Las aficiones trasladan el carnaval al Buesa para irse de ‘Copas’

Hacerse 2.200 kilómetros para ver a tu equipo tiene un mérito fuera de lo normal. Eso es lo que han hecho 700 grancanarios, que tomaron un avión este pasado jueves para acompañar a su equipo en la edición 2013 de la Copa del Rey en Vitoria. ¿Es o no es fidelidad a unos colores? “Se llama amor al equipo. Uno hace esto de corazón, porque ama al baloncesto y al ‘Granca’, que es lo más grande”, nos cuenta ‘Malaguita’, probablemente el aficionado más popular del conjunto amarillo.

‘Malaguita’ ha sido el encargado de animar el fondo norte del Fernando Buesa Arena durante los días que llevamos de competición, y eso le ha servido para meterse al público en el bolsillo. “Lo de este hombre es un auténtico espectáculo”, comenta aficionados del Caja Laboral. Pero es que, a la distancia, hay que añadir que los ‘pío pío’ han cambiado un carnaval a 20 grados por la nieve y los 2 grados de la capital alavesa. “Da igual. Algunos hemos traídos los disfraces de la misma manera y vivimos la fiesta de otra manera, con todos los aficionados al baloncesto, que son gente de p… madre”, reconocen los isleños.

Una afición, la canaria, que ha contado en todo momento con el apoyo de la anfitriona. El tremendo pique entre Vitoria y Bilbao ha provocado que los baskonistas unieran fuerzas para desestabilizar a sus vecinos. El “bilbaíno el que no bote” ha sido un cántico habitual por parte de una gran parte del pabellón en estas dos jornadas.

Pero el mérito de esta Copa en la grada hay que repartirlo entre todas las hinchadas por igual. Los aficionados de Uxue Bilbao Basket tenían que luchar contra los 700 amarillos y los 8.000 de Caja Laboral. Aun así, las 1.000 gargantas de los del Bocho se dejaron notar en todo momento. “Estamos en minoría, pero nuestros jugadores tienen que notar nuestro apoyo y nos dejaremos la voz en ello”, apuntaban a El Confidencial varios miembros de la Peña Efecto Miribilla.

Finalmente, el gato al agua fue para Herbalife Gran Canaria, que disputará la segunda semifinal (21.30 horas, Teledeporte) ante Valencia Basket por un puesto en la final. Y es que el triunfo inicial en el graderío se trasladó también a la pista, donde los de Pedro Martínez fueron superiores en todo momento.

Valencia sonríe, la ‘Demencia’ llora

Pero el colorido y la variedad en los disfraces alcanzaban a todas las hinchadas. Fue el caso del cuarto de final que se disputó inmediatamente antes entre Valencia Basket y Asefa Estudiantes. La batalla en la grada comenzó muy peleada, quizá con ligera ventaja para el millar de miembros de la ‘Demencia’ estudiantil sobre los 500 ‘taronja’, pero el desarrollo de lo que aconteció en la pista fue apagando poco a poco a la fogosa afición colegial y dar paso de esta manera al estallido levantino.

“Estamos atacados, pero como ganemos hoy nos vamos a tomar unas copitas, eso seguro”, aseguraban  antes del partido Ivan y Marc, miembros de la Peña El Triple, de Valencia. “Haremos los kilómetros que sean necesarios para estar junto al equipo. Nunca van a estar solos, hagan lo que hagan. Con el Valencia Basket, como si hay que ir al fin del mundo. Esto es un modo de vida”, añaden.

Por su parte, los seguidores de Estudiantes se llevaron la gran decepción. Llegaban a Vitoria con mucha ilusión tras varios años de ausencia en la Copa, pero la baja de última hora de Carl English pesó demasiado en el equipo de Txus Vidorreta.

“Cada uno lo vive a su manera, pero el sentimiento de Estudiantes es especial. Es una gran pasión la que hay por este equipo en Madrid, lo que pasa es que al ser de una ciudad tan grande puede pasar desapercibida”, reconocen varios integrantes de la ‘Demencia’, entre ellos Álvaro, que reconoció que la baja de English fue clave. “No pasa nada, seguiremos a muerte con el equipo, pero con Carl podíamos haber plantado más batalla. Yo venía a Vitoria incluso con el convencimiento de que podíamos llegar a la final. Una pena”.

Pero lo mejor del torneo es que nadie se menea de su asiento. Equipos que ya se han quedado fuera de la competición, como era el caso de Real Madrid y CAI Zaragoza en el día de ayer, mantenían a sus hinchadas ocupando sus asientos y, lógicamente, adoptando un segundo equipo a quien animar y por el que seguir viviendo el torneo con la pasión necesaria. Quizá haya que estar ‘in situ’, pero créanme, “la Copa mola y bien merece el esfuerzo”, tal y como nos confiesan todos los aficionados.