El multimillonario Slim imita a Fernando Alonso para crear un nuevo fenómeno social en México

Ha nacido una nueva estrella en México. Sergio ‘Checo’ Pérez ha abierto a su país el mundo de la Fórmula 1. Al igual que hiciera Fernando Alonso hace ocho años, cuando logró su primera victoria, Pérez ha logrado que la prensa abra telediarios y ocupe las portadas de los diarios deportivos de su país. Un fenómeno deportivo y social gracias a su séptimo puesto –poco importó la descalificación- en su debut. Son diferentes los caminos seguidos por Alonso y Pérez pero un mismo beneficiado: la Fórmula 1 de Bernie Ecclestone.

“Histórico” y “fenómeno” decía la portada del diario mejicano Récord. Ha roto fronteras y enseñado al gran público que hay vida más allá del fútbol y de ‘su’ delantero del Manchester United. Estos días, la mayor figura deportiva de México, Chicharito Hernández, ha tenido que compartir portadas con Sergio Pérez. “La gente sólo habla de Chicharito y el ‘Checo’. Creo que en México va a pasar algo parecido a lo que Alonso consiguió en España hace unos años”, reconoce un periodista azteca a El Confidencial.

El apoyo promocional de la compañía Telmex puso en órbita a la población. Los mejicanos sabían que tenían a un paisano entre los mejores conductores del mundo pero, hasta el GP de Australia, pensaron que era por la pasta de Carlos Slim y no por la de piloto de carreras. A partir de este domingo, la visión sobre el piloto de Guadalajara (Jalisco) se tornó a su favor y poco ha importado su descalificación por 3 milímetros de su alerón. “¡Descalificado por 1 centímetro!” apuntaba la prensa azteca. Por su exclamación, parece que todavía no conocen bien a la FIA.

Además de tener billetes verdes, el niño es un “fenómeno”

Sergio Pérez ha dado cambiado la opinión pública mejicana. Que sus espaldas y su carrera esté patrocinada por el multimillonario Slim (dueño de América Móvil, uno de los grupos de telecomunicaciones más importantes de toda América Latina; Sanborns, una cadena de restaurantes en México y es accionario en el New York Times con un 6.4 %) hacían pensar que su mayor mérito para conducir un volante de Fórmula 1 era tener dinero. En el país azteca se ha revertido ese pensamiento y la prensa se ha puesto de su lado rápidamente. Ahora la opinión de la calle es que, además de billetes verdes, el niño es un “fenómeno”. Telmex le fichó en el año 2000 y once años después empieza a ver los resultados en la categoría reina del automovilismo.

Fernando Alonso no tuvo un colchón de dinero tan importante en sus inicios. Adrián Campos fue su manager hasta que Flavio Briatore le fichó tras su victoria de Spa en la F3000 para llevarle al volante de Minardi. Le prometió que sólo estaría un año cedido y que posteriormente correría en Renault cuatro años más para empezar una etapa post Schumacher. Además de una nueva era en la Fórmula 1, esa contratación supuso el inicio de un nuevo deporte de masas en España. Ese objetivo también lo perseguía Ecclestone ya que España era un mercado sin explotar por aquel entonces.

A partir de ahora, los mejicanos descubrirán un nuevo lenguaje. ¿Quién pensaba hace diez años que se harían corrillos en España para hablar del kers o del doble difusor? En el país caribeño han pasado de discutir un posible fuera de juego a opinar sobre el tamaño de un alerón trasero móvil en un monoplaza. Veinticuatro horas antes, esto sonaría a ‘chino’.

Alonso, más meteórico y precoz

Fernando Alonso debutó en la F1 en 2001 pero no fue hasta 2004, entonces los derechos televisivos pasaron a Tele 5, cuando la fiebre por el automovilismo aterrizó en España. Su primera victoria, en Hungría, se pudo ver en España por TVE. Un año después, Tele 5 se volcó con la Fórmula 1 y acertó. En México todo ha sido de repente sobre todo porque Pérez condujo en su debut un monoplaza para pelear por los puntos (un objetivo atractivo para el espectador) y Alonso, quien luchaba por no ser último, no vio su vehículo montado hasta el día anterior al GP de Australia. Incluso sus pegatinas eran provisionales. El asturiano acabó la carrera.

Sus caminos hasta llegar al Gran Circo han estado marcados por su talento y las victorias. El español no aguantó tanto como el mexicano en categorías previas. Alonso pasó de los karts a la Fórmula Nissan, donde ganó, de allí a la F3000 y posteriormente a la Fórmula 1 con 19 años. Pérez (21), tras el kart, corrió en la Fórmula Skip Barber, BMW alemana, F3 y GP2. Además, ha podido probar su monoplaza actual en la pretemporada, algo que Alonso no tuvo ocasión.

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