Los negocios de Ecclestone: de comprar terrenos junto a circuitos, a 'jugar' al béisbol en EEUU

Bernie Ecclestone siempre es receptivo a cualquier negocio, sea o no de Fórmula 1. A los 81 años, su mente sigue siendo la más abierta del Gran Circo. Con sus decisiones ha logrado que la F1 se reinvente en plena crisis mundial y sus reflejos le confirman como un ‘tiburón’ que no ha perdido el apetito por aumentar su cuenta corriente. De naturaleza insaciable, controlar el devenir de la F1 -junto con la firma de capital riesgo CVC- no es suficiente y siempre busca dar un paso más: es propietario de una agencia de viajes, está metido en asuntos inmobiliarios, ha tenido un equipo de fútbol y, a día de hoy, podía haber sido uno de los propietarios de Los Ángeles Dodgers. Esta ha sido la última propuesta ‘curiosa’ que llegó a manos de Bernie… un equipo que ha terminado en poder del exbaloncestista Magic Johnson por unos 2.000 millones de dólares.

Ecclestone no le hace asco a nada. Por ver una propuesta que no quede. Gracias a su predisposición a invertir más allá del mundo del automovilismo formó parte del accionariado del equipo de fútbol inglés Queens Park Rangers y, con esa experiencia deportiva reciente, estudió la posibilidad de hacer lo propio con el conjunto angelino de béisbol. La proposición le vino de parte de la familia Disney y el multimillonario Stanley Gold, a través de una empresa que gestiona Forbes. Gold-Disney había reunido en torno a 1.000 millones de dólares y llamó hace unos meses a las puertas de Ecclestone en busca de más capital.

La de Gold-Disney fue una de las tres opciones finalistas que barajó Frank McCourt, dueño de la franquicia hasta la madrugada de este miércoles. El triunfador fue el grupo de inversores al que pertenece Magic Johnson. El genial base del Dream Team, cuya reputación es excelente en la ciudad de Los Ángeles, va camino de que se le recuerde más por su faceta empresarial que por la baloncestística. (Por cierto, el traspaso tendrá que hacerse efectivo -en términos económicos- antes del 30 de abril, fecha en la que Frank McCourt debe indemnizar a su exesposa con 131 millones de dólares como parte de su acuerdo de divorcio).

Ecclestone con un bate de bésibol

¿Y qué hubiera pintado Ecclestone en un partido de béisbol? Más o menos lo mismo que en el palco londinense del QPR o que en el mostrador virtual de su agencia de viajes para carreras de Fórmula 1. Si es una buena inversión, interesa. Y si hubiera hecho falta ponerse una gorra y coger un bate de béisbol, se hubiera hecho.

Ecclestone no tiene ningún inconveniente en buscar nuevas fórmulas para continuar ampliando sus negocios. A pesar de su edad, no tiene miedo a nuevos retos, modernas tecnologías o mercados desconocidos. Es el primero que se aventura a explorar y, de hecho, el chico que comenzó su andadura empresarial revendiendo bollos en el patio del colegio a sus compañeros nunca ha tenido dudas de que el futuro de la Fórmula 1 se resolverá fuera del Viejo Continente, “Europa está muerta”, ha llegado a decir.

Cuando hace una década comenzó a ‘otorgar’ carreras exóticas había críticas por la ruptura con la tradición de ciertos circuitos y el abandono de países tradicionales. Hoy por hoy, pocos dudan de que sea lo mejor para aumentar los ingresos. Siempre parece ir un paso por delante del resto.

Compra terrenos en las proximidades de nuevos circuitos

Miró a Asia por el interés de la Fórmula 1 y por el suyo propio. Ha adquirido algún terreno en las cercanías de determinados circuitos nuevos pensando en la segura revalorización de la zona. No da puntada sin hilo.

El ‘cobrador’ del canon recaudará de los organizadores de cada gran premio cerca de 500 millones de euros en la presente temporada. Así entiende la crisis el magnate británico. Bernie ha creado una Fórmula 1 imposible de entender sin él. Él comprende este espectáculo mejor que nadie y sigue siendo el que más rentabilidad saca de este negocio… y de todo lo que le rodea.