Luis Aragonés podría ser el próximo entrenador del Valencia

Luis Aragonés, que maneja desde hace meses una oferta de un club extranjero, podría ser el próximo entrenador del Valencia si en el club de Mestalla se impone la intención de un sector que quiere que el veterano técnico reconduzca la situación del equipo y le devuelva a los pisos nobles de la competición nacional e internacional. El seleccionador español estaría encantado de regresar a una entidad para la que ya trabajó en el banquillo a lo largo de dos temporadas. Luis tiene un cariño especial por el Valencia y, además, se siente con mucha fuerza para seguir adelante en su carrera.

En la entidad valencianista se maneja desde hace semanas el nombre del técnico más prolífico nacional para enderezar el rumbo. Se le considera idóneo para inyectar de nuevo la fuerza, la competitividad y la tensión para recolocar al conjunto al nivel de los más grandes. Al término de la inminente Eurocopa, el seleccionador dejará de serlo, pero, como toda la afición sabe, no lo hará por su gusto. A pocos meses para cumplir 70 años, él desearía seguir al mando del conjunto nacional, pero sabe que la Federación ya ha tomado la decisión de sustituirle por Vicente del Bosque para la fase de calificación del Mundial 2010. Luis, además, tiene la convicción de que este Valencia tiene muchos mimbres para estar peleando codo con codo frente a los mejores. Desde que él, en 2004, tomó las riendas de la selección, el conjunto de Mestalla ha sido su arsenal favorito. No hay otro equipo durante su etapa como técnico nacional que le haya proporcionado tantos jugadores. Naturalmente, Luis regresaría al Valencia con su equipo técnico habitual.

La afición de Valencia tiene buenos recuerdos del "Sabio de Hortaleza", que en la temporada 1995-96 llevó al equipo hasta el subcampeonato de Liga y que firmó algunos de los mejores encuentros de su historia. También protagonizó el entrenador algunas escenas memorables del fútbol español, como sus encontronazos con Romario y aquella frase inolvidable durante un entrenamiento: "¡Míreme a los ojitos, míreme a los ojitos!".