La resurrección de Brasil la vuelve a poner entre los favoritos tras el desliz con España

Llegar al Mundial como una de las selecciones que aspira a todo no es fácil, y si lo haces después de conseguir estar en la Copa del Mundo gracias a una ‘wild card’, menos. Eso es lo que le pasa a Brasil. La selección dirigida por Rubén Magnano ya ha demostrado que quiere ganar el Mundial. Primero, por el convencimiento que demuestran los jugadores en cada una de sus declaraciones y segundo, por el juego que ya se ha visto sobre la pista. Con uno de los mejores juegos interiores del campeonato, hombres exteriores como Marcelinho o Marquinhos han conseguido que la selección 'canarinha' haya encontrado el equilibrio en su juego para resolver con victorias los partidos.

Eso es lo que Brasil hizo ante Serbia, ganar por 73-81. Aunque sufrió en el tercer cuarto, que se cerró con un parcial favorable al conjunto serbio por 32-12, el combinado brasileño resolvió el partido con victoria después de dos triunfos en los dos primeros encuentros y de perder ante España. “En una competición como esta, si pierdes un partido no puedes estar llorando, tienes que pensar que al día siguiente hay otro y hay que ganar”, reconocía Varejao tras el partido. Marcelinho también analizaba el triunfo ante Serbia: “Lo importante es la victoria ante un rival serio y de máximo nivel europeo como Serbia. Brasil es un equipo que es capaz de darlo todo. Si estamos bien de cabeza, hemos demostrado que podemos jugar al más alto nivel”.

Jugando a ese máximo nivel, Brasil ya ha demostrado que la derrota ante España fue un desliz, y en el caso de un reencuentro tienen claro que también pueden ganar: “Cada partido es una historia, todo puede pasar. Sabemos del potencial de España, pero también sabemos del nuestro”, aseguraba Varejao. Marcelinho seguía en la misma línea que su compañero: “No sé si seremos capaces, pero sí que estamos capacitados. Una cosa es hacerlo y otra no hacerlo. Hay que creer, creo que el equipo es fuerte. Hicieron un partidazo contra nosotros y, sobre todo, estaban inspiradísimos, pero quitando el primer cuarto, fue un encuentro bastante igualado”.

Después del partido ante España, Brasil tuvo un día de descanso en el que le tocó analizar todo lo que había hecho mal ante la anfitriona. “Hablamos de las cosas que hicimos mal, de las que tenemos que mejorar y de lo que no podemos volver a repetir. El momento de volver a repasar todo es si nos volvemos a ver las caras. Espero que podamos llegar lejos y vernos”, reconocía Marcelinho a El Confidencial.

Esa es la intención de la selección brasileña, que sigue ambicionando estar en los últimos partidos del campeonato, y así lo expresan sus jugadores: “Hemos venido con una idea en la cabeza: jugar y ganar. Espero que la cosa siga de la manera que está”, aseguraba Varejao. Marcelinho reconocía: “Es lo que queremos, seguir aspirando a todo”. El ‘accidente’ sufrido ante España ya es pasado para una selección que no se quiere poner límites en esta Copa del Mundo.