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La lluvia fastidia otra vez el Abierto de Estados Unidos pero da un respiro a Nadal
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OBLIGA A CANCELAR LOS PARTIDOS DEL MARTES

La lluvia fastidia otra vez el Abierto de Estados Unidos pero da un respiro a Nadal

"No he jugado mal, pero mi tenis puede mejorar". Ésa fue la sincera impresión de Rafa Nadal tras su debut en Nueva York y de la que, tras tres

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La lluvia fastidia otra vez el Abierto de Estados Unidos pero da un respiro a Nadal

"No he jugado mal, pero mi tenis puede mejorar". Ésa fue la sincera impresión de Rafa Nadal tras su debut en Nueva York y de la que, tras tres partidos aún quedan resquicios debido, entre otras cosas, a las molestias de última hora de quien ha sido víctima. La intención del vigente campeón del US Open no es otra que revalidar el título y adjudicarse el último Grand Slam para maquillar un año en el que ha perdido cinco finales y ha cedido el número uno a Novak Djokovic.

Pero la sensación de que su juego dista bastante de la contundencia que otrora imponía su raqueta y el episodio del calambre en plena rueda de prensa no lo están poniendo nada fácil. Vuelven los nervios y eso no es bueno para Nadal. Necesita continuidad, pero su irregularidad le impide acabar sus compromisos con buenas sensaciones. Sin embargo, la suspensión de la novena jornada a causa de la incesante lluvia puede darle un respiro.

Tras el fiasco de Montreal y Cincinnati, donde cayó en segunda ronda y cuartos respectivamente, y un dudoso encuentro inaugural, el balear se mostró más confiado dentro de la pista ante el francés Nicolas Mahut, quien antes de abandonar por lesión sufrió sus golpes ganadores. Ante Nalbandian el mallorquín sacó la garra que le caracteriza para certificar el pase a octavos pese a unas rozaduras en la planta del pie que no pasaron a mayores. Pero lo cierto es que, aunque Nadal se empeña en despejar las dudas, su juego no consigue la regularidad necesaria para espantar los fantasmas.

La lluvia sobre el cemento de Nueva York y la previsión de empeoramiento obligaron a cancelar los partidos previstos para ayer, lo que dio a los jugadores un día de descanso que puede beneficiar a Nadal para coger fuerzas y encarar lo que queda de torneo con mayor seguridad en sí mismo. Una seguridad que necesita para dominar los partidos de principio a fin.

Un torneo marcado por la lluvia

Durante los tres últimos años, las malas condiciones climatológicas han obligado a retrasar la final, por lo que tuvo que disputarse en lunes las pasadas tres ediciones. Algo histórico. Y es que, a diferencia de Wimbledon y el Open de Australia, tanto Roland Garros como el Open de Estados Unidos no cuentan con techo retráctil en las pistas centrales para evitar la lluvia o el calor intenso, por lo que el desarrollo del torneo está supeditado a la climatología.

Los primeros partidos previstos para las 11.00 horas local (17.00 horas en España), tenían que disputarlo el escocés Andy Murray frente a Donald Young, en la central de la Arthur Ashe; mientras que en la pista Louis Armstrong estaba previsto que jugarán el norteamericano John Isner y el francés Gilles Simon.

Rafa Nadal debía jugar en el segundo turno de la central ante el luxemburgués Gilles Muller, mientras que David Ferrer, quinto cabeza de serie, iba a abrir el turno de la sesión nocturna, sobre las 19.00 hora local, ante el estadounidense Andy Roddick

 

 

"No he jugado mal, pero mi tenis puede mejorar". Ésa fue la sincera impresión de Rafa Nadal tras su debut en Nueva York y de la que, tras tres partidos aún quedan resquicios debido, entre otras cosas, a las molestias de última hora de quien ha sido víctima. La intención del vigente campeón del US Open no es otra que revalidar el título y adjudicarse el último Grand Slam para maquillar un año en el que ha perdido cinco finales y ha cedido el número uno a Novak Djokovic.

Rafa Nadal