Jóvenes indígenas esquivan la mala vida y las drogas con un par de guantes de boxeo

Hace unos días, la Unión Europea y el Gobierno de Nicaragua acordaron poner en funcionamiento cinco proyectos, uno de ellos enfocado a la educación. País donde la droga circula a velocidad de vértigo, como en muchos casos el deporte se ha convertido en una inmejorable vía de escape para muchos jóvenes, muy vulnerables a caer en la tentación de elegir el peor camino posible. Un buen ejemplo de cómo se puede esquivar este peligroso compañero de viaje que es la droga es la iniciativa liderada por un ex boxeador, que en una pequeña comunidad indígena ha colocado guantes a los más adolescentes. El objetivo, alejarlos del mundo de la droga.

Marco Cano, un ex campeón aficionado, y su padre José fundaron una escuela de boxeo en la comunidad indígena de Pacayita, sita en la ciudad de Masaya. Se trata de una zona en la que las pandillas y las drogas forman un sólido matrimonio. Con esta escuela, padre e hijo pretenden que los más jóvenes se mantengan lejos del alcance de las mafias, siendo el boxeo el deporte elegido para que se enganchen a una actividad lúdico-deportiva cuanto antes.

Jóvenes adolescentes ya se han familiarizado con los guantes de boxeo. El ex boxeador pretende inculcar la pasión por este deporte, consiguiendo que con el paso de los años no caigan en la tentación de elegir el camino por el que transitan miles de jóvenes nicaragüenses. Las instalaciones, en mitad de la selva, son muy precarias, pero con entusiasmo que demuestran los jóvenes los problemas de infraestructura se olvidan con más facilidad.

Aunque son adolescentes los que forman parte de este escuela, ya hay algunos pequeños, de apenas cinco años, que se han atrevido a ataviarse como cualquier boxeador. No para pelear en un cuadrilátero, pero este proyecto pretende que desde corta edad los niños entiendan que el deporte debe formar parte de sus vidas como pilar básico para una buena educación.

La Alcaldía del Poder Ciudadano de Masaya se ha volcado en esta iniciativa de la familia Cano. Aunque se trata de un país donde la pobreza preside la vida de la mayoría, los mandatarios de la zona están apoyando a esta escuela de boxeo, invirtiendo unos dólares en la donación de guantes, protectores y otros complementos indispensables para practicar este deporte. Veinte atletas forman parte de este colectivo, que ha conseguido que todos ellos salgan del radio de acción de narcotraficantes y pandilleros.

Dieciocho varones y dos mujeres reciben clases desde hace tiempo y ya han participado en algunos torneos amateurs fuera de su comunidad. Con entrenamientos diarios, el mismo alcalde de Masaya, Félix Trejos, ha manifestado que confía en que “estos atletas sigan por este camino del bien que es el boxeo en este caso, evitando entrar en otros terrenos”. La Alcaldía ya ha realizado alguna fiesta, con el inestimable apoyo de alguna empresa, con el fin de recaudar fondos que han sido invertidos en la compra de material deportivo.

La Policía de Masaya realiza un buen número de operaciones al año para la incautación de drogas. Los maleantes utilizan a los más jóvenes para la venta directa. Esta zona de Nicaragua está muy afectada por el tráfico y consumo de drogas. Estas llegan a la puerta de las casas de los consumidores, ya que los proveedores emplean a jóvenes para entregar la mercancía en mano. Con esta escuela de boxeo se pretende conseguir que muchos jóvenes no se conviertan en ‘comerciales’ de bandas y particulares dedicados al tráfico.