Juliette Binoche llora de emoción en Cannes al entregar a Meryl Streep la Palma de Oro de Honor: así fue su conmovedor discurso

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El Grand Teatro Lumiére (Francia), rebosante de gente, fue testigo de una profunda admiración y felicidad compartida. Juliette Binoche lloró de emoción al encontrarse con su compañera Meryl Streep durante la gala inaugural de la 77ª edición del Festival de Cannes. Como anfitriona, destacó el humor de la galardonada y su capacidad para no tomarse demasiado en serio a sí misma.

La actriz francesa dedicó un conmovedor discurso antes de entregarle la Palma de Oro de Honor, donde no pudo contener las lágrimas. "Cambiaste la forma en que miramos a las mujeres en el mundo de cine". Tras escuchar estas palabras, la protagonista de la noche, Meryl Streep, se contagió de la abrumadora emoción de todos los presentes y la generosidad de su compañera de profesión.

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La intérprete suma más de cuatro décadas de reconocimientos con títulos como Memorias de África o El cazador y su mayor respaldo: un talento que brilla gracias a su incansable trabajo. A lo largo de su dilatada carrera, Meryl Streep ha recogido una extensa lista de galardones: tres premios Oscar por Kramer contra kramer (1980), La decisión de Sophie (1983) y La dama de hierro (2012) y 21 nominaciones. Además, hace 35 años, la actriz recibió un distinguido honor del Festival de Cannes: mejor intérprete gracias a la película Evil Angels (Un grito en la oscuridad).

Leyenda viva del cine

Entonces, Streep volvía temblorosa al hotel tras un baño de masas al que no estaba acostumbrada. "No tenía guardaespaldas y hubiera necesitado 12, porque no había vallas y la gente se abalanzaba sobre mí. Estaba asustada por mi integridad física. No soy una estrella del rock, llevo una vida llena de cosas que no son hiperbólicas", confesó durante el encuentro con el público que tuvo lugar en el prestigioso festival de la Costa Azul francesa.

La actriz de Nueva Jersey, en Estados Unidos, recogía el premio algo ruborizada por los elogios y consciente de que la emoción que se respiraba en la sala era motivada por su aportación al mundo del cine. "Estoy muy agradecida de que no os hayáis hartado de mi cara", dijo la actriz entre risas, arrancando la alegría del auditorio. Una larga ovación al ritmo de Mamma mia de ABBA fue la antesala de una noche única, donde Meryl Streep desfiló con elegancia y celebró con el público una gloria más que meritoria, una que está dispuesta a exprimir al máximo porque como su madre le decía todo pasa muy rápido.