El Milán quiere entrar a saco en el Bernabéu

Ayer hubo reunión de la comisión deportiva en el Bernabéu. Sí, esa reunión en la que Mijatovic y Portugal se dan los buenos días y después cada uno ofrece un informe que, en general, no tiene ningún punto en común, porque los dos van por libre y cada uno tira por un lado... Portugal, que no tiene prisa porque sabe que el tiempo corre a su favor y en contra de Pedja, espera su momento. Tiene varios futbolistas agarrados para la próxima temporada, para esa renovación que el presidente niega porque se ve campeón de Liga, pero que será necesaria para presentar un grupo competitivo en la Liga de Campeones y no un simple sparring de la Roma, el mismo equipo que perdió por 7-1 en Manchester hace 12 meses.

Portugal tiene en cartera un central, un volante derecho y un delantero centro, justo los puestos en los que el Madrid está más huérfano. No hay nombres estratosféricos y Mijatovic ya avisó que no se podría fichar gente como Kaká, Cesc o Cristiano. Sin embargo, hay una preocupación añadida en el Madrid, al margen del mal juego del equipo. Se trata del asalto del Milan al mercado, un asalto que puede encarecer los precios el próximo verano y que puede afectar al propio club blanco, porque en sus filas hay jugadores que interesan para el rejuvenecimiento de la plantilla de Berlusconi. Tras el fracaso de la actual campaña, don Silvio va a entrar "a saco", va a tirar de chequera y no piensa dejar títere con cabeza. Los intermediariops afilan sus colmillos porque el verano será intenso.

En los planes del club de San Siro aparecen tres jugadores del Real Madrid. Son Sergio Ramos, Robinho y Pepe. Por los dos primeros ha habido ya varios intentos esta temporada. El portugués ha entrado en la lista que maneja Ariedo Braida, el director deportivo del club milanista. Han llamado la atención sus portentosas actuaciones en los partidos en los que pudo jugar y no estuvo lesionado. Al Milan le da igual que el Madrid pagara 30 millones por Pepe. Le sobra la pasta a su propietario y su intención es hacer una nueva escuadra que luche por la octava Copa de Europa. Ramos es prioritario, Robinho apetecible. Y Pepe es la gran sorpresa. Ramón Calderón se ha esforzado en hacer contratos vitalicios a los símbolos del equipo y a lo mejor tiene que hacer equilibrismos con la cartera para mantener a jugadores fundamentales que pueden acabar vestidos de rossoneri.