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El devorador de récords, el conquistador de bergs: Mathieu van der Poel hace historia en Flandes
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El devorador de récords, el conquistador de bergs: Mathieu van der Poel hace historia en Flandes

Mathieu van der Poel era el favorito, Mathieu van der Poel era el hombre al que todos miraban, Mathieu van der Poel ha arrasado en Flandes y ya nadie se pregunta nada

Foto: Mathieu van der Poel, en una imagen de archivo. (EFE/EPA/Martin Divisek)
Mathieu van der Poel, en una imagen de archivo. (EFE/EPA/Martin Divisek)

De Ronde van Vlaanderen. O la Vuelta a Flandes, si traducen. Solo que allí le dicen solo "la Vuelta", de Ronde, porque no existe otra, y es competición, y son bicis, y es identidad, y es una fiesta pagana (no la canten, por favor, no la canten), y un celebrar del sentirse flamenco. Muros que son bergs, adoquines que son kinderkopje y gente muy flipada en general.

Eso es de Ronde van Vlaanderen.

Eso, y uno de los mejores días de todo el año si te gustan las bicis.

(No me digan Tour de Flandes, por favor, que queda feísimo).

El favorito casi único era, hoy, Mathieu van der Poel. Sin discusiones, sin ningún otro que pueda hacer sombra. Ausente Jasper Philipsen, su jefe de filas, podía al fin Mathieu correr para sí mismo, y aspirar a la tercera victoria aquí. Como Buysse, como Magni, como Leman, como Museeuw, como Boonen, como Cancellara. Ha corrido cinco veces camino de Oudenaarde, y su peor puesto es el cuarto. Cómo no ser favorito...

(Sumen que salió con coulotte negro, y no esa aberración blanca que se pone alguna vez, y que lo sitúa a mitad de camino entre Cayetano en concierto de Taburete y su amigo el Jonathan yendo de rave. Así, con coulotte negro, sí es digno ganarse Flandes. Nada que rebatir).

Foto: Mathieu van der Poel, campeón del mundo. (EFE/EPA/Robert Perry)

Encima... bueno, circunstancias. Quien era su oponente generacional (reconvertido en gregario de lujo para el Tour y perseguidor egregio por Monumentos) estaba ausente. Wout van Aert (buen ciclista, mejor chacha veraniega) se cayó en Dwars Door Vlaanderen y pierde la temporada de cantos. En fin... Ausente Wout... a ver... Pedersen, quizá, porque hace frío. O Bettiol, que lleva tiempo sin visitar a su madre, así que llega finuco. Después cualquier flamenco (eso cuenta, aquí), después cualquier belga (eso cuenta, aquí, pero mejor que te digas flamenco), después Matteo Jorgenson (por lo que hizo entre semana, por el maillot), después...

Favorito indiscutible, como pocas veces verán en un Monumento. Problemático, decían los sesudos analistas, porque todos dejan peso a Mathieu, y eso es dificilísimo de gestionar. Dificilísimo cuando esperas que los otros hagan tu trabajo, supongo... Mathieu corre igual con independencia del contrario. Porque se sabe el alfa, porque se sabe invencible (o casi). Siempre es mejor ser el mejor, háganme caso.

(Aunque los sesudos analistas digan otra cosa).

Y eso, que ambiente, que olor a patatas fritas (una carrera tan grande merece algo mejor que patatas fritas, joder... ya sé que tradiciones y tal, pero queda meh), banderas con leones negros sobre fondo amarillo (leones, muchos, con ribetes rojos), cerveza.

Y lluvia.

