"El ciclismo es un deporte que no se puede arreglar"

Una nueva estocada al mundo del ciclismo. Otro borrón al deporte de las dos ruedas y un nuevo mito, héroe, ídolo cuya imagen cae sobre un charco de barro. Ojo, y esta mancha ya no se quita. El palmarés dice que Lance Armstrong es ciclista que más veces ha ganado la prueba más prestigiosa del mundo; una parte de la opinión pública duda de la honestidad de sus logros. Su sucesor, Alberto Contador, también se ha visto rodeado por la palabra “dopaje”; esa lesión cuyas secuelas dura toda la vida. La lista es numerosa, más larga y conocida que los últimos ganadores del Tour… ¿quién será el siguiente en ser señalado?

Marco Pantani, Bjarne Riijs, Richard Virenque, Roberto Heras, Óscar Sevilla, Alexander Vinoukurov, Floyd Landis, Tyler Hamilton, Michael Rasmussen, Riccardo Riccò, Santiago Botero, Ivan Basso, Alejandro Valverde, Alessandro Petacchi, Jan Ulrich, Joseba Beloki, Paco Mancebo, Santi Pérez… o los mencionados Armstrong y Contador. Todos grandes ciclistas y todos relacionados con alguna trama de dopaje.

"Estoy casi seguro que este deporte ya no se puede arreglar, pero ese no es mi trabajo, no es mi lucha", señaló ayer Floyd Landis durante una entrevista donde anunció su despedida como ciclista profesional. El estadounidense se pronunció un día antes de que la revista de su país Sport Illustrated anunciase que el 24 de enero publicaría un jugoso reportaje con pruebas donde a Armstrong se le relaciona con el doping. Landis ya acusó de dopaje a Armstrong el 20 de mayo de 2010.

La prensa internacional es cauta

De momento, la prensa estadounidense es cauta y no entran a valorar o comentar la supuesta relación del heptacampeón con las sustancias prohibidas. Periódicos como el USA Today se limita a reproducir la acusación de la revista. L’Equipe o la Gazzetta tampoco se mojan para dar una valoración.

Y es que existe desconfianza en todos los asuntos que envuelven a un ‘supuesto positivo’. El de Alberto Contador se resolverá entre el 10 y el 15 de febrero, al menos así lo asegura el presidente de la Federación ciclista, Juan Carlos Castaño. Filtraciones procedentes de la UCI aseguraban esta semana que recomendarán sancionar durante dos años al ciclista de Pinto cuando entreguen el informe vinculante este próximo lunes. La última palabra la tendrá el Tribunal de Arbitraje.

Vuelve a plantearse la pregunta de quién va por delante, ¿el ladrón o la policía? (¿dopados o los controles antidoping?). El ciclismo se sitúa de nuevo entre interrogantes mientras en España se intenta enfocar de nuevo a la Vuelta subiendo el Angliru, regresando al País Vasco y adelantando la cita a la última semana de agosto; cuando todavía la siesta vacacional acompañe al ruido de los helicópteros que sigue al pelotón (como en el Tour). Esfuerzos por levantar una cita que se topa con multitud de nombres de ciclistas dopados.

Los atletas, más directos que los ciclistas

Dentro de nuestras fronteras, otro deporte, el atletismo, se ha visto también salpicado por la misma sombra de jeringuillas, parches y positivos. Si la reacción de los ciclistas es siempre la misma (salvo casos contados): “todo el mundo sabe que hay dos pelotones”; “siempre se habla de dopaje en el pelotón pero nunca se dice ningún nombre”; “hay que eliminar esta lacra de nuestro deporte”… y tantas frases que ya no aportan nada; en el atletismo, al ser menor el número de profesionales que se dedican a ello, han sido más directos, véase el caso de Paquillo Fernández. En la Blume pocos se cortan en señalar a los culpables. 

Volviendo a la bicicleta, a Armstrong le quedan pocas pedaladas fuera de su país. Actualmente disputa el Tour Down Under en Australia y ha declarado que después se retirará a correr algunas pruebas dentro de Estados Unidos. País donde está siendo investigado, por el gran Jurado de Los Ángeles, de esa relación con el dopaje.

Será la sensación de sufrimiento y gozo cuando se televisa la llegada en alto de una etapa; la espectacularidad de un sprint o la emoción de ver a un compatriota atacando a su rival en una subida… el caso es que los adeptos a la bicicleta aparcan su dudas y sospechas cada vez que hay una prueba. Eso sí, la pregunta, al final de la competición, desde hace una década, es siempre la misma: ¿será legal este campeón?