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Por qué lo divertido de Carlos Sainz esconde un aviso a Charles Leclerc
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Casi se tocan en la clasificación

Por qué lo divertido de Carlos Sainz esconde un aviso a Charles Leclerc

El modo en el que el madrileño se expresó en la rueda de prensa fue totalmente calculado. Una forma sutil de decir: ¿quieres guerra, compañero? Tendrás guerra

Foto: Leclerc y Sainz, durante el Gran Premio de Austria. (EFE/Christian Bruna)
Leclerc y Sainz, durante el Gran Premio de Austria. (EFE/Christian Bruna)

En la carrera al sprint del sábado del Gran Premio de Austria vivimos una situación inesperada para Charles Leclerc, el compañero de equipo de Carlos Sainz. Una situación que el piloto español, sin embargo, confió en que tarde o temprano llegaría esta temporada. Max Verstappen se escapó en cabeza y el monegasco, lejos de dejar paso al otro piloto de Ferrari que iba con más ritmo, se empeñó en obstaculizarlo y disputarle la posición.

Todo este discurso vivido en la resaca del Gran Premio de Gran Bretaña, de que había que dejar pasar al piloto que fuera más rápido, y todos los mensajes de actuar por el bien del equipo fueron tirados por tierra en apenas vuelta y media desde que se puso el semáforo en verde. Porque no es que Leclerc defendiera su posición dentro de unos límites razonables; no, es que el monegasco fue literalmente a cuchillo en su defensa de su posición contra su compañero. Al final, parece que en el muro de boxes de Ferarri se acabó el 'trankimazin' y pidieron por la radio tranquilidad a los pilotos.

Al menos eso es lo que tenemos que deducir cuando Ricardo Adami, el ingeniero de pista de Carlos, pidió a su piloto que, una vez recompuesto de los navajazos de Leclerc, se mantuviera detrás de su compañero de equipo. A priori, parece que la dureza de Charles se impuso a la 'blandura' de Sainz y que Ferrari, bendijo esa forma de conducir sin contemplaciones del monegasco. Pero no tan deprisa, porque la cosa puede resultar muy diferente de lo que aparenta.

Una situación que puede repetirse

De entrada, es obvio que todo depende de Carlos. En primer lugar, que en la carrera de verdad, en el gran premio, de nuevo sea capaz de tener más ritmo que Leclerc, tal y como ocurrió en el sprint clasificatorio. De ser el caso, el madrileño tiene ya todos los argumentos para responder a la hora de la verdad con la misma moneda. Que nadie se engañe, Sainz tiene la nobleza y tranquilidad de un perro mastín cuando está todo en orden, pero pobre del lobo o zorro que entre en su territorio con malas intenciones.

Un ejemplo de lo que comentamos lo vivimos en la salida de Silverstone hace una semana. Verstappen le ganó la partida a Carlos en la primera salida con unos neumáticos más blandos. En la nueva salida después de la neutralización, el madrileño llevó al muro al holandés absolutamente al límite del reglamento. Ni un centímetro de más ni uno de menos, pero demostrando que si se trata de jugar duro, él también sabe hacerlo. La diferencia es que en esta ocasión no hablamos de un piloto de RedBull, el gran rival de Ferrari. Hablamos de un compañero de equipo.

Era obvio que esa pelea fratricida en la que Leclerc no dudó en llevar a la tierra en la curva tres a Sainz iba a ser el punto caliente de la rueda de prensa posterior a la carrera clasificatoria. No deja de ser fascinante este mundo del periodismo, donde algunos que hace apenas una semana cuestionaban a Carlos que no cediera el paso a su compañero de equipo más rápido. Ahora, sin embargo, no aplicaron a Leclerc el mismo rasero, pero estaba claro en todo caso que la preguntas iban con bala a la búsqueda de un buen titular.

placeholder Sainz y Leclerc, juntos en las instalaciones del Gran Premio de Austria.(REUTERS/Leonhard Foeger)
Sainz y Leclerc, juntos en las instalaciones del Gran Premio de Austria.(REUTERS/Leonhard Foeger)

No se mojaron

Ni Leclerc ni Sainz entraron al trapo y, bien aleccionados probablente por la dirección del equipo, quitaron hierro al asunto y coincidieron incluso en que no influyó en que no pudieran con Verstappen. Porque el holandés lo tenía todo bastante controlado. "Tuve una buena salida y luego en la curva tres ya no fue suficiente para superarlo (a Leclerc)", explicó Sainz. "A partir de ahí, perdí agarre en los neumáticos en la parte delantera y trasera y tuve además que recuperar la carga de la batería. Había muy poco que ganar con la pelea, estamos hablando de un punto más o un punto menos".

Sin embargo, fue desde luego muy revelador y acertado el enfoque que le dio Sainz a las preguntas acerca de lo inconveniente de la lucha fratricida. "Sí, hubo unos duelos al principio y luego en la séptima vuelta, que fue divertido. Fue una pena que al final no pudiera adelantarlo". Si supuso algo para Mattia Binotto, el jefe de Ferrari, desde luego que no fue divertido el adjetivo. Está claro que en la reunión interna del equipo hubo alguna palabra más alta que otra. Pero el objetivo de las palabras del madrileño era claro: algo así como un "no me quejo Charles, pero si quieres jugar así, jugaremos".

placeholder Leclerc, Verstappen y Sainz. (Fórmula 1)
Leclerc, Verstappen y Sainz. (Fórmula 1)

Por eso fue muy curioso que Leclerc dijera textualmente en sus declaraciones que en carrera "no podrán darse el lujo de pelear como lo hicieron en la carrera al sprint". Y por supuesto que no podrán hacerlo, pero tendrá que ser a través de una orden de equipo nítida que le impida a Carlos atacarle. Seguramente, eso es lo que está pidiendo subliminalmente Leclerc, pero hay un problema, porque aún queda algo más de media temporada por delante. Y pedirle eso ahora mismo a Sainz no sería del todo justo.

Especialmente injusto si tenemos en cuenta que el déficit de Charles respecto a Max Verstappen no se debe a que Carlos haya robado muchos puntos a su compañero de equipo, sino a errores estratégicos de la escudería o fallos mecánicos. Lo peor que podría pasar a Ferrari es que justo 20 años tuvieran que repetir el infame 'biscotto' en el que Barrichello tuvo que ceder vergonzosamente el liderato a Schumacher en este mismo escenario de RedBull Ring. Por eso es tan pertinente el divertido aviso de Sainz a Leclerc.

En la carrera al sprint del sábado del Gran Premio de Austria vivimos una situación inesperada para Charles Leclerc, el compañero de equipo de Carlos Sainz. Una situación que el piloto español, sin embargo, confió en que tarde o temprano llegaría esta temporada. Max Verstappen se escapó en cabeza y el monegasco, lejos de dejar paso al otro piloto de Ferrari que iba con más ritmo, se empeñó en obstaculizarlo y disputarle la posición.

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