El R29 de Renault no preocupa, sólo mosquea

Ayer arrancaron para Renault los segundos entrenamientos de la pretemporada. Con vistas a que el R29 sea exprimido al máximo, Nelsinho Piquet trabajó en Jerez bajo la duda del último puesto (ver noticia), a más de un segundo del Red Bull de Sebastien Vettel. El alemán, junto con su compatriota Nico Hulkenberg (Williams) y Heikki Kovalainen (McLaren) rodaron a menos de cinco décimas de diferencia conduciendo todos un bólido de 2009. Piquet quedó más retrasado. El más rápido fue Sebastien Buemi pero con un Toro Rosso de la temporada pasada. En Bahrein, a miles de kilómetros de Jerez, los equipos de Toyota, Ferrari y BMW también realizaron pruebas y con unos tiempos similares. Todas las escuderías están en décimas, excepto Renault.

El equipo de Fernando Alonso y Piquet Jr no ha dado ninguna sensación de seguridad. En el circuito luso de Portimao el R29 del piloto brasileño tuvo un “problema mecánico” en la segunda jornada y no pudo terminar la sesión. Al día siguiente se puso a los mandos el piloto asturiano y sólo pudo finalizar en un irrelevante quinto puesto. Irrelevante pero a un segundo y medio de McLaren. Esos test supusieron la presentación del coche francés para 2009 y el principal objetivo fue recoger datos que serían estudiados en Enstone.

Veinte días después los tiempos de las escuderías se juntan cada vez más menos la del equipo de Flavio Briatore. Todavía es muy temprano para preocupar a los aficionados del piloto asturiano. Pero mosquea que sea el único que no está en el grupo. No ha dado ningún síntoma bueno. Atentos a la jornada de hoy.

Una pretemporada la ‘gana’ la escudería que más haya exprimido sus posibilidades y haya despistado más al box del vecino. Enseñar algunas cartas para despistar; guardar algún as para el final o utilizar un elemento a un 50% de su rendimiento. Rodar con el monoplaza totalmente desarrollado pero el tanque de combustible a tope para no realizar grandes registros. Y al revés, utilizar el combustible justo para lograr grandes tiempos e ilusionar y, de paso, pescar algún patrocinador. Un test se parece más a una partida de póker que a una carrera automovilística y Renault no ha enseñado aún ninguna carta.