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El Gobierno Vasco tampoco confía en la versión de Alberto Contador
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SE ABRE EL PROCESO POR EL CUAL PUEDE SER SANCIONADO Y DESPOSEÍDO DEL TOUR DE 2010

El Gobierno Vasco tampoco confía en la versión de Alberto Contador

La teoría de la contaminación alimentaria a la que se aferra Alberto Contador para defender su inocencia parece no convencer a los organismos que investigan su

Foto: El Gobierno Vasco tampoco confía en la versión de Alberto Contador
El Gobierno Vasco tampoco confía en la versión de Alberto Contador

La teoría de la contaminación alimentaria a la que se aferra Alberto Contador para defender su inocencia parece no convencer a los organismos que investigan su caso. Desde que el ciclista de Pinto fuese suspendido de forma temporal por la Unión Ciclista Internacional (UCI) el pasado 30 de septiembre tras revelarse los resultados anormales de un control realizado durante el Tour de Francia, a Contador solo le quedaba esperar. Una espera que lleva prolongándose semanas para saber cuál será el veredicto que decidirá su futuro. Ahora, la UCI ha frenado las investigaciones y ha abierto un expediente disciplinario contra él, dejando en manos de la Federación Española de Ciclismo (RFEC) la decisión de sancionar o no al tricampeón del Tour. Un paso más hacia el abismo al que se asoma Contador tras el polémico positivo por una cantidad ínfima de clembuterol.

Por si fuera poco, el Gobierno Vasco tampoco confía en la versión del ciclista de Pinto. Según la viceconsejería de Agricultura y Desarrollo Rural, la contaminación alimentaria no se ha podido producir con productos autóctonos. "Nunca pudo haberse dado con productos del País Vasco que hayan sido comercializados en esta comunidad. En Euskadi se cumplen todas las medidas de seguridad y calidad alimentaria vigentes. El Gobierno Vasco, de la mano del sector de la carne, garantiza en todo momento la calidad y seguridad alimentaria de todos los productos que los profesionales vascos ponen a disposición de los consumidores", indicó a través de un comunicado.

 

Llegados a este punto, la Federación Española se encargará de la instrucción y cuenta con un mes de plazo para concluir el procedimiento, durante el cual la UCI deberá ser informada de todos los pasos, así como de la decisión de la RFEC. En caso de retraso, la Federación debería asumir una sanción económica o llevar el caso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), última instancia del deporte. Así las cosas, el pinteño se expone, en el peor de los casos, a una sanción que iría de tres meses a dos años y la consecuente retirada del título de campeón del Tour de Francia 2010.

A partir de ahora todo son cábalas, porque el obstáculo de la Federación no es el único que tendrá que salvar el de Pinto. El director de dicho organismo, Juan Carlos Castaño, ha querido ser tajante a la hora aclarar que se cumplirá la norma establecida. “El Comité de Competición no va a tener ningún trato de favor porque se trate de Contador”, ha dicho. Bien. Pero si deciden exculpar a Contador, el caso podría no darse por cerrado y la UCI podría volver a escena para recurrir la decisión ante el TAS, que tendría la última palabra. Otra posibilidad sería que tanto la Federación como la UCI coincidieran en no sancionarle, entonces la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) -sin poder sancionador alguno- también podría intervenir en caso de estar en desacuerdo y proponer al TAS una nueva revisión del caso.

La contaminación alimentaria no ‘coló’ en casos anteriores

El ‘caso Contador’ es complicado. El problema radica en la dificultad de esclarecer la causa de la presencia de clembuterol y de probar tanto la teoría de la contaminación como la de la autotransfusión sanguínea, la otra hipótesis desprendida de un método experimental realizado en el mismo laboratorio que detectó el positivo y aplicando la misma muestra de sangre. Según esta segunda teoría -filtrada al diario francés L’Equipe por el propio laboratorio-, los restos plásticos hallados en la sangre de Contador podrían deberse a las bolsas utilizadas para hacer transfusiones. Pero la AMA hizo hincapié en que la teoría de un dopaje por autotransfusión no puede ser probada cien por cien y además el método utilizado no es un sistema de análisis antidopaje validado.

Sin embargo, y para desgracia de Contador, la excusa de la carne contaminada ya ha sido utilizada en casos precedentes, pero también rechazada. Ya lo advirtió el director de la AMA, David Howman al hablar de la dificultad de probar la contaminación alimentaria. Fue el caso de la atleta española Josephine Onyia. Tras dar positivo por clenbuterol, el TAS la sancionó con dos años de inhabilitación que se cumplen hoy mismo. Y es que ningún atleta ha esquivado la sanción tras haber dado positivo por clenbuterol. El atleta marroquí Jamal Chabti fue castigado tres años, el ciclista italiano Alessandro Petacchi, uno, y el tenista argentino Mariano Puerta fue retirado de su disciplina durante 9 meses. Y así una larga lista de carreras interrumpidas, todas ellas a causa de la misma sustancia. Por eso, y haciendo caso a la historia, Alberto Contador tiene ante sí un futuro nada esperanzador.

La teoría de la contaminación alimentaria a la que se aferra Alberto Contador para defender su inocencia parece no convencer a los organismos que investigan su caso. Desde que el ciclista de Pinto fuese suspendido de forma temporal por la Unión Ciclista Internacional (UCI) el pasado 30 de septiembre tras revelarse los resultados anormales de un control realizado durante el Tour de Francia, a Contador solo le quedaba esperar. Una espera que lleva prolongándose semanas para saber cuál será el veredicto que decidirá su futuro. Ahora, la UCI ha frenado las investigaciones y ha abierto un expediente disciplinario contra él, dejando en manos de la Federación Española de Ciclismo (RFEC) la decisión de sancionar o no al tricampeón del Tour. Un paso más hacia el abismo al que se asoma Contador tras el polémico positivo por una cantidad ínfima de clembuterol.

Alberto Contador