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Más allá del Capitolio: el destacado papel de un equipo WNBA en el futuro de EEUU
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Cuando el deporte entra en política

Más allá del Capitolio: el destacado papel de un equipo WNBA en el futuro de EEUU

Las Atlanta Dream hicieron campaña en contra de su propia dueña, la senadora Kelly Loeffler, quien acabó por perder las elecciones cediendo el control de la cámara a los demócratas

Foto: Elizabeth Williams, con una camiseta de apoyo a Warnock. (Redes)
Elizabeth Williams, con una camiseta de apoyo a Warnock. (Redes)

La toma del Capitolio de los Estados Unidos de América convertía el 2021 en un año histórico de manera temprana. El pasado 6 de enero, se inauguró la sesión en la que Joe Biden sería confirmado como nuevo presidente de la nación, tras haberse impuesto en las elecciones a Donald Trump. Pero lo que ocurrió nada tuvo que ver con lo que estaba previsto. Todo dio un giro de 180 grados cuando miles de manifestantes lograban adentrarse en el edificio que, para los americanos, es todo un templo de la democracia, dejándonos unas imágenes que quedarán grabadas en las crónicas de América como el último -de momento- extravagante recuerdo de la era Trump.

En una época que marcaría el futuro de la política en Estados Unidos, el deporte se ha mostrado como un activo social más para la población. Si la NBA fue la cara más visible del movimiento Black Lives Matter, hincando la rodilla por los abusos policiales a la comunidad negra, la importancia de la WNBA en las elecciones al senado de Georgia no se queda atrás. Esta es la historia de las Atlanta Dream, el equipo de baloncesto femenino que tuvo un destacado papel en la carrera política de su dueña, Kelly Loeffler.

placeholder Kelly Loeffler, en una imagen de archivo. (Reuters)
Kelly Loeffler, en una imagen de archivo. (Reuters)

Esta mujer de 50 años nacida en Bloomington, Illinois, saltó a la política siendo designada como sustituta del senador republicano Johnny Isakson, quien el pasado diciembre del 2019 abandonó su silla en la Cámara Alta del Congreso de los Estados Unidos. Loeffler era conocida por ser dueña (con un 49% de la propiedad) de las Atlanta Dream, un equipo de la WNBA.

Foto: Jugadoras del Atlanta Dream, con camisetas de apoyos al rival político de su dueña. (Elizabeth Williams)

La política debía defender este puesto en unas elecciones trascendentales para el futuro del país. Pese a que Joe Biden ganó los comicios presidenciales para los demócratas, el control del senado sería fundamental para las ideas y cambios de su mandato. Sin embargo, las elecciones de Georgia del pasado noviembre no arrojaron ningún ganador con más del 50% de los votos, obligando a los dos candidatos más votados a acudir a una segunda vuelta que se celebró el pasado 5 de enero.

Kelly Loeffler competiría ante el reverendo Raphael Warnock por un puesto en el senado que acabaría por esencial para su control. Fuertemente aliada con las ideas y políticas de Donald Trump, la figura de la candidata republicana chocó de lleno con su papel como propietaria de las Atlanta Dream. La plantilla del equipo femenino, formada en gran parte por jugadoras negras, llamó al boicot contra Loeffler después de que esta criticara el movimiento Black Lives Matter.

placeholder Las jugadoras de las Dream posan con la camiseta a favor de Warnock. (Redes)
Las jugadoras de las Dream posan con la camiseta a favor de Warnock. (Redes)

El equipo entró en campaña para apoyar a Warnock, también negro, como su candidato para las elecciones del Senado por Georgia. La WNBA, encabezada por Sue Bird, estrella de las Seattle Storm y una de las grandes jugadoras de toda la liga, respaldó el apoyo al demócrata. Las jugadoras de las Dream, como por ejemplo Elizabeth Williams, se presentaron a los partidos con el lema “Vote Warnock” en sus camisetas. También utilizaron sus redes sociales como un altavoz para pedir el voto por el reverendo.

