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Redada antidopaje: los detenidos suministraban a los deportistas medicamentos aún en experimentación
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Redada antidopaje: los detenidos suministraban a los deportistas medicamentos aún en experimentación

Ni siquiera tiene aún nombre comercial. Su nombre científico es IGF-1. Es un medicamento en fase de experimentación cuyo uso en humanos está prohibido. Y, sin

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Redada antidopaje: los detenidos suministraban a los deportistas medicamentos aún en experimentación

Ni siquiera tiene aún nombre comercial. Su nombre científico es IGF-1. Es un medicamento en fase de experimentación cuyo uso en humanos está prohibido. Y, sin embargo, numerosos deportistas españoles sabían que podían contar con él para mejorar su rendimiento en competición si estaban dispuestos a pagar una buena cantidad de dinero. La clave para conseguirlo eran, presuntamente, los doctores Eufemiano Fuentes y José Luis Merino, los supuestos cerebros de la trama de dopaje destapada el pasado martes por la Guardia Civil en la llamada Operación Puerto.

Éste es uno de los datos más sorprendentes de las investigaciones que el pasado mes de febrero inició la Sección de Consumo y Medio Ambiente de la Unidad Central Operativa (UCO) y que permitieron destapar el pasado martes la mayor trama de dopaje descubierta en España. En concreto, según ha podido saber El Confidencial, varios deportistas y entrenadores solicitaron en los últimos meses a los médicos ahora detenidos dosis de esta hormona, a la que en la jerga denominaban como titos.

Según la información en poder de este diario, en algunas de las conversaciones pinchadas, uno de los presuntos cerebros de la trama le recuerda al entrenador de un atleta que el precio de la misma va a ser más alta que la última vez que le fue suministrada, porque, asegura, “es difícil de conseguir”. La ingestión de IGF-1 busca, según informes médicos, aumentar rápidamente la masa muscular, pero tiene graves efectos secundarios, entre ellos el crecimiento exagerado de manos, cabeza y pies, problemas cardiacos, riesgo de edema cerebral, coma por hipoglucemia, aumento del tamaño del corazón y parálisis del nervio facial.

Made in China

La IGP-1 no era, sin embargo, el único producto dopante con el que traficaban supuestamente los integrantes de las tramas. De hecho, las conversaciones registradas en el transcurso de las investigaciones han puesto al descubierto cómo deportistas y entrenadores solicitaban el anabolizante óxido nítrico -a la que llaman coloquialmente nitrix-, Jectamine -hormona de crecimiento de fabricación china- y la célebre EPO, en concreto la de 40.000 UI, la más potente y peligrosa.

Una información que fue confirmada por los registros efectuados el pasado martes. Así, en un apartamento situado en el número 20 de la madrileña calle de Caídos de la División Azul -alquilado por un familiar de Fuentes-, la Guardia Civil encontró mil dosis de anabolizante esteroides y hormonas, así como un centenar de bolsas de medio litro con sangre congeladas en el interior de un arcón frigorífico. En otro apartamento de Madrid, también vinculado a Fuentes, éste situado en el número 53 de la calle Alonso Cano, los agentes encontraron dos maletas de viaje con más anabolizantes y hormonas, así como varias unidades de EPO y de Jectamine en un frigorífico junto a más bolsas de sangre.

A otros dos de los detenidos también se les encontró en su poder sustancias dopantes. A Alberto León -el ex ciclista de mountain bike que supuestamente hacía de correo para la red- le hallaron en su domicilio de la calle Lepanto, en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial, una pequeña cantidad de anabolizantes y hormonas. A José Ignacio Labarta, director deportivo adjunto del equipo ciclista Comunidad Valenciana, se le encontraron medicamentos relacionados con el doping en su piso de la Avenida de la Ilustración, en Zaragoza. Algunos de ellos procedían de centros hospitalarios alemanes.

Ni siquiera tiene aún nombre comercial. Su nombre científico es IGF-1. Es un medicamento en fase de experimentación cuyo uso en humanos está prohibido. Y, sin embargo, numerosos deportistas españoles sabían que podían contar con él para mejorar su rendimiento en competición si estaban dispuestos a pagar una buena cantidad de dinero. La clave para conseguirlo eran, presuntamente, los doctores Eufemiano Fuentes y José Luis Merino, los supuestos cerebros de la trama de dopaje destapada el pasado martes por la Guardia Civil en la llamada Operación Puerto.