Ojo a la lluvia. Todo el día lloviendo. Aumenta desgaste, nervios, fatiga. Y, en de Ronde, aumenta peligro. Cada cruce, cada pueblo, cada vez que sales de un camino vecinal para meterte en otro camino vecinal... terror. En todas las escuadras van los ciclistas rezando (fecha obliga), y en de Ronde hay más escuadras que en un youtube de Francesco Totti.

placeholder El histórico Tour de Flanes. (EFE/Eric Lalmand)
El histórico Tour de Flanes. (EFE/Eric Lalmand)

Faltan ciento y pico a meta y... mueve ficha Mads Pedersen. Mads Pedersen siempre propone, siempre busca su oportunidad, siempre quiere anticiparse. Sucede que, mirado con tiempo, pareciera como si Mads Pedersen propusiera sin medida, como si propusiera por no confiar en fuerzas propias. No voy a criticar nunca que alguien juguetee de lejos, y no creo que Pedersen tuviese nada que hacer en un tête à tête con van der Poel... pero los demás si juegan en su liga. Así que reventó fuerzas para na. Treta inteligente, por cierto, de Alpecin, que metió a Gianni Vermeersch, y Gianni Vermeersch, contra lo que dicen los cánones, relevó. Poco, lo justo, pero relevó. Mantener distancias, que no pillen a Pedersen.

Que chupase más aire.

Bien jugao.

Así que los buenos se acercan al Oude Kwaremont. El Oude Kwaremont es más moderno que el Kwaremont a secas, pero es que el Kwaremont, a secas, va por la mismísima general, y es subida, ya, sin adoquines, y a los flamencos eso les sentó regu, porque llegar cómodamente a los sitios mola, pero mola más de Ronde, así que se hicieron otro Kwaremont paralelo, y le dicen Oude, que a chulos no nos gana nadie. Por allí está el monumento a Karel van Wijnendaele, creador de esta carrera y persona de lo que no quieren saber nada más en lo ideológico, ejem, guiño, guiño, codazo, codazo.
Se acerca el momento clave y...

Lazkano.

Porque en el Oude Kwaremont tira Lazkano. Sí, como lo oyen. Entiendo que sea cosa de no creerse, pero tira Lazkano sobre los adoquines, y se agitan banderas de Flandes alrededor, y luego pasa Mathieu a cabeza, y Lazkano le sigue, le sigue, y Lazkano enseña dientes como si fuera un león mirando antílopes, como Ronaldinho antes de un libre directo, y Mathieu abre un metro, dos, cinco, y parece que va solo, pero le cierran casi arriba, casi arriba, y qué trapecios tiene Mathieu, macho, cómo no vas a quererlo. Y eso, coronan Kwaremont (el Oude no Oude) van der Poel, Lazkano, Wellens, Dylan Teuns, Laurence Pithie (menuda primavera la suya) y Pedersen, que se lo han comido con patatas y adoquines. Huecos chicos, enlazan por detrás, pero es que esta peli ya me la he visto yo, ya sé cómo sigue... quien rindió en berg donde exigen... rendirá.

Porque tras Kwaremont viene el Paterberg, ese muro que se hizo un granjero envidioso porque al vecino le pasaba de Ronde por delante del jardín. Solo que es falsa, falsísima, esa historia, y que el Paterberg lo adoquinaron porque arriba hay unos praus muy guapos, unos que dan verde de primor, y quisieron facilitarle vida a granjeros y jodérsela a corredores, así que nada de “pueblos pequeños, infierno grande”, todo un invent. Qué importa, seguro que se lo leen o escuchan a algún sabio estos días... Y después de Paterberg viene Koppenberg, y así todo, en agonía cíclica.

Entre ambos muros aprovecha situación Iván García Cortina. Yo he atizado mucho a Cortina, porque me daba aire a ciclista acomodado, pero aquí hizo lo que debía (y podía hacer)... salir por el córner, buscar opciones, jugar manos con chon, caballo y dos cincos. Hizo hueco de distancia interesante (casi el medio minuto) en cualquier lugar que no fuese De Ronde... porque en De Ronde los muros devoran diferencias como un fumeta cajas de donuts.

placeholder Mathieu van der Poel, en una imagen reciente. (EFE/EPA/ Frederic Sierakowski)
Mathieu van der Poel, en una imagen reciente. (EFE/EPA/ Frederic Sierakowski)

