El Rey y el ministro Wert reciben la gran bronca en la final de la Copa

La presencia del Rey era uno de los momentos más esperados de la final. Los antecedentes en otros torneos, con equipos vascos y catalanes de por medio, hacían prever lo que finalmente sucedió. La pitada fue abrumadora por parte de la gran mayoría de espectadores que prácticamente llenaban el Fernando Buesa Arena. 

Como ya se había encargado de avisar EH Bildu en Álava en la previa, "no será bienvenido". Y acertaron. Los abucheos fueron continuos a la entrada del monarca al palco, algo que se extendió a la interpretación del himno nacional en el momento en el que ambos equipos formaban, junto al trío arbitral, en el centro de la pista.

Las hinchadas de Baskonia, Barcelona Regal y Bilbao Basket, al menos en su práctica totalidad, silbaron e increparon a don Juan Carlos, quien mantuvo el protocolo, flanqueado por Eduardo Portela, presidente de la ACB, e Íñigo Urkullu, lehendakari vasco. Recibimiento tan hostil como esperado por parte de la mayoría de los aficionados.

La bronca desapareció durante el partido, pero ésta se reavivó en el momento en el que se procedió a la entrega de trofeos. Cada vez que se anunciaba por megafonía que el Rey iba a hacer entrega de cualquier tipo de distinción, ya sea a los árbitros, al subcampeón o al campeón, la música de viento volvía a ser protagonista.

Indignación en el resto de aficiones

Por otra parte, las hinchadas de Real Madrid, Estudiantes, Valencia Basket, Gran Canaria y CAI Zaragoza recibieron con aplausos al Jefe de Estado. Ahora bien, estamos hablando de que todas ellas hacían un número no superior a 2.000 personas frente a las otras 12.000 que casi llenaban el recinto. Eso quiere decir que su apoyo o respeto hacia el monarca pasaba desapercibido de no estar presente y verlo en el propio pabellón. Por televisión, tan sólo se oía el hostil recibimiento.

Fueron estos quienes se mostraron muy enfadados con la situación. "Es una falta de respeto. No pedimos que estén de acuerdo con el Rey o el himno, pero al menos que lo respeten", comentaban para El Confidencial aficionados del Valencia. "Es una cuestión de educación. A mí no se me ocurriría pitar el himno de otro país aunque no lo sienta. Lo escucho respetuosamente y punto", nos decían hinchas del Gran Canaria.

El ministro Wert, también abroncado

Durante el descanso se produjo la entrega del trofeo al vencedor de la Minicopa, torneo de los equipos cadetes, que finalmente conquistó el Real Madrid tras vencer al Barcelona Regal. Pues bien, al margen de la pitada que recibieron los chavales, algo a todas luces incomprensible a pesar de las ganas que se le pueda tener al equipo blanco por estas tierras, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, se llevó la otra gran bronca de la tarde-noche.

Eso sí, aquí la pitada y los insultos hacia el ministro ya fueron más generalizados por parte de todas las aficiones. Las reformas efectuadas por su Ministerio no parecen haber gustado, al menos a los presentes en la final de la Copa en Vitoria. Canarios, madrileños, vitorianos… Muchos de ellos hicieron que Wert pasara un momento delicado sobre el parqué del Buesa.