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Colorín, colorado… ¿este Tour se ha acabado?
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LAS ACTUACIONES DE VALVERDE, POR ENCIMA DE LAS DE CONTADOR

Colorín, colorado… ¿este Tour se ha acabado?

Ésta es la pregunta que sobrevuela en el mundo del ciclismo desde que ayer, a eso de las 17:45, el británico Chris Froome cruzara la línea

Foto: Colorín, colorado… ¿este Tour se ha acabado?
Colorín, colorado… ¿este Tour se ha acabado?

Ésta es la pregunta que sobrevuela en el mundo del ciclismo desde que ayer, a eso de las 17:45, el británico Chris Froome cruzara la línea de meta de Mont Saint-Michel. No ganó la etapa, lo hizo el alemán Tony Martin, pero su soberbia actuación en la contrarreloj sirvió para demostrar a algunos escépticos que, a día de hoy, el corredor del Sky es el dueño y señor de este Tour de Francia. Algunos ya dan por sentenciada la carrera, a pesar de que aún resta por delante una semana y media de competición, una decena de etapas y, lo que es más importante, el paso por los Alpes en un tramo final de carrera francamente infernal. Ahora, que no todos dan por zanjada la ronda gala, los hay como Alberto Contador que advierten que "todavía nadie ha ganado el Tour y nadie lo ha perdido. Hay que llegar a París y queda mucha carretera". Lo que no sabemos es si el español, doble ganador del Tour, lo dice con el corazón o con la cabeza.

Algo sí ha quedado meridianamente claro en esta primera mitad de competición, y es que el gran favorito ha cumplido sobradamente las expectativas. Froome llegaba a la gran ronda por etapas con un currículum inmaculado esta temporada y su gran estado de forma se está viendo día a día. Lo comprobamos en los Pirineos y también ayer en la primera crono individual, donde metió diferencias considerables a sus grandes rivales en la general, todas ellas por encima de los dos minutos. Hasta la fecha, la sensación es que el ciclista del Sky disputa una carrera, contra sí mismo, y los demás otra, por los puestos del podio en París, tal y como reconocía en la llegada a meta Alejandro Valverde. "Sabemos que está Froome y que luego estamos los demás, que luchamos por el podio", declaraba el corredor del Movistar.

En el ciclismo, como en el deporte y en la vida, la esperanza es lo último que se pierde, y a eso se aferran algunos aspirantes a tratar de arrebatarle el maillot amarillo al corredor de origen keniata, o al menos a ponerle en dificultades. Pero es que Froome no ha mostrado síntomas de debilidad en ningún momento, lo cual mina aún más la moral de sus adversarios. Cuando la carretera ha picado para arriba ha sido el mejor, en cuanto ha llegado la lucha contra el cronómetro, también (con el permiso de Martin, claro está). La única duda que queda por resolver es si logrará mantener este espectacular nivel durante las tres semanas, teniendo en cuenta que por delante queda lo más duro de esta edición centenaria del Tour.

Las posibles alianzas en carrera pueden ser importantes en el desenlace final. Ya se vio en la última etapa de los Pirineos, donde el equipo Movistar fue capaz de dejar solo a Froome durante más de cien kilómetros. Tensaron la carrera y el todopoderoso Sky se vino abajo, no así su líder, que aguantó estoicamente. Quizá por ahí pueda abrirse una ventana a la esperanza. Los Valverde, Contador, 'Purito', Nairo Quintana, Kreuziger y compañía pueden hacer valer aquello de 'todos contra Froome'. Si el Sky vuelve a mostrar debilidad, el británico no podría hacer frente a los ataques de todos ellos, siempre y cuando la actitud de todos ellos sea la de correr al ataque y dejar atrás el conservadurismo. Ahora bien, si los de Dave Brailsford están a su nivel, se antoja muy complicado despojar de la preciada prenda a un Froome que está demostrando tener una marcha más que el resto.

Se necesitan valientes

Pongámonos en el supuesto de que efectivamente Sky no está tan fuerte como su líder. ¿Quiénes van a optar por ganar la carrera y quiénes por mantener su puesto en la general? El equipo Movistar ya demostró que quiere espectáculo, que si tiene fuerzas va a poner la carrera patas arriba. Contador, aún sin estar en su mejor momento, ya ha dejado claro que no arroja la toalla y que va a luchar por ganar, sea cual sea el precio a pagar. Y 'Purito', otro que no ha llegado en el momento óptimo a este Tour, poco tiene que perder, ya que está undécimo y a casi seis minutos del líder. ¿Y los demás? Entre los diez primeros de la general se encuentran Nairo Quintana y Rui Costa, compañeros de Valverde, y Kreuziger, del equipo de Contador, que pueden ser unas bazas extraordinarias para plantarle una dura batalla al líder y a sus gregarios.

La carrera demanda ciclistas valientes, de lo contrario esto ha podido escribir su epitafio tras la etapa de Mont Saint-Michel. Veremos también la actitud que toman los Mollema, Ten Dam o Kwiatkowski (también en el top-10), aunque la sensación es que serán los españoles y sus segundos espadas los que puedan poner ese punto de emoción necesario a la carrera. Por delante, Alpe D’Huez, Glandon, la Madeleine, Annecy-Semnoz y la durísima crono de Chorges, terreno suficiente para hacer disfrutar a los aficionados y para tratar de poner contra las cuerdas al hasta el momento invencible Froome. No hay duda, este Tour tiene un 'capo', pero como se suele decir la procesión no acaba hasta que no pasa el último cura. Confiemos…

Ésta es la pregunta que sobrevuela en el mundo del ciclismo desde que ayer, a eso de las 17:45, el británico Chris Froome cruzara la línea de meta de Mont Saint-Michel. No ganó la etapa, lo hizo el alemán Tony Martin, pero su soberbia actuación en la contrarreloj sirvió para demostrar a algunos escépticos que, a día de hoy, el corredor del Sky es el dueño y señor de este Tour de Francia. Algunos ya dan por sentenciada la carrera, a pesar de que aún resta por delante una semana y media de competición, una decena de etapas y, lo que es más importante, el paso por los Alpes en un tramo final de carrera francamente infernal. Ahora, que no todos dan por zanjada la ronda gala, los hay como Alberto Contador que advierten que "todavía nadie ha ganado el Tour y nadie lo ha perdido. Hay que llegar a París y queda mucha carretera". Lo que no sabemos es si el español, doble ganador del Tour, lo dice con el corazón o con la cabeza.

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