Loeffler, que incluso llegó a pedir en una carta al Comisionado de la WNBA que se dejara de homenajear el Black Lives Matter al entender que la política y el deporte no deben unirse, se mostró en todo momento reacia a dar un paso atrás en el equipo. Tras emprender su carrera política había dejado a un lado el día a día de la franquicia, pero, a su juicio, vender el equipo significaría ceder ante “la cultura de la cancelación”.

El apoyo de las Atlanta Dream, así como del resto de la WNBA, resultó ser una catapulta política para Warnock, quien, en una muestra de agradecimiento, dedicó una gran parte del metraje de vídeo final de su campaña a estas deportistas. Medios como The New York Times recalcan el rol del activismo de las jugadoras en la victoria final del demócrata, que consiguió imponerse con el 50,6%de los votos, frente al 49,4% que recibió Loeffler.

placeholder Warnock, durante la campaña. (Reuters)
Warnock, durante la campaña. (Reuters)

Según un estudio de The Washington Post, la popularidad de Warnock sufrió un enorme empujón gracias a la entrada en campaña de las jugadoras de baloncesto. Fue el 4 de agosto cuando las Atlanta Dream se pusieron en contra de Loeffler, pidiendo la apuesta por el demócrata. Antes, en julio, las encuestas situaban el apoyo del reverendo en un 9%. Desde entonces, la intención de voto por Warnock se disparó hasta conseguir forzar la segunda vuelta y, finalmente, convertirse en el primer senador negro de la historia de Georgia. Es imposible cuantificar el impacto de la WNBA en la victoria, pero el propio vencedor de los comicios agradeció la campaña de las deportistas.

Loeffler, adiós al Senado, y ahora, ¿qué?

Kelly Loeffler aseguró que servir como senadora de Georgia había sido “el honor más grande” de su vida, poco después de reconocer que había llamado a Warnock para felicitarlo por la victoria. Aunque todavía no ha decidido si su futuro político puede tener nuevos episodios tras caer derrotada en las elecciones, las ideas de la republicana -afianzada en los pensamientos políticos de Trump- podrían no tener cabida en la nueva imagen del partido.

Foto: Kelly Loeffler, durante su campaña para senadora. (Reuters)

La propietaria de las Atlanta Dream ha declarado públicamente que no tiene intención de vender su accionariado de la franquicia, que posee en un 49%. Por culpa de sus comentarios despectivos hacia el Black Lives Matter, además de distintas polémicas durante la campaña como su fotografía con un antiguo líder del Ku Klux Klan, Loeffler no despierta simpatías ni en su equipo ni en la propia liga. Muchas son las voces que piden su salida.


El propio LeBron James, máxima figura del baloncesto y uno de los jugadores más relacionados con el activismo social de los últimos años, comentó que se estaba pensando crear un grupo de inversión con el fin de hacerse con la propiedad de las Atlanta Dream. Más allá de considerarse una propuesta seria o un chascarrillo, las presiones para el adiós de Loeffler a la WNBA no han hecho más que comenzar. De momento, las jugadoras de la plantilla celebraron la victoria de Warnock en las redes sociales, cumplieron su objetivo.

La toma del Capitolio de los Estados Unidos de América convertía el 2021 en un año histórico de manera temprana. El pasado 6 de enero, se inauguró la sesión en la que Joe Biden sería confirmado como nuevo presidente de la nación, tras haberse impuesto en las elecciones a Donald Trump. Pero lo que ocurrió nada tuvo que ver con lo que estaba previsto. Todo dio un giro de 180 grados cuando miles de manifestantes lograban adentrarse en el edificio que, para los americanos, es todo un templo de la democracia, dejándonos unas imágenes que quedarán grabadas en las crónicas de América como el último -de momento- extravagante recuerdo de la era Trump.

En una época que marcaría el futuro de la política en Estados Unidos, el deporte se ha mostrado como un activo social más para la población. Si la NBA fue la cara más visible del movimiento Black Lives Matter, hincando la rodilla por los abusos policiales a la comunidad negra, la importancia de la WNBA en las elecciones al senado de Georgia no se queda atrás. Esta es la historia de las Atlanta Dream, el equipo de baloncesto femenino que tuvo un destacado papel en la carrera política de su dueña, Kelly Loeffler.

Joe Biden The New York Times LeBron James
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