Calderón, de bronca con los socios críticos

Ni siquiera en foros presuntamente entregados logra convencer Ramón Calderón. Los dos títulos de Liga no le han servido para convencer a un amplio sector de las bases del club, de esa masa social a la que tanto se refiere. Hay sospechas, demasiadas incógnitas en su gestión y las reuniones con los socios para preparar la asamblea del próximo domingo se han convertido en un auténtico calvario para el presidente. Tanto, que en la del pasado lunes, en la que se congregaron cerca de 150 madridistas, la bronca fue notoria y la reunión tuvo que interrumpirse. Por cierto, el presidente ni siquiera se quedó a probar los canapés tras la suspensión del acto.

En efecto, fueron varios los socios que se encampanaron y pidieron explicaciones al presidente por las irregularidades en el sistema de elección de compromisarios. Sí, todo lo relacionado con la empresa Recuenco, el ex asesor Carrascosa y la utilización de los listados de socios. Calderón aseguró que ahora, con los nuevos estatutos, se garantiza la transparencia, pero los más rebeldes le insistieron en que ha tenido que cambiar su libro de ruta porque se descubrió el pastel que estaba cocinando. Es más, hubo algunos asistentes que le aseguraron la presentación de una moción de censura a lo largo de la próxima temporada. Hubo alguna palabra más alta que otra, y pese a que Calderón trató de dar jabón a los disidentes, el clima del acto fue bronco, poco habitual en este tipo de pasteleos, a pesar que desde el Real Madrid apuntan que las críticas se produjeron por defender cada uno sus propios intereses y que son situaciones normales entre los miembros de la asamblea.

No se quedaron ahí los críticos con la gestión presidencial. Algunos le echaron en cara la campaña de captación que viene realizando en las peñas, a las que promete carnés de nuevos socios. Favor con favor se paga. Ya se lo devolverán cuando haya elecciones. El caso es que no está del todo claro que Calderón logre los dos tercios de apoyo en la asamblea que necesita para sacar adelante sus nuevos estatutos. Y todo en un día de fiesta por la conquista de la Liga. El Madrid sigue anclado en el surrealismo.