Cillian Murphy, el destructor de mundos (y gángster irlandés) ya tiene su Globo de Oro

"¿Tengo pintalabios en la nariz? Bueno, me lo voy a dejar", señalaba el irlandés Cillian Murphy, con su estilo desenfadado habitual, anoche en la gala de los Globos de Oro. Su mujer, la artista Yvonne McGuinness, se lo había comido a besos instantes antes por una razón de peso: Oppenheimer, la obra de Christopher Nolan, se alzó como absoluta ganadora de la noche con las estatuillas a mejor película, mejor director, mejor banda sonora, mejor actor principal (Murphy) y mejor actor de reparto (Robert Downey Jr.). Barbie, que era su competidora más clara desde el estreno de ambas películas en verano de 2022, perdió estrepitosamente—el fenómeno Barbenheimer, como se bautizó en los medios, copó los titulares estivales, y en esa ocasión fue la película de Greta Gerwig la absoluta triunfadora, con más recaudación—.

Cillian Murphy no es, ni mucho menos, una cara nueva en la industria, habiendo actuado algunas películas tan emblemáticas como 28 días después (2002) del británico Danny Boyle, la complicada Desayuno en Plutón (2005) en la que hacía el papel de una mujer trans, y multitud de trabajos con Christopher Nolan que van desde Origen (2010) a Dunkerke (2017), pasando por la aclamada trilogía del Caballero Oscuro. Oppenheimer no era, por tanto, la primera obra en la que trabajaban juntos, aunque sí se estrenaba como protagonista.

A pesar de su larga trayectoria, Murphy se metió al público en el bolsillo gracias a su papel del carismático Tommy Shelby en la aclamadísima serie Peaky Blinders, que se centra en una familia real de gángters que vivió en Birmingham a principios de los años 20 y que se dedicaron al comercio ilegal de distintas sustancias ("ginebra", señala en algún momento de la serie, "destilada para curar la aparentemente irremediable tristeza"), la extorsión o el robo, entre otras.

Si los verdaderos Peaky Blinders se dedicaron a eso, los de la televisión son culpables de que miles de jóvenes de todo el mundo comenzaran a vestir como ellos o se peinaran con su característico corte de pelo, algo que sorprendió sobremanera al propio Murphy cuando se enteró, puesto que odia ese estilo. Además de catapultar a la fama a Murphy en el papel del atormentado y taciturno Thomas Shelby (un papel que le queda como anillo al dedo al actor), la serie sirvió para convertir en leyendas a otros actores como Paul Anderson, la fallecida Helen McCrory, Finn Cole, Anya Taylor Joy o el siempre excelente Tom Hardy.

A pesar de su larga trayectoria, Murphy se metió al público en el bolsillo gracias a su papel del carismático Tommy Shelby en Peaky Blinders

El rostro andrógino y melancólico de Murphy también casaba muy bien para dar vida al también atormentado Robert Oppenheimer, líder del proyecto Manhattan y destructor de mundos (como se calificó él en vida, en referencia al poema épico Mahábhárata). La película hace un retrato psicólogico del físico estadounidense, su participación en la creación de la bomba atómica y su posterior arrepentimiento, y para ponerse en la piel de Oppenheimer, Murphy decidió seguir el método y hacer una dieta extrema.

En el discurso de anoche, Murphy tuvo palabras de agradecimiento para el equipo de Oppenheimer, especialmente para Nolan y su esposa, la productora Emma Thomas, con los que lleva trabajando más de 20 años. También protagonizó uno de los momentos más comentados de la noche, al soltar un "I'm the luckiest fucking man alive" o "soy el jodido hombre más afortunado del mundo", que fue censurado. Algo que probablemente poco le importó al orgulloso irlandés, que suele tener un perfil bajo, alejado de las cámaras y con una existencia bastante tranquila, de la que suelen bromear en entrevistas sus compañeros de reparto al asegurar que no sabe lo que es un meme y que ni siquiera tiene redes sociales.