El McLaren aburre a sus pilotos

"Nunca he estado tan contento de bajarme de un monoplaza. Era doloroso estar ahí fuera. Fuimos doblados, fácilmente doblados. Era como si fuésemos de una categoría diferente". El pasado domingo, Jenson Button compartió con los medios una pesadilla interminable que vivió durante el pasado GP de Canadá, en el que se paseaba como una tortuga por la pista del Gilles Villeneuve. Un mal sueño en el que intentaba correr rápido y no podía, algo que el psicoanálisis lo relaciona a una situación angustiosa por alguna preocupación. Desgraciadamente para él y McLaren, este ‘sueño’ era real.

Se podrían escribir siete desastres de McLaren por cada una de sus carreras. Nadie esperaba un nivel tan bajo de la segunda escudería histórica de la Fórmula 1. Y menos si se piensa que el año pasado fabricaron el coche más competitivo de la parrilla y que esta temporada, supuestamente, los monoplazas son evoluciones de la anterior. Su filosofía es la de arriesgar y lo hicieron, pero, al contrario que en otras ocasiones, no prepararon un plan B continuista por si las moscas… El tiro les ha salido por la culata.

Oír de un piloto de Fórmula 1 que "nunca" había estado tan "contento" de bajarse de un monoplaza cuando no ha sufrido ningún accidente o suceso peligroso en la pista da una idea de la gravedad del asunto. El McLaren irrita y aburre a sus pilotos. Impotencia para un campeón del mundo, quien sabe que este año caminará por el desierto.

No es Force India, es McLaren

"Estamos muy lejos (de los más rápidos), no vamos a ganar el campeonato de este año". Button es el décimo clasificado, tiene 25 puntos y está a 107 del liderato. Si esa frase la dijera Paul di Resta o Romain Grosjean –pilotos con más puntos- resultaría una obviedad, pero viniendo de un piloto de McLaren es necesario pronunciarla para aclarar que ni su potencial económico y tecnológico son capaces de dar la vuelta a esta situación. Y eso que restan dos terceras partes del campeonato. Precisamente, dicho músculo permite al inglés asegurar que "todavía" pueden "ganar grandes premios". Algo que está más complicado para Force India, un equipo ha sumado 14 puntos más en el campeonato de Constructores.

McLaren marcha sexto en el mundial por equipos y no todo ha sido ‘mérito’ del Mp4-28, también se han caído puntos por el camino a causa de fallos humanos durante la carrera, un motivo por el cual, junto con la pobre fiabilidad, el año pasado no se llevaron el título. En 2013 han pasado siete carreras y ya van unos cuantos errores considerables.

En Malasia, Button  podía haber sumado diez puntos con un quinto puesto si no llega a ser porque en el último paso por boxes una de sus ruedas no fue bien ajustada y tuvo que retirarse. El pasado fin de semana en Montreal, Jenson sufrió primero un error de cálculo en calificación que, tras una bandera roja a menos de dos minutos, le privó de dar una última vuelta para e intentar pasar a Q3 o, al menos, mejorar la decimocuarta posición en la que salió. Fue el único piloto de los necesitados que saltó a pista y no logró dar esa último giro. Decepcionante… y más tratándose de McLaren.

Lo último: ordenar a Button que vaya más despacio

Lo peor vendría después, en carrera. "El equipo me dio un tiempo por vuelta, que no era los suficientemente rápido. Teníamos hechos mal los cálculos. Una vez que empecé a empujar, el ritmo fue un poco mejor". McLaren, caracterizado por sus escrupulosos análisis de absolutamente todo, quizás se perdió entre tanto número para haber ordenado a su piloto un pilotaje más lento de lo que debían haber realizado. "Le programamos unos objetivos por vuelta que eran demasiado lentos y él pudo haber ido más rápido. Podía haber peleado por los puntos", admitió Martin Whitmarsh al término de una prueba en la que Sergio Pérez terminó undécimo, justo por delante de su compañero. Este resultado cortó una racha en McLaren de 64 carreras puntuando consecutivamente.

"Estamos desarrollando el monoplaza, el monoplaza está yendo a mejor, aunque no tan rápido como esperábamos. No estamos regresando a la buena forma tan rápido como quisiéramos, pero nos estamos moviendo en la dirección correcta". Sam Michael, en un encuentro telefónico -anterior al GP de Canadá- con los medios de comunicación y que recoge TheF1.com, no dijo nada nuevo.

"Hemos progresado desde el fin de semana el GP de Australia" (Whitmarsh en la calificación del GP de Malasia, segunda prueba de la temporada); "creo que hemos detectado dónde están los problemas del coche. Logramos mejorarlo entre Australia y Malasia, donde estuvimos más cerca del ritmo de cabeza, y vamos a introducir una serie de mejoras en China" (Jonathan Neale antes de la tercera carrera); "tenemos muchas piezas nuevas para el coche, algunas están funcionando bien y otras no. Ojalá encontremos algo que sea un gran salto" (Button a Marca antes del GP de España); “estamos haciendo progresos” (Button antes de la carrera en Montreal). En definitiva, muchos deseos de mejorar, pero ninguna mejora.

La puntilla a McLaren se la dio Hamilton

Checo Pérez destacó desde el primer día en pretemporada, Jerez, los problemas que tenía para conducir el monoplaza y, unas semanas después, sobre el asfalto del Albert Park, confirmó que sus temores eran reales. La prensa preguntó por una vuelta atrás pero en McLaren negaron que fueran a deshacer el camino andado. Después de la séptima carrera es directamtente imposible, por mucho que la puntilla viniera de manos de Lewis Hamilton y su doblaje a los dos McLaren en un circuito donde tradicionalmente han dominado en esta década.

Exprimiendo prácticamente el mismo reglamento durante dos años, a estas alturas pocos milagros se esperan… No obstante, nunca hay que dar la espalda a los de Woking, una de las pocas factorías capaces de convertir una pesadilla en un dulce sueño, aunque sólo sea en una de las doce que restan para terminar la temporada.