Ana de Armas, sin el Oscar que ha dado la victoria a Yeoh: "Si este es el reconocimiento, bienvenido sea"

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Es una de las voces hispanas que más suenan en Hollywood en los últimos años. Con su acento cubano, en España se la conoce bien por papeles en la pequeña y gran pantalla. Pero llegado el momento, Ana de Armas se intuyó fuera de un panorama actoral que no iba con ellas, ni con ella, desde luego. Desde Estados Unidos, allí donde parece que los acentos se diluyen, el suyo ha conseguido llegar esta noche a tomar presencia en la 95.ª edición de los Premios Oscar. No es para menos: su trabajo para meterse en la piel y reflejar a Marilyn Monroe lejos del mito en el que se la encasilló ha puesto punto en boca a quienes alguna vez se atrevieran a encasillarla ahora a ella. Sin embargo, se ha quedado sin estatuilla.

La actriz competía en la categoría a Mejor Actriz Protagonista por su papel en Blonde con compañeras como Cate Blanchett, Michelle Williams, Andrea Riseborough y, la que ha sido la ganadora, Michelle Yeoh. Sus cientos de rostros en los multiversos de Todo a la vez en todas partes han llevado al de Yeoh, al suyo original, al escenario del Dolby Theatre. Sus compañeras solo han podido aplaudir sus palabras: Yeoh ha logrado ser la primera intérprete asiática en ganar el Oscar en dicha categoría.

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El Confidencial

"Debo dedicarle esto a mi madre, a todas las madres en el mundo, porque ellas son las verdaderas superheroínas y sin ellas ninguno de nosotros estaría aquí", decía la malaya emocionada, a propósito también de su propio papel en la película de Dan Kwan y Daniel Scheinert o, como mejor se les conoce, Los Daniels: una madre que atraviesa universos para comprender el universo de su hija. Comprenderse a una misma para que el amor hacia nuestros seres queridos tenga la forma del respeto es la gran metáfora de este film que también se ha llevado el premio a Mejor Película.

El largo camino para el éxito

Si el asunto en la ficción va de generaciones, fuera de ellas, este detalle también se vuelve potente. Cuando Yeoh comenzaba su trayectoria como actriz, De Armas aún no había nacido. Sus trayectorias, tan distintas como parecidas, se encuentran en las dificultades que aún hoy conlleva ganarse el reconocimiento del ente académico si eres mujer, joven o veterana, y con nombres bastante poco ingleses. Solo ellas saben los largos caminos (aunque las separen tres décadas) recorridos para encontrarse hoy.

Precisamente este reconocimiento es el que nunca tuvo en vida Marilyn Monroe. "Una lástima", decía la cubana al equipo de Cine en Movistar Plus+ minutos antes de entrar a la ceremonia. "Pero yo estoy muy orgullosa de poder interpretar su vida desde un punto de vista más íntimo y más humano. Si este es el reconocimiento, bienvenido sea". Así zanjaba la actriz el juego de las rivalidades en una categoría a la que siguen marcando con ellas más allá de las lógicas del concurso.

Mientras Yeoh, De Armas, Blanchett, Williams y Riseborough disfrutan de haber dado lo mejor de sí mismas, todavía hay quien intenta confrontarlas en lo personal. Ellas hablan, y a veces no, y de todas las formas siguen demostrando que están en el mismo camino de la victoria.

"Somos buenas reuniéndonos"

Ya lo decía la propia Cate Blanchett hace unos días en la gala 'Women of the Year' de la revista TIME: "Como mujeres, nos hacen sentir que debemos tener el control de todo". Esa lucha interna es la que construye su personaje en TAR, la que recoge De Armas como Marilyn Monroe antes de que la misma lucha acabara con su vida, la que expresa Williams con su personaje en The Fabelmans, la que ha deformado la vida del personaje de Riseborough en To Leslie.

Una lucha, en definitiva, de un todo a la vez en todas partes, como la muestra en pantalla Yeoh. "Las mujeres somos buenas reuniéndonos. Sabemos cómo escuchar", que decía Blanchett. La australiana, 2 veces ganadora del Oscar a Mejor Actriz Protagonista y 8 veces nominada, dejaba claro también así por qué el asunto no va de "robos".