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El Barça sigue excavando el hoyo en que se ha metido. Paliza de la Juventus en casa (0-3)
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DOBLETE DE CRISTIANO RONALDO

El Barça sigue excavando el hoyo en que se ha metido. Paliza de la Juventus en casa (0-3)

El equipo azulgrana se desmorona ante una Juventus que no hizo nada del otro mundo, pero cumplió con contundencia y arrebata al Barça el liderazgo de grupo

Foto: Ronaldo y Messi se reencontraron en el Camp Nou. (Reuters)
Ronaldo y Messi se reencontraron en el Camp Nou. (Reuters)

Cuando el pasado 14 de agosto, después de un humillante 2-8 ante el Bayern en la Champions, salió Gerard Piqué a decir que el Barça había tocado fondo nos lo creímos. Pensamos que, efectivamente, ese era el hoyo y una vez diagnosticado el asunto solo se podía escalar y salir. Casi cuatro meses después el fondo no se ve. El Barcelona hace el ridículo día sí y día también, y ante la Juve perdió por 0-3 porque el equipo italiano tampoco está para fiestas: podría haber sido muchísimo peor.

La sensación constante es que ante un equipo serio, uno con cara y ojos, con hambre y recursos, el Barça se llevaría una zurra importante. El conjunto de Koeman salió al césped porque así lo imponía la UEFA, otra cosa es comparecer. No hay alma en este equipo y el penalti dudoso en el 13’ que marcó Cristiano Ronaldo no es ya ni excusa. Porque siete minutos más tarde McKennie logró el segundo, y el Barça seguía en Babia, atolondrado perdido, sin juego, sin ideas, sin rebelión alguna. Un de puente a puente porque me lleva la corriente del juego de la oca, sin más.

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Lo peor es que además en cuanto comenzó la segunda parte, Lenglet golpeó una pelota con la mano y el penalti volvió a transformarlo Ronaldo. Y que tres minutos después Koeman sustituyó al central por Umtiti, que llevaba nada menos que seis meses sin jugar. Así de duro, así de tremendo, es el hoyo en el que se ha metido el Barça. Un de oca a oca constante. Un derrumbe tan a la vista que da hasta vergüenza verlo.

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No hay nada, cartulina, viejos ecos de grandes logros. Koeman había intentado ponerles un objetivo claro y cortito: no se puede perder hasta el final del año. Y más allá de las decisiones discutibles, del doble pivote y el juego por el centro, de ahora meto a Braithwaite y parece una solución porque Griezmann se enchufa y ahora le quito porque perdimos en Cádiz, no hay nada en el Barça que invite al optimismo porque hasta Pedri queda engullido en la depresión y Ansu Fati está lesionado. Se mire por donde se mire, no hay nada. Ni siquiera el orgullo de un vestuario que no tiene un líder.

El asunto Messi

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A Messi no se le puede culpar por lo que ahora sucede. Él, que fue el que salvó tantas veces al Barça ahora lo intenta, pero no puede. Ni le llegan las piernas, ni la ilusión en un club del que quiso marcharse hasta el punto de enviar un burofax. Se quedó como un rehén, secuestrado, y desde entonces todo va cuesta abajo y sin frenos. En el Barça se habían preguntado tantas veces qué sería de ellos sin Leo que no entró en ningún plan qué sería de ellos con él cuando en realidad ya no está.

Messi lo intenta, pero no puede

El catálogo de horrores está mucho más allá de nuestra imaginación. Messi no es el líder; estaba en Roma, en Liverpool, en Lisboa, pero si no hubiera sido por él hace tiempo que habrían cavado el hoyo. Sin él no hay nada. Es la nada. Se le puede pedir liderazgo, pero, como apuntó Koeman tras perder en el Carranza, “los errores defensivos no son cosa suya”.

El Barça está en caída libre y da mucho susto, porque no hay nadie capaz ahí dentro de pararlo. No hay rebelión, ni carácter, ni alma, ni ganas, ni fútbol, ni juego, ni nada. Se ha clasificado para la siguiente ronda de Champions (aunque en el cruce le esperan los mayores 'cocos' de Europa), está a doce puntos del Atlético en Liga, pero sobre todo persiste la sensación de un equipo hueco, vacío, que se ha asomado al precipicio y ha decidido despeñarse.

Cuando el pasado 14 de agosto, después de un humillante 2-8 ante el Bayern en la Champions, salió Gerard Piqué a decir que el Barça había tocado fondo nos lo creímos. Pensamos que, efectivamente, ese era el hoyo y una vez diagnosticado el asunto solo se podía escalar y salir. Casi cuatro meses después el fondo no se ve. El Barcelona hace el ridículo día sí y día también, y ante la Juve perdió por 0-3 porque el equipo italiano tampoco está para fiestas: podría haber sido muchísimo peor.

Leo Messi Cristiano Ronaldo