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Vijay Mallya, un tiburón que muerde a 300 millones de indios
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EL JEFE DE FORCE INDIA, UN EJEMPLO DEL AUGE ASIÁTICO

Vijay Mallya, un tiburón que muerde a 300 millones de indios

"Es un error creer que la gente se muere de hambre en la India. Muchos no tendrán luz o teléfono, o incluso calidad de vida. Pero

Foto: Vijay Mallya, un tiburón que muerde a 300 millones de indios
Vijay Mallya, un tiburón que muerde a 300 millones de indios

"Es un error creer que la gente se muere de hambre en la India. Muchos no tendrán luz o teléfono, o incluso calidad de vida. Pero hambre no hay. También tenemos una clase media de 300 millones de personas". El empresario Vijay Mallya ha tenido claro siempre cómo funciona su país y qué rendimiento puede sacar de él. El número 879 en la lista de los más ricos del mundo, según Forbes, es un patriota que 'vende' la India desde su empresa de bebidas alcohólicas, su aerolínea y su equipo de Fórmula 1, Sahara Force India.

El jefe de la escudería expresó las anteriores palabras en una entrevista a El País en 2008. Ese fue el año en el que su fama creció más allá de por tener un castillo en Escocia (el Keillour Castle en Perthshire), un Airbus privado (donde asegura que duerme la mayoría de las veces), uno de los yates más lujosos del planeta (India Empress), la tercera empresa de bebidas espirituosas más grande del mundo (United Breweries Group), la aerolínea Kingfisher, su equipo de críquet (Royal Challengers Bangalore) o el de fútbol (East Bengal FC). En 2008, junto con su socio holandés Michiel Mol, arrancó la aventura de Force India en Fórmula 1.

Los 88 millones que pagó por la escudería Spyker fue el precio que costó ligar el nombre 'India' al del Gran Circo (más allá de que hubiese un corredor llamado Narain Karthikeyan). Previamente, Mallya se había colado en los glamurosos paddocks de cada circuito a través de su aerolínea Kingfisher, que patrocinaba a Toyota. La experiencia le gustó y su amor por el automovilismo –y su bolsillo- hicieron el resto para fundar Force India. Recientemente ha dado un importante paso al vender el 42,5% de las acciones del equipo para incorporar un nuevo patrocinador potente, Sahara. Los 100 millones de dólares que ha cobrado no irán al bolsillo de Mallya sino que están destinados a invertir en el desarrollo de los monoplazas.

Más de tres décadas con el ruido de un motor

"He estado involucrado en los deportes de motor durante más de treinta años y esta es una de mis grandes pasiones. Yo traje el primer coche de Fórmula 1 a la India en la década de los ochenta y siempre fue un sueño para mí ver algún día a este país albergar un gran premio. Así que este fin de semana es un momento muy importante y estoy extremadamente orgulloso", aseguraba el 'marajá' esta misma semana.

Mallya ha sido una de las piezas claves para que este fin de semana Bernie Ecclestone haya cobrado el canon en la India. El de Sahara Force India participó para que Jaypee Group se animase a construir un circuito que ha costado 400 millones de dólares, más el canon (200 'kilos'). Ahora sólo espera que la F1 se convierta en una tradición más, con permiso del críquet, su deporte rey.

¿Cómo alguien invierte más de medio millón de euros en un deporte sin arraigo? "Porque en la India viven 313 millones de personas con poder adquisitivo, la clase media, y se quieren divertir". Algo así contestaría Mallya si alguien le preguntase. Con esa filosofía hizo crecer el negocio heredado de su padre, en el que aglutina más de 60 empresas. Una visión que también ha tenido el malayo Tony Fernandes, el hoy dueño de Team Lotus, que ha adquirido recientemente el club de fútbol de Queens Park Rangers, (de Bernie Ecclestone, Flavio Briatore y Alejandro Agag).

Un nacionalista agradecido a 'su' pueblo

Este nacionalista empedernido está obsesionado con colocar definitivamente a la India en el plano automovilístico internacional. Quiere devolver a su pueblo la fortuna que éste le ha hecho ganar. Bueno, al menos, a esa codiciada clase media que supera en número a todo Estados Unidos (310 millones). Por eso, sabiendo que la base de su negocio es y será su país, cada cierto tiempo inaugura algún hospital o colegio, además de estar presente en el patrocinio de conciertos o en la producción de alguna película de Bollywood.

Cuida su imagen ante los suyos. Algo que, al parecer, no está peleado con la ostentosidad de su yate, su colección de más de 250 vehículos, sus dedos llenos de anillos de oro y unas gafas de sol que suelen hacer juego con sus pendientes de brillantes o sus colgantes con diamantes. "Soy rico y no pediré disculpas por ello", ya lo dijo hace tres años.

Su techo financiero aún no se conoce, como sucede con el de Asia. Su último proyecto es la construcción de un edificio de superlujo en Bangladesh. En Fórmula 1 pretende construir una estructura que compita con los mejores y va camino de ello. En lo personal lo tiene más claro, aunque igual de difícil: "Mi objetivo final es pilotar un superjumbo A380 de Kingfisher Airlines".

Encuesta: ¿Está la India preparada para acoger un gran premio?

"Es un error creer que la gente se muere de hambre en la India. Muchos no tendrán luz o teléfono, o incluso calidad de vida. Pero hambre no hay. También tenemos una clase media de 300 millones de personas". El empresario Vijay Mallya ha tenido claro siempre cómo funciona su país y qué rendimiento puede sacar de él. El número 879 en la lista de los más ricos del mundo, según Forbes, es un patriota que 'vende' la India desde su empresa de bebidas alcohólicas, su aerolínea y su equipo de Fórmula 1, Sahara Force India.

Vijay Mallya