Mi bandera

En estos días de tanta reivindicación he visto la luz. Entre ondear y agitar, entre aplaudir y silbar, entre la devoción y el olvido… encontré la enseña que me representa: el segundo gol de España. Bajo su cobijo quiero vivir y desarrollarme, a su doctrina me quiero someter de por vida. 27 toques que engendran la mejor y más completa filosofía. ¡Dios mío! La de veces que soñamos jugar así, la de veces que el deporte nos ha unido, la de saltos que darían el sábado al mismo tiempo Rubalcaba y Zaplana. Si llegan a ver la obra de minuto y pico en el mismo salón… se hubieran adobado en un abrazo sin fin.

Ya lo dice el refrán: “lo que la Selección ha unido, que no lo separe sentencia del Constitucional alguna”. El caso es que ya tenemos los papeles para la matrícula de inscripción de la Euro y que en Junio, otra vez, volveremos a examinarnos de Historia del Balón en tierras lejanas. Siempre hemos cateado, así nos va, pero al menos llegamos, nos vestimos de corto y rociamos a la piel de toro con el barniz de la ilusión que cada vez tiene más capas. Antes La Roja sólo se veía por la tele y se metía en el alma gracias a la radio, pero desde Portugal, nuestro equipo nacional tiene más nivel en la grada que en el campo. La afición española tiene sus desencuentros pero ya está lista para el triunfo, ya sabe lo que hay que hacer y cómo entrar en el 'Hall of the Fame'.

La victoria en Dinamarca y la textura de la misma puede cerrar debates y puede abrir otros distintos. Los que pedimos la jubilación imperativa de Luis Aragonés podemos conceder una prórroga en la decisión a la autoridad competente. O no. También tiene grupo parlamentario propio la corriente que siempre ha mantenido que al colectivo selecto de futbolistas los puede entrenar hasta Doña Rogelia. Lo que sí ruego a mis compañeros de tribuna es un trato coherente en los argumentos, si al Sabio se le da cera caliente cuando jugamos de manera famélica, habrá al menos que darle el beneficio de los brazos cruzados cuando nos salen cosas como el gol de Sergio Ramos y su génesis. Es cierto y verdad que las posiciones se enconan por actitudes personales: él nos cae mal y nosotros a él. Pero también lo es que la prensa cuando se encela no atiende a razones pseudo-objetivas y le da por todo, por su atuendo, por sus cejas, por sus rascamientos y por esa manía suya de negar lo evidente con una jeta descomunal. Lo del 'Follonero' y La Sexta el otro día fue para clamar al cielo de nuevo. Al inquieto reportero, la RFEF le negó la entrada con el resto de medios y la acreditación, él se buscó la vida y se parapetó junto con unos aficionados cazautógrafos en la zona trasera donde se aparcan los coches. Lo hizo con su cámara y con un micro inalámbrico bien visible. Lo demás son justificaciones vacías de un señor que niega lo evidente: le tiene más manía a Rául que la Baronesa Thyssen a su nuera reciente.

De todas formas, insisto, todos debemos ser capaces de pasar de puntillas por las fobias particulares si queremos de verdad tocar pelo algún día. En casi todas las disciplinas ya hemos escalado el podio, oído el himno y visto el ondular de una bandera a la que tanta mano echan algunos mientras otros reniegan con la cabeza. La Selección Española de Fútbol es un gran partido sin carné al que de corazón todos votamos cada 2 o 4 años aunque no nos haga gracia el cabeza de lista. A día de hoy hemos presentado otra vez nuestra candidatura a los comicios del año que viene. La estrategia está clara: cohesión, trabajo y talento. Que las siglas hagan su camino y que las urnas no nos vuelvan a ser esquivas. En mi Ley de la Memoria Histórica está lo de la Unión Soviética en el 64 con un color sepia y un olor rancio que echa para atrás…