Ante Tomic, ese pívot que no valía para el Real Madrid y ahora se sale en el Barça

El pasado 5 de julio, el mercado del baloncesto nacional daba un vuelco importante. Un descarte del Real Madrid se convertía en una de las grandes contrataciones de su eterno rival. El Barcelona Regal, para sorpresa de todos, se hacía con los servicios de Ante Tomic, un talento al más puro estilo balcánico que no había rendido lo esperado en la capital de España. Y lo mejor de todo para el conjunto azulgrana, gratis. Pablo Laso y la dirección deportiva del Madrid habían decidido desprenderse de él tras dos temporadas un tanto decepcionantes, fundamentalmente la segunda.

Nadie puso en duda la capacidad del pívot, pero en el club de Concha Espina tuvieron claro que era el momento de pasar página. La fragilidad defensiva de Tomic ha sido un lastre que le ha acompañado desde que llegó a la Liga Endesa. Su enorme facilidad para anotar, su excelente movimiento de pies y su habilidad para el juego en estático no fueron argumentos suficientes como para que el Real Madrid le retuviera. Rescindieron su contrato, pero estaba claro que un jugador de este nivel no iba a estar demasiado tiempo libre. Y el que pescó en río revuelto fue el cuadro de Xavi Pascual. La pregunta rondaba entonces la cabeza de todo aficionado al mundo de la canasta, ¿sabrán en el Palau sacarle el jugo que no supieron/pudieron en Madrid?

Tras una primera mitad de temporada un tanto extraña, donde el equipo no carburaba en Liga pero sumaba una victoria tras otra en la Euroliga, llegó la Copa del Rey en Vitoria. Aquí la figura de Tomic se agigantó, sobre todo en el duelo de cuartos de final ante su exequipo, donde el croata fue absolutamente decisivo. El equipo de Xavi Pascual se alzó con el triunfo de manera totalmente merecida y tan sólo Pete Mickeal se interpuso en el camino de Tomic para convertirse MVP del torneo del KO, toda vez que Juan Carlos Navarro, muy mermado por sus problemas físicos, no cuajara una buena actuación en la final ante el Valencia Basket.

Pero el pívot croata había cogido carrerilla. Le habían arrebatado la distinción de mejor jugador en la Copa, pero Tomic estaba, y está, en estado de gracia. Así, y tras varias actuaciones sobresalientes en ACB, con una media de 26,3 puntos de valoración por encuentro, el jugador del Barça Regal era nombrado mejor jugador del mes de febrero. Pero no sólo en la competición doméstica ha rendido el exmadridista, que cerró el mes con 16 puntos y el triunfo ante el Khimki este pasado jueves.

¿Se arrepiente el Madrid?

Echando mano a las cifras, y dado que al Madrid se le acusa de abusar en exceso del juego exterior y no tener un ‘center’ que intimide, cabe pensar si ahora en la ‘Casa Blanca’ darían marcha atrás a la decisión del pasado verano. Lo de la Copa hizo mucho daño, y el propio Pablo Laso y la dirección deportiva activaron el rastreo del mercado en busca de un pívot que fortalezca a un equipo que sigue con paso firme en la Liga Endesa y la Euroliga, pero al que la decepción de Vitoria le está pasando factura.

Las ajustadísimas victorias en la máxima competición continental ante Alba Berlín y Brose Baskets en el Palacio de los Deportes confirman que el juego de los blancos ha caído un par de escalones, y en buena medida se debe a la falta de intensidad defensiva y las deficiencias del juego en la zona. Begic no termina de cuajar y Slaughter y Hettsheimeir no lo están haciendo mucho mejor que Tomic. Muchos opinan que aquí puede estar el gran lunar del Real Madrid para conquistar la ansiada novena Copa de Europa. Y es que, a pesar de que los blancos comandan su Top-16 de la Euroliga, es necesario subir un punto más el rigor defensivo y la intimidación para convertirse en nuevo rey del Viejo Continente.

Lo de Tomic ya no tiene arreglo, pero sí da la sensación que, hasta el momento, el Barça ha sabido dar con la tecla para que el croata dé lo mejor de sí. Ahora bien, apuntan desde el Madrid que, en su primera temporada como jugador blanco, Tomic fue incluido en el quinteto titular de la Liga Endesa. Es decir, que ni unos se rasgan las vestiduras ni los otros lanzan las campanas al vuelo.