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Navarro y su "molestia" con el hotel de la desconcentración en Copa
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EL ÚNICO 'PERO' DEL JUGADOR AZULGRANA AL TORNEO

Navarro y su "molestia" con el hotel de la desconcentración en Copa

Comienza a ser obvio escuchar que la Copa del Rey es el mejor torneo de baloncesto de nuestro país. Incluso uno de los más atractivos de

Foto: Navarro y su "molestia" con el hotel de la desconcentración en Copa
Navarro y su "molestia" con el hotel de la desconcentración en Copa

Comienza a ser obvio escuchar que la Copa del Rey es el mejor torneo de baloncesto de nuestro país. Incluso uno de los más atractivos de toda Europa junto con la Final Four. La fórmula ha cuajado en la afición y medios de comunicación. ¿Y los protagonistas, los jugadores? ¿Están igual de cómodos que los fans? Un buque insignia de la canasta nacional, clasificado ayer para semifinales, Juan Carlos Navarro, explica a El Confidencial lo que más le molesta de este torneo: cruzarse en el ascensor del hotel de concentración con el rival a batir sobre la pista.

Existe una fiebre concentrada durante unos días que revienta cualquier expectativa en torno al balón naranja. La Liga ACB, competición a priori más importante, mira con envidia el entusiasmo que despierta un torneo que dura sólo cuatro días. Fiesta en unas gradas multicolor y en los aledaños del pabellón o, en este caso, del Hotel Westin Palace. También por el centro de Madrid, durante estos días, se mezclan bufandas del Barça, Real Madrid (las que menos), Gran Canaria, Joventut, Baskonia, Valencia, Bilbao Basket y Valladolid. Ningún problema. El deporte triunfa de la cancha hacia fuera.

Dentro de la competición, no todo es tan cómodo. “Estamos acostumbrados a viajar solos, a estar en el hotel solos. A veces, estar con tanta gente molesta”, asegura el capitán blaugrana a este medio. Es de las pocas cosas malas que ve en un torneo que considera “positivo por la afición y por todo lo que genera”. Aunque sí reconoce la incomodidad de dormir a unos metros del enemigo.

Cordialidad en el hotel de la 'desconcentración'

“No queda otra, te acostumbras. Por suerte tengo amigos en otros equipos, te saludas y tratas de hablar con ellos lo que puedas. Aunque ciertamente, estamos más acostumbrados a lo otro. Pero bueno”, declara resignado el ex NBA. Ojalá este fuera el peor trámite para llevarse el título. La naturalidad intenta aparecer durante todo el torneo en el hotel de la 'desconcentración'.

Navarro no oculta su admiración por todo lo que la Copa es capaz de conseguir aunque marca la línea entre los seguidores y los jugadores. Sin decir ‘no todo es tan bonito como parece’, ha dejado caer las pequeñas incomodidades para el baloncestista durante estos cuatro días de fiesta.

Por lo demás, el resto del evento le parece “muy bonito”. Navarro hasta mira con envidia a Madrid por el rol tan importante que la ciudad ocupa año sí, año no. “A mí me gustaría también que en Barcelona se hicieran torneos como estos; venimos a jugar y si fuera en casa… mejor”. Aunque este aspecto, al Madrid, ni le va ni le viene pues es el equipo que cuenta con más adversarios en las gradas. "Madridista quien no bote" es un hit que corean en cada jornada las otras siete aficiones presentes en el campeonato.

El fútbol, a 'años luz' del baloncesto

Y es que la Copa es especial. Si lo comparamos con un torneo de fútbol, más. En Valencia, por ejemplo, cuando se enfrenten FC Barcelona y Real Madrid en Mestalla, la ciudad se dividirá en dos para que no haya enfrentamientos entre los hinchas. La ciudad que alberga la Copa de básquet no divide, sino que aúna. Con una zona dedicada a los aficionados, las bufandas se mezclan y la cordialidad reina.

En cuanto a los futbolistas, también parece imposible que dieran entrevistas a la prensa con libertad antes de un entrenamiento, del mismo partido o en el descanso. Y lo de ‘meter’ a varios equipos en el mismo hotel… ¿se imaginan a Messi y Cristiano Ronaldo en el mismo hall del hotel, en un ascensor o desayunando juntos?

Además, el Barcelona con su victoria ante el DKV Joventut, por 86-66, en el último partido de cuartos de final de la 75 edición de la Copa del Rey completó las semifinales de la competición, en las que se enfrentará al Caja Laboral. Pese a la diferencia final, no fue un partido cómodo para un Barcelona que mostró una de sus peores caras con un juego ramplón, falto de ritmo y superado, por momentos, por la ilusión y ganas de sus rivales. La magia del baloncesto da envidia y donde Navarro ve pequeños inconvenientes, en otros deportes se convierten en escenas imposibles.

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Comienza a ser obvio escuchar que la Copa del Rey es el mejor torneo de baloncesto de nuestro país. Incluso uno de los más atractivos de toda Europa junto con la Final Four. La fórmula ha cuajado en la afición y medios de comunicación. ¿Y los protagonistas, los jugadores? ¿Están igual de cómodos que los fans? Un buque insignia de la canasta nacional, clasificado ayer para semifinales, Juan Carlos Navarro, explica a El Confidencial lo que más le molesta de este torneo: cruzarse en el ascensor del hotel de concentración con el rival a batir sobre la pista.

Juan Carlos Navarro