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Ganna gana, Pogacar domina y el Giro languidece antes de la llegada de los Alpes
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DECIMOCUARTA ETAPA

Ganna gana, Pogacar domina y el Giro languidece antes de la llegada de los Alpes

Esta vez, Ganna pudo mantenerse en la silla caliente hasta el final, a diferencia de lo que pasó en la primera crono de esta vuelta, en la que fue Pogacar el que le ganó al final

Foto: Filippo Ganna, ganador de la 14ª etapa del Giro. (EFE/EPA/Luca Zennaro)
Filippo Ganna, ganador de la 14ª etapa del Giro. (EFE/EPA/Luca Zennaro)

Qué bonito es el Lago di Garda. El Lago di Garda es uno de esos lagos que hay al norte de Italia, por Lombardía, y el Trentino, y eso. Lagos grandotes que casi parecen mares, lagos colgados de la cordillera alpina, con estampas tipo puzzle de 2000 piezas y carreteras de vértigo escarpando acantilados. Por el Lago di Como disputan el último Monumento cada octubre, por el Lago Maggiore hay cosas similares. Pero tienen otro elemento común los lagos del septentrión itálico: la pasta.

No la pasta de los macarrones, no. La pasta, el dinero, el peculio. A estos lagos les salen villas millonarias como verrugas en su ribera. Ricos y famosos, estilo chic, gelati de ensueño, pintores postureando. Seguro que me entienden... como el Retiro, pero en bien. Ah, y cabras, muchas cabras. Cabras con ruedas, cabras de contrarreloj, cabras de sacar medias altísimas. Por allí, junto al lago, hizo el Giro su segunda crono. (A mí me dicen crono y lago y se me eriza el vello, por Annecy).

Llegamos al fin de semana después de una semana trepidante en el Giro. Pero trepidante de trepidancia brutal, trepidante en plan más trepidante que una cena con Salvador Illa, trepidante rollo Ángel Gabilondo unchained. Esa emoción, esa épica. Lo juro. O más. Trepidante.

Foto: Roma albergará el desenlace del Giro de Italia. (EFE/Angelo Carboni)

Y mira que había terreno. Al menos en Bocca della Selva. Solo que allí... pues día de asuntos propios entre los favoritos. Piensen en eso cuando critiquen a Tadej Pogacar por hiperactividad. Piensen en esto mismo, pero con un duelo al sol, un duelo inolvidable, un duelo tipo katana y hojas cayendo entre Geraint Thomas y Daniel Felipe Martínez. Estremece solo imaginarlo... porque menudo coñazo sería. Así que bien por Tadej, todo lo que gane, viene merecido.

Y eso, que en Bocca della Selva hubo terreno, pero no vinieron ganas. Al menos, disfruté con tres cosas. La escapada de Tratnik, que es el único pro que tiene, a veces, aspecto de escritor sobre bicis (pero más rápido); la extrema delgadez de Valentin Paret-Peintre, que es el reverso tenebroso de Tratnik, que se le marcan las costillas como metáforas a medio hacer, que gasta nombre de noveau roman, de coñazo con ínfulas, que parece grimpeur ligero de mecha corta pero dos o tres aldabonazos anuales; y, por último, ver en la misma escapada a Pozzovivo y Juanpe (cómo me duele esa ene, macho), algo con más movimiento que el videoclip de Thriller, con más bandazos que el pogo en un concierto de Sepultura. Pozzovivo y Juanpe (esa ene, esa ene) pedalean con todo el cuerpo, sufren hasta sus orejas. Duele mirarles, pero es hipnótico... no soy capaz de explicarlo. Volverán puertos y volveré a la fascinación del odio/amo con esta extraña pareja.

El resto... dos etapas para Milan, la resurrección de Alaphilippe (espero que brindase con vino esa noche, Lefevere mediante) y la retirada de Cian Uijtdebroeks, que estaba malito, que daba menos miedo que Emilio Aragón disfrazao de Freddy Krueger, que, tan joven y conservador, parece un cachorro de juventudes políticas. Un posible top 5 que se marcha... nos perdemos todos los ataques que tenía planeados (en cifra cercana a cero). Ah, menudo añito de Visma, colega, con lo bien que habían empezado.

placeholder Geraint Thomas, muy lejos de su mejor versión. (Reuters/Jennifer Lorenzini)
Geraint Thomas, muy lejos de su mejor versión. (Reuters/Jennifer Lorenzini)

De las pocas cosas que hemos visto estos días... pues que Antonio Tiberi viene con ganas, que tiene el fusil cargado, que va reservando tiros. Más allá de tópicos, Tiberi ha probado (de forma muy tímida) y su equipo ha controlaso (de forma muy chapucera). Sumen que Tadej alabó su manera de competir, que le puso como único con arrestos para ofensivas y... hop, pareciera que hay entente. Tan italiano, eso de las ententes. Tan italiano, lo de decir una cosa para exhibir otra. Tiberi, con aires de asaltante que no asalta. Tiberi, jugando por podiumear, que ya sería mucho.

