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El factor Alonso o cuando en una carrera ya no se puede estirar más el chicle
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DIFÍCIL CARRERA DEL ESPAÑOL

El factor Alonso o cuando en una carrera ya no se puede estirar más el chicle

El español logró sacar unos puntos que no parecen estar regularmente en manos de un Alpine que pierde fuelle en carrera y no tendrá más evoluciones esta temporada

Foto: Foto: EFE.
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Fernando Alonso acabó en una muy meritoria novena plaza luchando contra varios monoplazas de ritmo superior al de su Alpine, la tónica de las últimas tres carreras. El español tiene la mala costumbre de ilusionar a sus seguidores con actuaciones que, al estar por encima del nivel de su coche, hacen pensar en resultados que posteriormente son negados por la cruda realidad. Como en el GP de Styria.

Alpine mejora con el paso de las carreras, es indudable, pero desde el inicio de la temporada depende demasiado de los 'flashes' de inspiración de sus pilotos. La base del coche le sitúa en la actualidad como el séptimo u octavo mejor coche de la parrilla. Conseguir posiciones por encima del décimo segundo puesto se debe fundamentalmente a sus pilotos y al innegable oficio de una estructura muy rodada y cohesionada.

Sin embargo, aunque los mimbres del cesto de Alpine son los que son, tampoco cabe ignorar los elementos positivos de su situación. Prácticamente ya en el ecuador de la temporada, es ahora cuando el propio Fernando Alonso reconoce haber encontrado el punto al coche y a los neumáticos. Pero tocará sufrir de aquí a final de año porque no podemos esperar una gran evolución ya del A521. Pero ya no queda margen de duda respecto al límite real del coche con el piloto.

Realismo sin derrotismo

La realidad técnica del equipo no se puede esconder. A ello cabe añadir que el circuito austriaco no será tampoco uno del los que mejor se adapte al monoplaza francés. Pero el español espera que los próximos dos días de análisis puedan desbloquear rendimiento y mejorar su cosecha de dos puntos el próximo domingo. "Desafortunadamente, corremos dos veces aquí, así que tenemos que rascarnos la cabeza para ver qué hacemos el próximo fin de semana", agregó el piloto español, "pero estamos contentos con los puntos, y esperemos que haya más por venir dentro de cinco días. Hay algunos datos buenos que tomaremos de este fin de semana y a fin de cuentas tenemos que verlo como un lujo el poder probar de nuevo dentro de cinco días en el mismo lugar, así que, cualquier idea que pueda venir en las próximas 48 horas, tenemos la oportunidad de probarlas".

Se percibía un cierto fondo de ironía y resignación en las palabras del español. Correr exactamente en el mismo circuito cinco días después no ofrece margen para muchos cambios. Lo hará Pirelli con sus compuestos más blandos, lo que obligará a variar los planteamientos estratégicos. Pero, en todo caso, difícil será un salto relevante de calidad durante estos días. Así lo reflejaba el asturiano al ser preguntado nada más acabar la prueba: “Fue una carrera bastante trabajada, costó mucho llegar con el neumático blando hasta la vuelta 30 tal y como habíamos planeado. Conseguimos la novena posición en entrenamientos y logramos la novena posición en carrera, por lo que hay que estar contentos por los puntos, pero la verdad es que estuvimos fuera de posición. Que Leclerc se quedara el último y lograra acabar delante de nosotros te demuestra que coches como los Ferrari en realidad están en otra liga. Habrá que esperar que llueva la semana que viene, porque los coches van a ser los mismos".

Sin lluvia, más de lo mismo

Solo la presencia de la lluvia el próximo fin de semana permitiría una película diferente donde, no ya Ferrari o McLaren, sino los propios Alpha Tauri y Aston Martin demostraron ir con una marcha más que los Alpine. Las sensaciones de Alonso tuvieron un eco similar en Esteban Ocon, su compañero: "Ha sido un fin de semana de los que te ponen a prueba —argumentaba el piloto francés—. Hoy, estábamos en una posición difícil desde la salida y siempre iba a ser difícil ascender posiciones en el pelotón. Simplemente, no podía seguir al grupo que tenía por delante donde había algunas batallas y con ellos alguna oportunidad para adelantar. Volveremos a competir en Austria la próxima semana y probaremos algunas cosas diferentes para encontrar soluciones”.

En Ocón supuraba la decepción de verse una vez más claramente por su compañero de equipo, y la impotencia de comprobar que no es posible sacar más competitividad de su coche. El director deportivo del equipo, Davide Brivio, trataba de poner un punto de optimismo, pero sin perder el realismo de la difícil situación de competitividad del equipo francés: "El objetivo hoy era sumar puntos —afirmó el mánager italiano— tuvimos mala suerte en un par de ocasiones en las que nos quedamos atrapados en el tráfico y perdimos terreno justo en los momentos en los que tendríamos que haber atacado. Fernando luchó con coraje, pero tuvimos que conformarnos con la novena posición, Fernando puso una muy buena pelea. Intentaremos aprender todo lo posible de este fin de semana para llevarlo a la próxima carrera aquí dentro de una semana". Pero Alpine es un equipo comparsa, como también pudo comprobar Alonso al ser superado por Leclerc y Stroll a pesar de su resistencia con un monoplaza "fuera de su sitio".

Es un dilema difícil de resolver, sin duda: el problema inherente al A521 reside en un acusado subviraje del tren delantero en las curvas de alta velocidad, pero, cuando se corrige ese problema, surge la falta de equilibrio en las curvas de baja velocidad. Honda y Ferrari han dado pasos adelante significativos en el rendimiento de sus propulsores, que de momento parecen no tener réplica en las evoluciones del coche francés. La lluvia podría propiciar ese milagro que pudiera cambiar la tendencia el próximo fin de semana. Pero, sin agua, solo queda que Fernando Alonso se saque de la chistera otra vuelta mágica en clasificación y en carrera estire el chicle de su posición lo indecible. Como este fin de semana.

Fernando Alonso acabó en una muy meritoria novena plaza luchando contra varios monoplazas de ritmo superior al de su Alpine, la tónica de las últimas tres carreras. El español tiene la mala costumbre de ilusionar a sus seguidores con actuaciones que, al estar por encima del nivel de su coche, hacen pensar en resultados que posteriormente son negados por la cruda realidad. Como en el GP de Styria.

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