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El Barcelona noquea al campeón en un partido 'eterno' pero maravilloso
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LOS AZULGRANA SE TOMAN LA VENGANZA DE LA EDICIÓN DE 2012 EN EL SANT JORDI (108-111)

El Barcelona noquea al campeón en un partido 'eterno' pero maravilloso

¡Qué mejor guión para comenzar un torneo como la Copa del Rey! Un duelo entre los dos grandes, igualdad hasta el último segundo, con dos prórrogas

Foto: El Barcelona noquea al campeón en un partido 'eterno' pero maravilloso
El Barcelona noquea al campeón en un partido 'eterno' pero maravilloso

¡Qué mejor guión para comenzar un torneo como la Copa del Rey! Un duelo entre los dos grandes, igualdad hasta el último segundo, con dos prórrogas incluidas, y un Fernando Buesa Arena repleto, deleitándose con un gran baloncesto, quizá no de una excelente calidad, pero sí de una intensidad y una emoción difíciles de repetir. Al final, la ‘víctima’ pudo con el favorito, y el Barça pudo tomarse así cumplida venganza de la derrota en la final del Palau Sant Jordi la temporada pasada.

Y es que cuando se dice que un Madrid-Barça es diferente a todos los partidos y que da lo mismo cómo lleguen los dos equipos a la cita señalada, no son habladurías. Da igual que lo extrapolemos al fútbol o al baloncesto, el resultado es el mismo. El conjunto blanco se presentaba en el Buesa como el gran favorito a alzarse con el título y, sin embargo, el inicio del encuentro pareció todo lo contrario. La grada, muy azulgrana como es lógico (a los aficionados culés había que añadir a los de Baskonia), jaleaba el arranque de los de Xavi Pascual al grito de “madridista el que no bote”. El conjunto blanco se vio sorprendido y, tras un parcial de 0-7, a Pablo Laso no le quedó otro remedio que pedir un tiempo muerto y parar el vendaval del equipo catalán.

Casualmente, ninguna de las dos grandes estrellas de ambos equipos y que mantuvieron en vilo a sus aficiones hasta el último momento, Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández, aparecieron durante prácticamente todo el partido. Con una maravillosa mezcla de colorido y acentos en la grada, gracias a las hinchadas de todos los equipos participantes (mención especial a la afición canaria, por aquello de la distancia y su buen humor), el partido crecía en intensidad y el Real Madrid parecía cogerle un poco el aire al partido. Pero un Barça muy entonado volvía a abrir brecha en el marcador hasta cerrar el primer cuarto con una gran canasta de la ‘Bomba’ y ponerse siete arriba (18-25). 

El Madrid necesitaba un soplo de aire fresco, y no lo iba a encontrar en la grada, a pesar de que los aficionados blancos presentes en Vitoria se empeñaran en dejarse la garganta en favor de los suyos. Mirotic y Slaughter sujetaban al equipo de Laso en el marcador, pero el Barcelona era el de las grandes ocasiones, muy enchufado y a sabiendas de que podía dar un golpe de autoridad tremendo a las primeras de cambio. Los merengues remaban a contracorriente y eran incapaces de ponerse por delante en el marcador. Eso sí, con un nudo en la garganta durante muchos minutos, el Madrid se fue al descanso sólo dos abajo (47-49).

La tensión ante el fracaso

El enfrentamiento entre los dos grandes de nuestro baloncesto en la ronda de cuartos de final iba a deparar inevitablemente que uno de los dos sufriera una estrepitosa eliminación a las primeras de cambio. Y eso se notó en los banquillos y en los jugadores durante la segunda mitad. Los brazos de los jugadores se encogieron, los porcentajes de tiro bajaron una barbaridad y la tensión en Pablo Laso y Xavi Pascual era evidente. Sus rostros denotaban la enorme responsabilidad que recaía sobre sus hombros.

Los azulgrana seguían por delante en el marcador en todo momento, pero no lograban despegarse y eso seguía dando alas al líder de la ACB, que llegado el último cuarto recobraba la ventaja en el marcador (67-66). Los aficionados blancos y culés sufrían, el resto disfrutaba del gran espectáculo tanto dentro como fuera de la cancha. El Fernando Buesa Arena, con 15.000 almas, correspondía a la grandeza del partido y del torneo.