Que, oigan, al menos. Porque lo de Geraint Thomas es un escándalo tipo Raphael. Thomas pertenece a esa categoría, como Ullrich, como Roglic, que tropieza siempre en el mismo pedrusco. El de Jan tenía nombre texano, a Roglic se le apareció la virgen en forma de cronoescalada para no cagarla dos veces en plan piano, piano antes de la cronoescalada. Y Thomas, pues eso, hundimiento en Lussari, todo el Giro trantraneando para acabar tomándose cuatro cachis en un cambio de bici, igual se arrepiente por desaprovechar dos semanas. Y, doce meses más tarde, meh. Ojo, no digo que asalte a Tadej, porque está a años luz de Tadej (aparentemente), pero su escuadra british funciona con eficacia tipo Rule Britannia, rule the waves. Y él, nada, ahí está: "Arropadme, arropadme". Te firma el segundo con hemoglobina de Owain Glyndwr, Geraint Thomas. Pena de equipo.

Pero volvamos al Garda. A Desenzano di Garda. Allí, apenas quince kilómetros al sur, fue lo de Solferino. Seguro que recuerdan, ustedes, lo de Solferino. Vittorio Emanuele II (sí, el de las Galerías esas frente al Duomo, todo queda en casa de las bicis, no intenten comprar nada en las Galerías esas frente al Duomo, por cierto), Napoleón III (o el Napoleón de Marca Blanca), Franz Joseph (tan Habsburgo, tan patilludas esas patillas, tan sin política exterior porque manda Prusia), Cavour, Lajos Benedek. Risorgimiento pregaribaldino. Dicen que aquello fue tan espantoso que de aquellas cenizas nació la Cruz Roja. Ganaron los italianos, allí, solo que aún no eran italianos. Quedaba mucho para Caporetto.

Y eso, que aquí hubo crono. ¿Presunciones? Pues como es llanísima, se la lleva Ganna, como es llanísima recorta tiempo Thomas, como es llanísima Tadej sufre. Solo lo primero, tampoco voy a engañarles. Filippo Ganna sudó sangre, porque Pogacar anduvo mejorándole tiempos durante gran parte del recorrido. La parte con más cuestas, añado, la parte donde Ganna fue más batible. Porque Filippo es enorme, Filippo es admirable, Filippo tiene motor, creo, para muchas más cosas de las que consigue. No diré acomodado, pero... (quiten ya eso de la silla caliente, por cierto, porque tenía Filippo rostro de hacer caca regular durante mucho tiempo, rostro de mira, ha llegado esto, es de Hacienda, rostro de no, espera, con la pregunta anulada te quedas en 4,75. Es sufrir por sufrir y solo me gusta ver sufrir si sufres encima de una bici).

placeholder Tadej Pogacar sigue más líder del Giro. (Reuters/Jennifer Lorenzini)
Tadej Pogacar sigue más líder del Giro. (Reuters/Jennifer Lorenzini)

El que no está acomodado es Tadej, aunque parece muy cómodo. Vamos, golpe a mano abierta en la clasificación, minutos a todos sus rivales, solo batido por el gran especialista. Este domingo llegan los Alpes y ese es terreno Pogacar, creo. Claro que, ¿dónde no es terreno Tadej actualmente? Ha ganado para arriba y con la cabra. Ha dominado a (casi) todos en contrarreloj planita. Ha metido cerca del minuto a Thomas en la especialidad de Thomas (la especialidad de Thomas fuera de un pub, claro), le ha cascado más a Daniel Felipe Martínez (menudo duelo el de los dos para ver quién saca más proponiendo menos), se le han caído bofetones al resto. Que esa es otra, lo del resto, porque hay gente con aspiraciones en la general perdiendo cuatro minutos en treinta kilómetros. Cuatro minutos. A esta peña les pones Luxemburgo 1992 y acaban cuando va Indurain subiendo Sestriere. En fin.

Y pudo ser más grande. Pogacar fue mejor tiempo en dos terceras partes del recorrido (redondeando) y aquello ya parecía de chiste, porque si eres el mejor para arriba y encima te exhibes en estos asuntos pues... espera, que me entra una llamada directamente desde Combloux. '¿Que Jonas, qué? Vale, entiendo'. Pues eso, que pudo ser peor, pero ya fue gordísimo, porque falta semana y primera de Alpes, sí, pero tenemos a Tadej Pogacar con solo dos paisanos (los ínclitos Thomas y Martínez) a menos de cuatro minutos. O'Connor, directamente desde el Decathlon, marcha a cuatro y medio, Tiberi por encima de los cinco. Si quieren emociones yo no se las puedo vender, porque, además, este domingo viene el Mortirolo (el Mortirolo falso, vale, pero el Mortirolo), y luego un puerto de los Alpes largo como una etapa que gana Petacchi y lo normal es que para el lunes tuviese Tadej veintidós minutos de ventaja, aproximadamente. Así que no, si quieren emociones por el rosa, yo no les vendo motos por el rosa, pero es que a mí un dominio me puede parecer muy emocionante, siempre que lo dibujes a grandeza. Es lo que hicieron los ases, es lo que articula leyenda. Veremos este domingo.

Qué bonito es el Lago di Garda. El Lago di Garda es uno de esos lagos que hay al norte de Italia, por Lombardía, y el Trentino, y eso. Lagos grandotes que casi parecen mares, lagos colgados de la cordillera alpina, con estampas tipo puzzle de 2000 piezas y carreteras de vértigo escarpando acantilados. Por el Lago di Como disputan el último Monumento cada octubre, por el Lago Maggiore hay cosas similares. Pero tienen otro elemento común los lagos del septentrión itálico: la pasta.

El Confidencial
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