Red Bull, ¿bajo la sospecha de sus rivales?

"Había un acuerdo por el cual todo el mundo tendría el mismo tamaño, pero algunos equipos no lo respetan", comentó Michael Schumacher en referencia a Red Bull el pasado mes de mayo, "ahora parece que hay diferentes visiones respecto al tema ¿Tendrá que salir Mercedes de nuevo al mercado, o los equipos respetarán lo acordado? Si se compara el número de gente que tenemos en relación a Red Bull, las cosas son muy diferentes".

Schumacher levantó la liebre y parece que el animal sigue corriendo. El piloto alemán acusó entonces al equipo austríaco de jugar con ventaja al no respetar los términos del Resource Restriction Agreement (RRA), un acuerdo firmado entre los equipos hace un año con el objetivo de limitar progresivamente sus medios humanos y contener así la espiral de costos que ahogaba a la Fórmula 1. En este sentido, la revista italiana Autosprint  alimentaba la polémica  en su último número al revelar que una auditoria llevada a cabo por encargo de la FOTA a sus socios confirmaría las sospechas apuntadas por las palabras del piloto alemán.

En realidad, el conflicto de fondo que subyace es el marcaje recíproco entre los equipos de la FOTA que supone el RRA, ya que la dimensión empresarial se refleja en la mayor capacidad para lograr resultados deportivos. En concreto, para 2011, el RRA limitaría el personal de trabajo sobre el chasis a un total de 280 personas. Tácitamente se denuncia así que el dominio de Red Bull se vería reforzado por el incumplimiento de los límites autoimpuestos por la misma FOTA. Que las filtraciones se produzcan cuando Sebastian Vettel está a punto de asegurar matemáticamente su segundo título servirían también para justificar el porqué de su gran rendimiento en 2011.

Una auditoría holandesa mantiene las sospechas

Según  Autosprint,  una auditoría llevada a cabo por la empresa holandesa Capgemini en el seno de los equipos de la FOTA (HRT es el único no incluido) reafirmaría las sospechas hechas públicas por Schumacher en su día. La filtración, que tampoco aporta datos específicos al respecto que la avalen,  señala la existencia de  obstáculos  y puntos oscuros  por parte de Red Bull respecto a su estructura y organización. El equipo austríaco no se habría mostrado muy transparente con Capgemini, alegando que su elaboración podría atentar a la privacidad y confidencialidad de su esquema empresarial. Estas reticencias confirmarían que los temores de Schumacher y otros equipos estarían fundados.

Sin embargo, desde el equipo austríaco el asunto se ve con otra perspectiva, ya que el asunto radica en la diferencia de criterio sobre cómo y dónde marcar los límites a esa restricción de personal. En la respuesta que Schumacher recibió en su día quedaba ya patente esta discrepancia cuando Helmut Marko, uno de los responsables de Red Bull, contestó contundentemente al alemán: "este acuerdo nunca entró en vigor, nosotros éramos remisos porque los límites de personal se referían solamente al desarrollo del chasis".Según Marko, "si los equipos querían llevar a cabo restricciones de personal, deberían  también extenderla a los fabricantes de motores, que no forman parte de la estructura empresarial del equipo. Mr. Schumacher debería también preguntar cuanta gente trabaja en sus motores Mercedes en Brixworth. ¿Porqué deberíamos hacer concesiones del chasis cuando Mercedes tiene toda la libertad para el motor?".

Marko denunciaba que, solo en su sede británica, el fabricante alemán de motores  cuenta con una plantilla de 400 personas frente las 170 de Renault en su sede de Viry Chatillon por lo que, si se trata de reducir personal, habría que extender los recortes a las  plantillas de los fabricantes de motores, independientes de las de los propios equipos. Red Bull podría contar con 545 personas, lejos de la cifra establecida por el RAA para esta temporada.

En la próxima reunión de la FOTA parece que se pondrá este tema sobre la mesa, y si las explicaciones -o la ausencia de ellas- de Red Bull no son convincentes, volveremos a oír hablar sobre el asunto.