Y, además, pasan cosas. Pasa que un resbalón de Cortina, pasa que los adoquines patinan, pasa que van der Poel escoge Koppenberg, ese Koppenberg precioso, para arrancar y hacer su apuesta. Los flamencos enloquecen, los flamencos chillan como en un concierto de Camarón, los flamencos enloquecen como Camela sacando versiones de Led Zeppelin. Porque van der Poel es neerlandés, pero su padre ganó Flandes, y su abuelo es Raymond Poulidor, y el pedigrí importa, importa mucho, en estas tierras. Detrás viene Jorgenson, detrás viene Pedersen (haciendo más eses que yo en Mijarojos), detrás... detrás todos se bajan de su bici. Sí, como lo leen... solo coronan Koppenberg dando pedalucos tres tíos (bueno, igual algún otro, pero de los que importan... tres). El resto, a pata. Por caída, por escurrirse su rueda trasera, por tapón. A pata. Quedan cuarenta kilómetros y la cosa va más rota que el electrocardiograma de Julian Ross...

Saben qué... game over. Falta mucho, pero game over. Mateo Jorgenson aguanta, lo tiene cerquita, a diez segundos, luego a trece, luego a quince. Van der Poel no afloja, van der Poel es uno de los corredores que mejor se adaptan a Flandes. Uno de los que mejor se adaptan a Flandes en toda la historia, y entiendo cuán osado es decirlo. Pero es que... miren resultados, miren Gotha, miren edades. Y miren, sobre todo, cómo flota por los adoquines. En cada curva le casca tiempo a Jorgenson, en cada latigazo lima metros hasta su gloria.

(¿Asterisco con Tadej? Asterisco con Tadej).

De ahí en adelante... pues luchar por el segundo y ver cuánto saca Mathieu a sus perseguidores. Vivimos un tiempo en el cual las carreras se deciden a media hora larga de llegar. Es lo que tiene que juntes en la misma generación a varios genios de espesor histórico. A algunos eso les parece aburrido, porque hay peña que solo busca emociones cortas, emociones breves, emociones basadas en la falta de nivel. Diez tíos llegando a San Nicolás, veinte arriba de Sierra Nevada. Yo respeto a todas las personas, pero permítanme que no respete todas las opiniones. Si no te gusta esto que hace van der Poel, o lo de Vingegaard, o lo de Tadej... entonces no te gusta el ciclismo.

Te gustarán los videos de youtube que condensan en treinta segundos todo, pero no te gusta el ciclismo, gaznápiro. No me he chupao yo años de trenecitos y Ardenas bochornosas (en adoquines siempre se mantuvo nivel) como para que anden afeándome ahora exhibiciones. ¿Les he dicho ya que son unos gaznápiros?

Porque detrás... persecución. Teuns y Bettiol (que lleva un maillot precioso), Cortina, unos cuantos paisanos subiendo otra vez Kwaremont y Paterberg a gatas. Sobre la bici, en esta ocasión, pero a gatas. Al final completaron pódium (tras un pulso bien bonito contra Dylan y Alberto... esto también vale, amigos del gif) Luca Mozzato y Michael Matthews. Honor para ellos, honor para todos.

Así que poco más. Gloria para Mathieu van der Poel. Gloria eterna, diríamos, porque con su tercera de Ronde iguala a los tíos que más ganaron nunca en este Monumento. Pero me resisto, me resisto a escribir eso. Porque le queda muchísimo, a van der Poel. Porque tiene pinta de retirarse como recordman aquí, porque suma cinco Monumentos y un Mundial (con ruedas finas), porque se le caen pódiums en las carreras más importantes, porque ha llegado a una imperial madurez de patas y mente. Porque domina, domina a su antojo, domina siendo el hombre a quien todos quieren seguir.
Porque esta Historia es suya. Y quiere seguir escribiéndola.

(Pero no me levantes la bici con las manos, por favor, que hace llorar a Roger de Vlaeminck).

De Ronde van Vlaanderen. O la Vuelta a Flandes, si traducen. Solo que allí le dicen solo "la Vuelta", de Ronde, porque no existe otra, y es competición, y son bicis, y es identidad, y es una fiesta pagana (no la canten, por favor, no la canten), y un celebrar del sentirse flamenco. Muros que son bergs, adoquines que son kinderkopje y gente muy flipada en general.

Tour de Francia