La crisis y el fútbol

Muchos son los millones que se invierten, un año tras otro, en el mundo del fútbol, y son gran cantidad los equipos que realizan desembolsos astronómicos para hacerse con los servicios de determinados jugadores. Demasiados clubes son de la opinión de realizar grandes gastos cada temporada, en lugar de tratar de conseguir un bloque que haga que el equipo crezca, lo que provoca que, al comienzo de cada Liga, haya un período de aclimatación de todos ellos.

A veces puede salir bien, pero, por lo general, todo equipo que tiene demasiados cambios en su seno, termina sufriendo a final de la campaña, sobre todo porque muchos de los jugadores que llegan a estos equipos son totalmente desconocidos, faltos de calidad y con un salario alto.

Fichas altas, ingresos muy bajos y demasiado gasto como consecuencia de una mala gestión económica y pocos éxitos deportivos. Éstos son los tres vértices del triángulo que avoca a los clubes a declarar suspensión de pagos. Muchos son los casos que se han producido en los últimos años. Sin ir más lejos, la Real Sociedad y el Levante, han sido los últimos en presentar una solicitud de Concurso de Acreedores.

El conjunto donostiarra tuvo que realizar esta petición el pasado miércoles, a solo un día de que finalizase el plazo legal para que la Real pudiera presentarse de manera voluntaria a este procedimiento. Algunos de los jugadores del equipo presentaron sus correspondientes denuncias por impago ante la Asociación de Futbolistas Españoles, lo que ha provocado que el conjunto “txuri-urdin” no tenga más remedio que acogerse a este proceso para evitar el descenso administrativo a Segunda B.

Algo similar ha ocurrido también con el Levante, equipo que descendió en la presente temporada a Segunda. Durante el pasado año, los jugadores del equipo granota hicieron público que la entidad valenciana no hacía efectivos los pagos de las fichas de sus jugadores, lo que provocó que éstos amenazasen, hasta en dos ocasiones, con negarse a jugar, algo que finalmente no se produjo. Estos casos actuales son el claro reflejo del alto nivel de endeudamiento de los clubes de fútbol, que adquieren multitud de compromisos económicos que son incapaces de cumplir.

No es la primera vez que ocurre

Pero esto ha ocurrido ya varias veces en el fútbol nacional. Sin ir más lejos, el Real Oviedo, CF Extremadura, Mérida CP y Ciudad de Murcia, han pasado por situaciones similares. En su caso, el Real Oviedo descendió a Segunda División y, a continuación, a Segunda B, donde se vio totalmente incapacitado para pagar sus deudas, lo que provocó su descenso administrativo a Tercera División. Para evitar la desaparición del club, el Real Oviedo se declaró en suspensión de pagos, lo que evitó la desaparición del equipo. Actualmente, se encuentra en Tercera División y, tras una buena campaña, no logró el ascenso a Segunda B tras perder por 6-5 en el cómputo global de la eliminatoria contra el Caravaca.

El CF Extremadura fue otro de los equipos que sufrió el descenso administrativo en sus carnes. Tras cuatro años espectaculares, en los que se logró el ascenso a Primera División en dos ocasiones, algo histórico para el club de Almendralejo, el Extremadura vivió su particular vía crucis. Tras tres años en Segunda División, el conjunto extremeño descendió a Segunda B en la campaña 01/02, y, después de que el siguiente año no consiguiera el ascenso por un solo punto, el equipo azulgrana pasó varias temporadas en mitad de tabla, hasta que en la temporada 06/07 descendiese a Tercera. Pero aquí no acabaron sus males, que que por impago de las deudas con sus jugadores, el equipo descendió a Regional Preferente. Actualmente, el equipo se encuentra en esta categoría después de salvarse en la última jornada con un gol en el tiempo de descuento.

En lo que al Mérida CP se refiere, tras 88 años de vida, el equipo blanquinegro desapareció como consecuencia de la crisis económica que arrastraba el equipo. Tras varios descensos de categoría, después de pasar varios años en la élite del fútbol nacional, el equipo acabó en Segunda B, pero, ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos, el máximo dirigente del club, Manuel Molina, comunicó que el conjunto emeritense no podría disputar la temporada 00/01 al no haber conseguido saldar sus deudas económicas. Así, desapareció uno de los clubes históricos del fútbol español.

Por último, y el caso más reciente, fue el acontecido con el Ciudad de Murcia la pasada temporada. El equipo murciano, fundado en 1999, consiguió, en tan sólo seis años, llegar a la división de plata del fútbol español. En su última campaña de vida, se quedó a un puesto del ascenso a Primera División. Pero ante la falta de apoyo económico por parte de las instituciones de la región, el presidente del club, Quique Pina, decidió vender todas sus acciones. Al ver que ninguna entidad apoyaba económicamente el proyecto del Ciudad de Murcia, Pina vendió su plaza en Segunda división al Granada 74. La falta de liquidez llevó a la desaparición al fulgurante Ciudad de Murcia.