Tercer 'tirón de orejas' de los jefes de Ferrari a sus ingenieros

Ferrari sigue sin encontrar la fórmula para mejorar su monoplaza. Cuando pasan tres meses desde que comenzase el Mundial, la 'Scudería' continúa trabajando a marchas forzadas para que su coche sea más competitivo. Sin embargo, los pésimos resultados cosechados en Montecarlo y Turquía no han hecho más que sacar a relucir los problemas del F10, y por ende, del equipo técnico que lo desarrolla.

Ferrari empezó a trabajar en su monoplaza desde mediados del mes de julio de 2009, en mitad del pasado Mundial ante la supremacía de Brawn y sus difusores. Por aquel entonces los mandamases de la escudería del Cavallino Rampante optaron por dar por perdida la temporada y centrarse en desarrollar un monoplaza campeón para el Mundial 2010. Los ingenieros de Ferrari pensaron que la clave del éxito con la nueva normativa pasaría por fabricar un coche especialmente ligero que consiguiese un desgaste mínimo de los neumáticos durante la carrera. La apuesta dio sus frutos en Bahréin con un doblete histórico que presagiaba un Mundial teñido de rojo.

Sin embargo, la alegría duró poco tiempo. Los problemas con los motores supusieron un duro revés a los planes de la escudería italiana hasta el punto de que su patrón, Stefano Domenicali, ya comenzaba a advertir de la importancia que podría tener estos traspiés en el trascurso del Mundial: “Hemos tenido un par de problemas de fiabilidad que deben servirnos de aviso. Si queremos aspirar al título debemos arreglar este aspecto lo antes posible".

Tras las cuatro primeras carreras del Mundial, la fiabilidad del F10 siguió sin mostrar un signo de mejora, lo que provocó el malestar del presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo: "Hay una ligera sensación de decepción después de estas primeras cuatro carreras. Definitivamente hemos terminado con menos puntos de los que somos capaces de conseguir, a veces por incidentes fuera de nuestro control y a veces por problemas nuestros". En el Gran Premio de Mónaco, el accidente de Alonso y su salida desde la última posición tampoco animaron el ambiente.

Los ingenieros, bajo la lupa

Después de tres meses y siete grandes premios disputados, el monoplaza de Ferrari no termina de convencer. La discreta actuación de la 'Scudería' en el Gran Premio de Turquía, un circuito que por otro lado se le da especialmente bien a Felipe Massa, es una clara muestra de que el F10 tiene fallos importantes. El monoplaza no encuentra su sitio en la parrilla y sólo despunta cuando los demás comenten errores, como los miniregalos que recibió en Montmeló Alonso por parte de Vettel y Hamilton. Si observamos la línea que ha trazado el MP4/25 de McLaren desde el Gran Premio de España comprobamos que es claramente ascendente, mientras que la que dibuja el F10 de Ferrari plantea muchas dudas

Ahora todas las miradas apuntan al equipo técnico de Ferrari. El presidente de la 'Scudería' ha dado un ultimátum a sus ingenieros y les ha advertido de que no le temblará la mano si tiene que renovar toda la parcela técnica, algo que este martes confirmó Domenicali: "El equipo tiene que reaccionar. La capacidad de desarrollar el coche siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Ferrari y no existen razones para que no lo siga siendo. Los hombres son los mismos, así como los métodos de trabajo".

Algunas voces de Ferrari consideran que el problema del F10 está en la carga aerodinámica, otras voces a que los problemas de motor que experimentaron en las primeras carreras y su posterior modificación aprobada por la FIA, han provocado una pérdida de potencia en sus propulsores. Los ingenieros de la 'Scudería' trabajan a contrarreloj para mejorar el monoplaza, pero se están viendo acorralados por las nuevas normas de la FIA que prohíben las pruebas en pista y que limitan las pruebas en el túnel del viento. El tiempo se agota y Ferrari sabe que si su monoplaza no está a la altura de los McLaren y Red Bull para el Gran Premio de Europa que se disputará en Valencia el 27 de junio, la temporada estará perdida. 

A partir de ahora la consigna para Ferrari es clara: es fundamental salir en cada carrera desde las tres primeras líneas de la parrilla. A partir de la cuarta, las posibilidades de ganar y de mantenerse arriba en la clasificación de pilotos se reducen notablemente. Una de las grandes bazas de los ingenieros de Ferrari es desarrollar el F-Duc, un sistema que hasta el momento no está dando los resultados esperados.