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'El caso Collini': el nazismo no terminó en 1945
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'El caso Collini': el nazismo no terminó en 1945

Basada en la novela de Ferdinand von Schrirach, este drama judicial reflexiona sobre la culpa colectiva y la reparación a las víctimas del Tercer Reich

Foto: Franco Nero es Fabrizio Collini. (Flins y Pinículas)
Franco Nero es Fabrizio Collini. (Flins y Pinículas)

La publicación en 2011 de ‘El caso Collini’, la primera novela del jurista y escritor alemán Ferdinand von Schirach, reabrió en su país un debate que hasta entonces se creía superado: la reparación a las víctimas del nazismo. Con los Juicios de Nuremberg, las condenas a los principales participantes en el Holocausto y el proceso de desnazificación al que fueron sometidas todas las estructuras del Estado, la sociedad germana expió frente al mundo y frente a sí misma las culpas del periodo más oscuro de su historia.

Sin embargo, Von Schrirach planteó en su estreno en la literatura la posibilidad de que, años más tarde, el sistema hubiese optado por silenciar y olvidar algunos de los casos sin enjuiciar a través de un cambio legislativo hecho a espaldas de la opinión pública. ‘El caso Collini’ fue, además de un superventas, el primero de una serie de libros que forman parte de una colección llamada ‘Crimen y culpa’, que analiza la remanencia del Tercer Reich a través de la literatura judicial.

En 2019, el realizador de cine y televisión Marco Kreutzpainter llevó a la gran pantalla esta adaptación, que llega a España en horas bajas para las salas, cuando la cartelera cubre el expediente con estrenos que no hubiesen llegado a salas en otro contexto. Aunque ‘El caso Collini’ demuestra una vocación cinematográfica —al menos, en el aspecto comercial y en su país—, la narrativa y la forma se resienten por culpa de un lenguaje más propio de la televisión. Lástima de un relato que, a la manera de ‘La caja de música’, atrapa por el suspense y la pregunta que planea en la mente tanto del protagonista como del espectador: “¿Por qué?”.

placeholder Elyas M'Barek es el abogado Caspar Leinen. (Flins)
Elyas M'Barek es el abogado Caspar Leinen. (Flins)

A la manera de ‘La caja de música’ —sin ser esta referencia un ‘spoiler’, dado que en el cartel promocional aparece representada una esvástica—, ‘El caso Collini’ indaga sobre la culpa tanto individual como colectiva en el horror nazi a través de un proceso judicial, aparentemente ajeno a los crímenes de guerra, que acaba desenterrando muertos del pasado. Porque, por mucho que en Alemania se enjuiciase y ejecutase a los principales participantes del aparato de muerte nazi, el régimen contó con el respaldo mayoritario del pueblo. Millones de nazis no pudieron desaparecer de la noche a la mañana. Y, en el siglo XXI, probablemente seguirán quedando nazis impunes disfrazados de entrañables abuelos y abuelas.

Millones de nazis no pudieron desaparecer de la noche a la mañana

Kreutzpainter no se arriesga en la puesta en escena convencional de una película que recurre a 'flashbacks' para ilustrar lo que al mismo tiempo explica a través del diálogo y que no plantea ningún misterio más allá del móvil del crimen con el que arranca. Hans Meyer (Manfred Zapata) es un empresario respetado al que un extraño llamado Fabrizio Collini (interpretado por Franco Nero, el Django original) asesina sin motivo aparente.

placeholder Otro momento de 'El caso Collini'. (Flins)
Otro momento de 'El caso Collini'. (Flins)

Collini se entrega y se niega a hablar con nadie, ni siquiera con el abogado de turno que le han asignado, Caspar Leinen (Elyas M'Barek), un letrado inexperto de ascendencia turca que apenas lleva tres meses en ejercicio. Cuando Leinen accede a encargarse del caso, no conoce que el acusado es el asesino de Meyer. Porque Leinen fue desde niño el protegido de Meyer —aunque los motivos en la película responden a una excusa peregrina—, quien lo trató como un hijo más y quien le permitió convertirse en abogado y “no estar haciendo kebabs”, como le echa en cara Johanna Meyer (Alexandra Maria Lara), nieta de Meyer y el primer amor de Leinen.

El director plantea la decisión moral de Leinen de asegurar un derecho fundamental como es el de la defensa frente a los propios intereses

La defensa de Collini se convierte así en más que un juicio, y a partir de aquí el director plantea la decisión moral de Leinen de asegurar un derecho fundamental como es el de la defensa frente a los propios intereses. La convicción de la necesidad de hacer justicia prima sobre la vida personal del abogado en un caso sencillo con un culpable claro que se niega a explicar los motivos del asesinato. Y, para añadir más presión al protagonista, al frente de la acusación se sitúa Richard Mattenger (Heiner Lauterbach), referencia de la abogacía al que Leinen admira desde que fuese su profesor durante la carrera.

placeholder Franco Nero y Elyas M'Barek, en el juicio. (Flins)
Franco Nero y Elyas M'Barek, en el juicio. (Flins)

Entre el drama procesal y el drama histórico, ‘El caso Collini’ consigue mantener el interés del espectador mientras desconoce el motivo —presumible— del asesinato. Una vez desvelado, el filme se estira hasta las dos horas de forma pesada y excesivamente explicativa, para apuntar a la dicotomía entre la necesidad del país de avanzar y, a la vez, de no olvidar el pasado, un ejercicio al que el país vuelve a enfrentarse con el auge —de nuevo— de la ultraderecha en los últimos años. Una discusión que, en países en los que no ha habido una condena y un juicio oficial, nunca dejó de plantearse.

placeholder Cartel de 'El caso Collini'.
Cartel de 'El caso Collini'.

Y lo hace a través de un caso individual que pudo escapar de la Justicia gracias a la propia Justicia; es decir, a la connivencia del Estado. También presenta el dilema de la reinserción sin reparación, es decir, si una vida virtuosa exime de pagar por los crímenes del pasado, si el derecho debe poner el énfasis en la víctima o en el criminal. Sobre todo, cuando el crimen tiene lugar en el contexto de un régimen consensuado como la máxima expresión de la maldad humana. A pesar de lo pertinente de su planteamiento moral, la película es un ejercicio olvidable de memoria, valga la contradicción, pero que siempre encontrará su nicho en el espectador seducido por la historia del nazismo, que no está solo. Ni una semana sin una esvástica en la cartelera.

La publicación en 2011 de ‘El caso Collini’, la primera novela del jurista y escritor alemán Ferdinand von Schirach, reabrió en su país un debate que hasta entonces se creía superado: la reparación a las víctimas del nazismo. Con los Juicios de Nuremberg, las condenas a los principales participantes en el Holocausto y el proceso de desnazificación al que fueron sometidas todas las estructuras del Estado, la sociedad germana expió frente al mundo y frente a sí misma las culpas del periodo más oscuro de su historia.

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