Rafa Nadal vence a Roger Federer y se corona por sexta vez como Rey de Roland Garrós

Llegaba a París con las dudas que parecen planear sobre él en los últimos meses, pero una vez más demostró que es la mejor máquina de precisión española y el valor seguro en las apuestas. Rafa Nadal, volvió a armarse de la paciencia que requiere la situación y a amordazar sus nervios para derrotar al suizo Roger Federer por 7-5, 7-6 (3), 5-7, y 6-1 y ganar por sexta vez el torneo de Roland Garros. No era una victoria más, el mallorquín, que bien habría que recordar que cumplió 25 años hace apenas dos días, conseguía igualar los seis títulos del mítico Bjorn Borg y asegurar su puesto de número uno del mundo hasta el final del tercer Grand Slam de la temporada, Wimbledon, que comienza en quince días.

Pero, aunque en ningún momento pareció peligrar la victoria en las tres horas y cuarenta minutos que duró el partido, bien sabe Nadal que a Federer no se le puede dar nunca por muerto. El suizo empezó fuerte el partido y llegó a ir ganando por 5-2 en el primer set, e incluso tuvo un punto de set, con su servicio, en el juego siguiente. Sin embargo, todo fue un espejismo porque las cosas no tardaron en ponerse a favor del de Manacor.

Nadal comenzó a dar un auténtico recital y a marcar el ritmo del partido sacando de quicio al suizo que veía que la final se le iba escapando de las manos una vez más y no encontraba la forma de hincar el diente a su rival. Rafa ganó luego siete juegos consecutivos, 7-5 y 2-0, pero la climatología volvió a darle la espalda y el partido fue interrumpido por la lluvia cuando dominaba por 7-5, 5-4 (40-40), justo cuando tenía un punto de set.

Trece minutos y unas cuantas gotas después los dos tenistas volvieron a pista sin calentamiento alguno y el baile se retomó. Federer anuló la oportunidad de Nadal para dar la puntilla, pero el español se lo apuntó luego en el desempate. Una rotura, y en blanco además, en el sexto juego del tercer parcial pareció definir la contienda (4-2), pero Federer respondió con la misma moneda al siguiente y rompió en el undécimo de nuevo para colocarse por primera vez por delante en este set, y rematar con su servicio luego para ganar el tercer acto.

La dejada era el mejor arma para Federer que se fue hundiendo físicamente en el cuarto set, para ceder su saque en el cuarto (3-1) y sexto (5-1), con un Nadal lanzado al ataque, y que apuntilló su gran triunfo a la primera oportunidad, con una derecha larga del suizo. Nadal volvía a coronarse en París. Poco importaba ese tono un tanto hostil del público hacia el manacorí que parece impregnar año tras año a la grada parisina. Rafa, aquel chaval que con 19 años se restregaba por la arena de la Philippe Chatrier tras vencer a Puerta, volvía a hacerlo por sexta vez como si se tratase de la primera. Media docena de títulos y los que vendrán. Porque, a pesar de las dudas que pueda haber a veces, con Rafa siempre nos quedará París.