vocación de convertirse en aviador a causa de un accidente. El descubrimiento de las profundidades del Mediterráneo espolea sus ansias de levar anclas. El comandante empieza sus primeras aventuras junto a dos compañeros, los tres 'mousquemers', pero no tarda en destacar por encima de ellos por su carisma público. Tras inventar, entre otros dispositivos, la escafandra autónoma, Jacques decide alquilar por un franco un viejo buque al que bautiza como 'Calypso'. Arma una tripulación, deja a su hijo menor en un internado y se lanza a explorar los océanos junto a su esposa Simone (Audrey Tautou).

A bordo del 'Calypso'

El filme enumera de forma rápida los primeros éxitos alcanzados por Cousteau a bordo del 'Calypso' para retomar su historia cuando Philipp, ya adulto, abandona la escuela y se incorpora a la tripulación comandada por su padre. A partir de aquí, se plantean los diferentes conflictos desde una dialéctica entre el Cousteau veterano y su joven hijo. Salle ahonda en algunos de los aspectos más interesantes de la figura del marino. Sobre todo, en su buscada vertiente de estrella mediática, de científico que tiene consciencia de estar vendiendo con cada una de sus expediciones un programa de entretenimiento. El filme se detiene incluso en el momento en que decide tocarse con la famosa gorra roja, un gesto para reafirmar su carisma televisivo. Jacques Cousteau se construyó como estrella de la pequeña pantalla en la era de mayor éxito de la televisión vieja escuela, cuando un programa de divulgación científica, sabiamente conjugada con el relato de aventuras, podía arrasar en los 'prime times' de medio mundo. Sus viajes por ese otro mundo ignoto en nuestro propio planeta funcionaban además como una especie de reflejo submarino de la carrera espacial que se estaba desarrollando en paralelo.

Jacques Cousteau se construyó como estrella de la pequeña pantalla en la era de mayor éxito de la televisión vieja escuela

La cara oscura del oceanógrafo también viene dada en la película por esta fama mediática. Salle recurre a una dicotomía un tanto simplista a la hora de confrontar a un veterano Cousteau cada vez más entregado a los placeres vulgares del estrellato (amantes continuas, abandono de la familia, una progresiva falta de escrúpulos y de conciencia medioambiental...) con un Philippe mucho más auténtico, convertido en ecologista militante que lucha por un mundo mejor. El comandante acabará reencontrándose con su hijo y con sus ideales en una expedición a la Antártida, la última frontera en un planeta con cada vez menos rincones para explorar.

Entre los acontecimientos que el filme enumera de forma rápida en la trayectoria de Cousteau, se encuentra la Palma de Oro que ganó en 1956 por 'El mundo del silencio', la película que codirigió con Louis Malle, todo un hito en un festival como el de Cannes tan poco proclive a programar y premiar documentales. En 'Jacques', es también Philippe quien tiene la vocación y el ojo cinematográfico. La película quiere estar a la altura de quienes plasmaron y nos transmitieron a través de las cámaras la experiencia de sumergirse por primera vez en los fondos marinos. Algunas de las mejores escenas recrean de forma impecable esos momentos míticos en que la tripulación del 'Calypso' nadaba entre tiburones o los filmaba desde una jaula de hierro, o muestran a Philippe moviéndose junto a una ballena en una sintonía más propia de una pareja de baile.

La belleza apabullante de estas imágenes da fe de la ambiciosa producción que resulta 'Jacques'. Los franceses han convertido a una de sus figuras más populares del siglo XX en esta figura carismática y única que, de una forma un tanto obvia, en un momento olvida sus principios por mor de la fama. El exceso de tono trágico que le otorgan al navegante en relación a la trayectoria y a la muerte su hijo, así como la presencia de unos diálogos prosaicos y demasiado enunciativos, que se limitan a explicar aquello que ya deducíamos por las imágenes, subraya lo convencional y un tanto hinchado de la película, un 'biopic' de impecable acabado visual, pero menos garra dramática de la que pretende.

Foto: 'Detroit'.
Foto: Un momento de 'La región salvaje', de Amat Escalante. (Noucinemart)

En 'Life Aquatic', Wes Anderson llevaba a su terreno la idiosincrasia propia de Jacques Cousteau. El director de 'Gran Hotel Budapest' supo reconocer dos elementos en las historias del oceanógrafo que se ajustaban a sus propios intereses. Por un lado, esa conciencia pop que le llevó a construir parte de su identidad como científico explorador a través de la imagen, con ese vestuario tan fácilmente reconocible y ese conjunto de secundarios, escenario y localizaciones que configuraban el relato de aventuras perfecto para la televisión. Por el otro, la compleja relación paterno-filial que marcó la vida del francés, una constante dramática también en el cine de Anderson.

Críticas de cine Cartelera y estrenos de cine