Solo queda un Blockbuster en todo el mundo: el punto final de toda una era
La cadena más famosa del mundo de alquiler de películas y videojuegos simboliza el cambio y la transformación que ha sufrido el cine y la industria del entretenimiento
En 1985, David Cook inauguraba un videoclub en Dallas con el nombre de Blockbuster Video y rápidamente se convirtió en un éxito. En menos de cinco años habían abierto más de 1.000 establecimientos, aunque el fundador vendió una participación mayoritaria a un grupo inversor y se desligó del negocio.
El gigante Viacom compró la empresa en 1994, tras su expansión por el resto del mundo, y en el año 2004 había más de 9.000 Blockbusters repartidos por todo el planeta. Hoy, quince años después, sólo queda uno: está en Bend, una pequeña ciudad de apenas 80.000 habitantes del estado de Oregón, en la costa oeste de Estados Unidos.
Hasta ahora sobrevivían dos, el de Estados Unidos y otro en Morley, una ciudad periférica de Perth, en el oeste de Australia. Pero éste anunciaba esta semana, a través de su cuenta de Facebook, que cierra sus puertas: “Puede que ya hayan escuchado las noticias. Ha sido una gran aventura, pero todas las cosas buenas tienen un final. Quedan cinco días más de alquiler y después todo estará a la venta: DVDs, Blu-Rays y todos los muebles de la tienda”.
Un negocio del pasado
Cuando el 31 de marzo el Blockbuster de Morley cierre definitivamente, el de Bend quedará como el último ejemplo de lo que fue uno de los grandes negocios en las décadas de los 80 y 90, pero que no pudieron sobrevivir a la evolución tecnológica. Las nuevas formas de consumo a través de internet y la piratería, entre otras causas, acabaron con el modelo de negocio.
Sandi Harding, gerente del único videoclub que sobrevive al cierre reconoce a la CNN cómo lo ha conseguido: “Puedes ir a otras cadenas como Redbox y conseguir los títulos más recientes, pero no tienen los más antiguos. Y Netflix y Amazon tampoco tienen todo". Ahora, cree que ser el último videoclub de la cadena puede atraerle nuevos clientes, nostálgicos del pasado.
Blockbuster se declaró en bancarrota en el año 2010 y cerró la mayoría de sus franquicias por todo el mundo, aunque llegó a acuerdos con algunos propietarios para liberarlos de sus contratos y que pudieran seguir operando por su cuenta. En 2017 sólo quedaban 10 en Estados Unidos; en 2018 cerraron 2 de los 3 que aún operaban en el país; ahora, sólo queda el de Bend en todo el mundo… “y estamos orgullosos de seguir abiertos”, concluye su gerente.
En 1985, David Cook inauguraba un videoclub en Dallas con el nombre de Blockbuster Video y rápidamente se convirtió en un éxito. En menos de cinco años habían abierto más de 1.000 establecimientos, aunque el fundador vendió una participación mayoritaria a un grupo inversor y se desligó del negocio.