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Barcelona y Real Madrid escenifican su mayor poder con una nueva final
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BARRIERON A BASKONIA Y BILBAO

Barcelona y Real Madrid escenifican su mayor poder con una nueva final

Nada ha cambiado desde que el pasado mes de junio finalizará la temporada en la ACB con una final titánica entre los dos grandes del baloncesto español

Foto: Sergio Rodríguez y Tomic en la final ACB del pasado curso (Efe).
Sergio Rodríguez y Tomic en la final ACB del pasado curso (Efe).

Nada ha cambiado desde que el pasado mes de junio finalizará la temporada en la ACB con una final titánica entre los dos gigantes del baloncesto español. Real Madrid y Barcelona se verán las caras en una nueva final de la Supercopa (19:00, La1). Quizás si ha cambiado algo. Los dos colosos exhiben más músculo mientras el resto de aspirantes a romper la bipolaridad del campeonato se reparten las migajas. Tras barrer a Bilbao y Baskonia respectivamente, reeditarán la final del pasado curso. Todo sigue igual. A imagen del fútbol, el baloncesto español ofrece cada vez un desfallecimiento ante la falta de recursos de los más modestos para poder competir con los grandes.

La distancia se ha hecho más visible entre los dos grandes y el resto de rivales llamados a plantarles cara. No fue rival el Bilbao Basket pese a contar con hombres de la talla de Hervelle, Raúl López o Álex Mumbrú. Hablamos de un equipo que el año pasado llegó a una final europea ante el Lokomotiv y que ante el Real Madrid perdió por 39 puntos. Los de Laso siguen exhibiendo la precisión de cirujano desde el perímetro con sus tiradores. A ello suma un excelso Sergio Rodríguez, que sigue a un nivel sublime. Si en algo flaqueaba el cuadro de Laso era en la pintura. Y es ahí donde el equipo blanco ha reforzado sus credenciales como máximo aspirante a todo. Con los refuerzos de Bourousis y Salah Mejri han abierto ese abanico de posibilidades de su estilo. Si el partido no está para correr con su terna de pívots pueden jugar a otro ritmo.

Siguen enamorando los de Laso. Fiel a la historia del equipo blanco. Cada año que pasa, el proyecto de Laso crece. Al vértigo que imprimía a los partidos une ahora una poderosa fuerza en la zona. Reyes, Slaughter, Bourousis y Salah Mejri ofrecen garantías suficientes para que los hombres importantes del pasado curso, Reyes y Slaughter, tengan resuello a lo largo del partido.

Si el Madrid sigue fiel a su estilo de los últimos años, intentando imprimir un ritmo alto de partido, el Barcelona de Xavi Pascual, ya sin Mickeal y con Navarro aún entre algodones, ha aumentado sus registros. Con los refuerzos de Nachbar, Pullen, Lampe, Papanikolau y Dorsey, ha mejorado su segunda unidad. A diferencia del equipo de Laso, los azulgranas si han aumentado el ritmo en su juego. Al menos por el momento, no realizan tanto ese baloncesto de posesiones largas del pasado año. Se impone ahora un baloncesto fluido, más vivaz. Aun sin Navarro y Lorbek, dos sensibles bajas, los de Pascual barrieron de la pista a otro de los llamados aspirantes. Si las lesiones les respetan, estamos ante una de las mejores plantillas de Europa. Aún sin ensamblar todas sus piezas, ya exhiben un hambre competitiva insaciable.

Si nadie lo remedia, la temporada se presenta como un nuevo pulso entre Madrid y Barça. Dos estilos cada vez más parejos. Como si se hubieran mirado el uno al otro, ambos han cogido lo mejor del otro paran ser todavía más poderosos. La de mañana será la decimocuarta final consecutiva de un torneo ACB para los azulgranas. Los blancos, por su parte, buscarán reeditar el título conseguido el año pasado, como no, ante el Barça.

Nada ha cambiado desde que el pasado mes de junio finalizará la temporada en la ACB con una final titánica entre los dos gigantes del baloncesto español. Real Madrid y Barcelona se verán las caras en una nueva final de la Supercopa (19:00, La1). Quizás si ha cambiado algo. Los dos colosos exhiben más músculo mientras el resto de aspirantes a romper la bipolaridad del campeonato se reparten las migajas. Tras barrer a Bilbao y Baskonia respectivamente, reeditarán la final del pasado curso. Todo sigue igual. A imagen del fútbol, el baloncesto español ofrece cada vez un desfallecimiento ante la falta de recursos de los más modestos para poder competir con los grandes.

Sergio Rodríguez
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