Dirigentes madridistas, a tortas por viajar en La Saeta

Son como niños. ¡La que se ha armado estos días en los despachos del Santiago Bernabéu por viajar en el primer vuelo de La Saeta! Por otra parte, no se esperaba otra cosa entre personajes recién llegados al mundo del fútbol y que se pirran por estar al lado de algunos de los jugadores más famosos del mundo. Que si voy yo, que si no vas, que ya le hemos dicho a éste que va a ir él…

Qué decir del papelón del último asesor presidencial, Gaspar Rosety. No pilló de sorpresa a nadie, pero sonó a chantaje emocional (como mínimo) el hecho de que Ramón Calderón tuviera que dejar en tierra a David Jiménez, el hombre que desde la campaña electoral fue su asesor personal, su jefe de comunicación o su paragüero, como quiera que sea el cargo que ha estado desempeñando (por cierto, que David Jiménez es un forofo del Barcelona y sigue vibrando, y de qué forma, con los triunfos del equipo azulgrana). Se trata de un lío de celos que ha provocado un montón de enfados ahí dentro y que está llamado a explotar de alguna manera.

Al viaje de Roma se apuntó hasta Fernando Nadal, flamante y oculto director de Comunicación del Real Madrid. No iba a ir en principio porque no es hombre que le guste lo más mínimo salir de su cueva. Pero como se enteró de que Rosety se había hecho un hueco a la fuerza, pues no tuvo más remedio. Los dos se llevan a matar. Nadal quiere mandarle a una isla desierta, pero Calderón se ve obligado a impedirlo. Y no por que aprecie su labor, sino porque no quiere ruidos, le pone enfermo que nadie pueda decir que en el Real Madrid hay más fuego cruzado que en el tiroteo del O.K. Corral (ver).

Fernando Nadal se lo ha advertido seriamente a Calderón. Le ha dicho que no puede estar diciendo que sí a todos porque va a terminar como Zapatero. Como se recordará, Rosety se había encargado hasta el momento de llevar, con más pena que gloria, la página web y la televisión del club. Su desastre ha sido mayúsculo y más de uno y de diez empleados a su cargo le hubieran "dado una paliza", según testimonios de más de una decena de empleados a su cargo.

Nadal sabía todo eso y convenció a Calderón. O lo quitas de ahí o lo matan, le vino a decir. Así que Calderón le nombró asesor a la presidencia. El caso es que ahí sigue estorbando, pese a que para algún o alguna periodista tenga su razón, que rima con corazón.