La Selección española enseña a los yankees cómo se juega al fútbol

España sentó cátedra muy cerca de Harvard. La campeona del mundo decidió dar una lección magistral ante Estados Unidos, la selección que llenó de dudas a todo un país cuando un año antes del Mundial de Sudáfrica eliminó a la Roja de la final de la Copa de las Confederaciones, alimentando todo tipo de rumores sobre Del Bosque y sus jugadores. Pues bien, tal y como demostraron en la noche del sábado no habían olvidado la afrenta sufrida en 2009 y decidieron pasar por encima de Estados Unidos, de la que dicen que es un poder emergente en esto del fútbol.

Xabi Alonso, Busquets, Silva, Negredo y Cazorla decidieron impartir doctrina y mostraron a casi todo el mundo, Obama al final decidió no acudir y no recibir a la selección española, quién sigue siendo la mejor del mundo. No hay duda. Cazorla en dos ocasiones, Silva y Villa certificaron la exhibición realizada ante 65.000 aficionados en Boston, repartidos por igual entre España y Estados Unidos.

Los internacionales españoles tenían, además, otro tipo de cuenta pendiente, que no era otra que la de su rendimiento en partidos amistosos. Del Bosque no había olvidado las goleadas recibidas ante Argentina y Portugal y quería resarcirse, de ahí que recordara a sus jugadores la importancia moral del choque ante Estados Unidos. Y los dueños de la Roja no fallaron, mostrando una concentración fuera de lo normal desde el inicio y hasta el último minuto. No hay que olvidar que estamos en junio y con la temporada ya terminada. Cuenta saldada.

Aparcada la batalla Real Madrid versus Barcelona en beneficio del fútbol, internacionales de otros equipos como Silva, Cazorla o Negredo decidieron adquirir el papel de protagonistas, aunque contaron con la ayuda de un Xabi Alonso magistral. El madridista tuvo a su lado a Busquets. Uno y otro se compenetraron a la perfección, jugando Alonso unos metros por delante.  Del Bosque planteó un sistema diferente al de otras ocasiones. La ausencia de Xavi, llevó al entrenador a contar con un doble pivote claro, con Silva por delante y Cazorla y Villa (en exceso individualista por cierto) en las bandas, con Negredo de referencia. Los yankees se limitaron a ver cómo los ayer blancos se pasaban el balón, inventaban paredes, desmarques imposibles, llevando el control absoluto del juego desde el primer minuto. En toda la primera mitad tan solo se acercaron en una ocasión a la portería defendida por Reina y el disparo salió botando a diez metros de los tres palos. Ese fue todo su bagaje ofensivo. Ni rastro de esa agresividad que le llevó a octavos de final del Mundial en Sudáfrica.

El gol era cuestión de tiempo. Howard se desesperaba, pero Onyewu y Lichaj nada podían hacer ante la habilidad y la velocidad con el balón en los pies de cualquiera de unos más que inspirados jugadores españoles. El lanzamiento de Negredo al larguero fue el preludio de la goleada que se avecinaba. Dos minutos antes de la media hora, Xabi habilitó a Silva para que este asistiera a Cazorla. Tres toques y clara demostración de lo que es el fútbol de España. En el 32 Xabi vio el desmarque del delantero del Sevilla y puso el balón dónde lo quería el ex de la cantera del Real Madrid. Esta vez no se encontró con el larguero y sí la red de la portería de Howard. Cuatro minutos antes del descanso se volvieron a encontrar los protagonistas del primer gol para sentenciar el partido. Howard sufría y se volvía a enfadar con unos acartonados defensas de Estados Unidos.

Del Bosque metió a Torres, Iniesta y Bruno tras el descanso, mientras que el seleccionador yankee colocó a alguno de los titulares que había reservado para el inicio el próximo martes de la Copa de Oro ante Canadá. La entrada de Bradley y Dempsey metió algo de presión e igualdad al partido. Los cambios españoles, a los que se unieron Borja Valero, Capdevila y Casillas, también contribuyeron a que se bajara la tensión del partido y la intensidad del juego. Lógico. Pese a ello, España siguió controlando el juego y salvo en dos pérdidas de balón, una de Xabi y otra de Sergio Ramos que se quedó parado esperando una falta que no pitó el árbitro, la selección local no creó peligro alguno. Por si existió algún atisbo de duda, Borja Valero y Torres se asociaron para cerrar la cuanta con el cuarto tanto.