Pero llegaba la hora de la verdad. El partido se consumía y cada ataque o defensa era cuestión de vida o muerte, deportiva lógicamente. Los nervios estaban a flor de piel. Incluso los aficionados del resto de equipos de la Copa, y que ya se habían decantado por uno u otro equipo, protestaban las decisiones de los árbitros y vibraban con las canastas y las acciones en una y otra zona. El duelo estaba al borde del colapso.

Tomic, desde la línea del tiro libre, y Felipe Reyes, en plan ‘capo’ bajo los aros, se convirtieron en los grandes protagonistas de los últimos segundos del duelo. El croata estuvo muy efectivo desde el 4,60 y el capitán blanco fue un valladar conquistando rechaces y anotando estos. Eso sí, ninguno pudo evitar que la tensión se prolongara, al menos, cinco minutos más. Nos íbamos a la prórroga (77-77).

Dos caras en un mismo período

La primera entrega de la prórroga tuvo dos claros vencedores, virtualmente hablando. A falta de dos minutos para la conclusión, el Barça se colocaba seis arriba (79-85) y parecía haber dado una estocada definitiva. Tenía el partido en su mano. Pero el Madrid, gracias a un sensacional Sergio Rodríguez (vaya temporada la suya), volteaba de nuevo el luminoso para el disfrute del respetable. Era un partido loco, no había un solo ataque ordenado, pero el espectáculo y la emoción eran inigualables. 

Un incomprensible fallo de Pete Mickeal desde la línea de personal y el acierto desde la misma distancia del ‘Chacho’ parecían decantar ya el partido a favor del actual campeón. Pero nadie estaba dispuesto a que esto pusiera el punto y final tan 'pronto'. Así que a Erazem Lorbek se le ocurrió anotar un tiro libre y una canasta de dos a falta de 8 décimas para el final y llevar el partido a otra prórroga. Por la megafonía del Buesa sonaba aquello de “más no se puede pedir”.

La ruleta rusa, para el Barça

El segundo tiempo extra llevó el mismo guión que el anterior. Los azulgrana tomando ventajas desde el primer instante y el Madrid, a remolque. Sólo que esta vez el líder de la Liga Endesa no iba a tener tanta capacidad de reacción.

Mickeal y Tomic, que se tomó cumplida venganza por la no continuidad en el equipo blanco, empezaron a poner mucha tierra de por medio. Más que nada porque en el Madrid tan sólo Sergio Rodríguez mantenía a su equipo en este tramo final. Una canasta de Marcelino Huertas y un fallido intento triple de Llull desde el centro del campo ponía punto y final a un fabuloso arranque de la Copa del Rey.

- Ficha técnica:

108 - Real Madrid
(18+28+14+17+16+15): Draper (2), Llull (23), Rudy Fernández (15), Mirotic (17) y Begic (-) -quinteto inicial-; Sergio Rodríguez (18), Carroll (17), Suárez (2), Reyes (2), Slaughter (8) y Hettsheimer (4).

111 - FC Barcelona Regal (25+24+15+13+16+18): Sada (2), Navarro (11), Mickeal (26), Wallace (11) y Tomic (20) -quinteto inicial-; Huertas (13), Jasikevicius (-), Oleson (5), Rabaseda (-), Lorbek (17) y Jawai (6).

Parciales: 18-25, 46-49 (descanso); 60-64, 77-77 (40'), 93-93 (primera prórroga) y 108-111 (segunda prórroga).

Árbitros: Hierrezuelo, Bultó y Jiménez. Eliminaron por cinco faltas personales a Reyes (min.45) y Mirotic (min.45).

Incidencias: Primer partido la primera jornada de cuartos de final de la Copa del Rey Vitoria 2013, presenciado en Buesa Arena por 14.500 espectadores. 

¡Qué mejor guión para comenzar un torneo como la Copa del Rey! Un duelo entre los dos grandes, igualdad hasta el último segundo, con dos prórrogas incluidas, y un Fernando Buesa Arena repleto, deleitándose con un gran baloncesto, quizá no de una excelente calidad, pero sí de una intensidad y una emoción difíciles de repetir. Al final, la ‘víctima’ pudo con el favorito, y el Barça pudo tomarse así cumplida venganza de la derrota en la final del Palau Sant Jordi la temporada pasada.